Margot!
Mirada fija en el techo de mi habitación, mi cabeza a solo un paso de partirse en dos.
Espero que la situación con Josiah ya este finalizada, dude mucho en ir al encuentro, lo dude demasiado, pero lo consulte con Daniela y fue por ella que pude, tenía razón, o cortaba de tajo esta ridiculez o Josiah continuaría tomándose atribuciones.
Como la de perseguirme y llegar en casa de Hans, irrespetando las ridículas reglas que esos chicos mantienen, solo porque le dan celos o que se yo. Pensando en lo hablado con Josiah, me sorprendía de lo directa y tenaz que era con mis palabras, sentía que estaba siendo muy cruel, pero debía ya terminar esta estupidez con Josiah, sí o sí.
Oculto mi rostro con una de las almohadas, un grito de frustración brota de mis labios, un suspiro y un sinfín de extrañas sensaciones se sienten por todo mi cuerpo.
El sonido de la puerta siendo golpeada logra que lance la almohada a un lado y me incorpore sobre el colchón. Me extraña ver a Caleb apoyado en el umbral de la puerta, lleva en cada mano un tazón de lo que podría ser cereal, alza una en modo provocación para mí y con un simple asentimiento, él se adentra.
En cuanto me la entrega, noto que es mi cereal de chocolate favorito, me doy una cucharada y gimoteo por el gusto que da comerlo. Caleb sonríe y come del suyo, enfoca su mirada al frente a un punto fijo de mi habitación, no sé de qué va esto, pero algo ocurre, con Caleb realmente, nunca se sabe y últimamente...
Disfruto de mi cereal, son quizás más de las nueve de la noche, mamá está en su turno nocturno en el restaurante y la casa esta tan silenciosa. El carraspeo de Caleb me hace verle y este aún se mantiene viendo al frente.
–Debo preguntarte algo.
–Por algo decía yo, que este cereal no era gratis –me mira de reojo, sonríe. –Te escucho –esté pasa a sentarse dándome el frente y viéndome fijo.
–Parásito –le miro entrecerrando mis ojos, él sonríe. –Tu amiga, bueno... –hace una pausa. –Yo... bueno...
– ¡Dios! Habla, Caleb.
– ¿Tiene novio? –frunzo el ceño.
–A Maky le van las niñas, Daniela ya sabes, disfruta su soltería y ¿Julia? –él asiente, me mira fijamente. – ¿Por qué quieres saber eso, Caleb?
–Yo...
–Además, de quien quieres saber, ¿Daniela o Julia? Por qué claramente Makayla es imposible, espera –me acomodo en mi lugar, le miro fijo – ¿Te gusta una de mis amigas? –chitea y niega dándose una cucharada de su cereal.
–Para nada, es uno de mis compañeros de futbol, le interesa, Julia Wings –me toma desprevenida.
– ¡Si!
– ¿¡Sí que!? ¿Tiene novio?
– ¡Sabia que no eran cosas mías! –mi hermano me mira confundido. –Días atrás estábamos en las gradas y Julia no apartaba la mirada del equipo de futbol, se me hacía muy extraño, pero quizás esté interesada en uno de ellos –otra cucharada de cereal a su boca, un encogimiento de brazos. –No lo sé, Julia es muy recatada en esos temas.
– ¿De verdad? ¿Crees que esté interesada en uno del equipo de futbol? –el tono emocionado de Caleb me confunde. –Osea, a mi compañero le haría bien saber eso.
–Pero satán, recuerda, no sabemos de quien se trate, son varios en el equipo de fútbol, ¿Y que si no es él? –este desvía la mirada. –Además, con respecto a la primera pregunta, Julia no tiene novio, pero ahora que es parte del grupo de porrista, quizás y les llueva chicos a montones.
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Conexiones.☆
Teen FictionLibro 1 - El hilo rojo. ¿Desde cuando podemos sentir una conexión con alguien ajeno a nuestra vida? ¿Quizás al tocar su mano? ¿Al sentir su cercanía? O simplemente ¿Al escuchar su voz? En esta ciudad llamada Hood River, un grupo de estudiantes come...