Sandy Mendes.
Estoy harta, estoy cansada, estoy temerosa de lo que pueda ocurrir, esto no era lo que quería, no era esto, no, no lo era.
– ¡Sandy! –la voz de mamá me sobresalta, bajo la mirada observo la hojilla cerca de mi muñeca. – ¡Mi amor! ¡Ven un momento es urgente! –cierro con fuerza mis ojos.
– ¡Ahora no puedo mamá!
– ¡Sandy! ¡Ven ahora! –con prisa escondo el pequeño objeto en mis manos porque sé que si no me apresuro mamá vendrá a mi habitación sin más.
Me coloco de pie, me digo una y otra vez que continuare en un momento y salgo de mi habitación. No sé qué ocurre, se supone que no me molestarían por según estar enferma, me lo invente para no ir al instituto, porque de verdad no quiero ir.
Cuando le doy el frente a la sala, encuentro a mis padres, mi hermano universitario –Dyland– y la mascota de la casa, una hermosa gata siamés que según era mía pero mamá la terminando dejando para ella. Los tres me miran fijo, yo me confundo un poco y tomo asiento delante de ellos.
– ¿Qué ocurre?
– ¿Qué está ocurriendo en el instituto, Sandy? –frunzo el ceño, observo a mamá. –Hemos recibido una llamada del director, un hombre que poco se toma eso de estar llamando a los padres de familia, así que dime si has hecho algo.
– ¿Yo? ¡Claro que no!
–Tu hermano nos ha dicho algo muy grave –dice papá. –Un supuesto grupo en Facebook donde revelan cosas del alumnado del instituto, ¿Qué sabes de eso?
–Yo... –trago duro. –Lo que todos papá, nadie sabe quién lo hace y...
–Sandy no sé si tienes algún conocimiento de lo que se ha comentado hoy, incluso en el grupo de la universidad lo han comentado, pero un alumno del Hood River ha sido atropellado o más bien, se ha lanzado al coche, según...
– ¿Qué? –digo casi sin aliento. – ¿Quién ha sido?
–Josiah Mars, ese es su nombre –observo fijo a mi hermano. –Sandy, lo que queremos saber es si tu estas bien, si no te han molestado en ese dichoso grupo.
– ¡No! –digo de inmediato. –A mí no, somos varios los que no hemos salido en esos post.
–Pero está siendo algo grave, ¿Verdad? –observo a mamá. –Porque si el director ha pedido a todos los padres para una reunión es porque están resultando cosas muy graves, Sandy.
–Yo, mamá...
–Vuelve a tu habitación amor, solo queríamos que nos aclararas algunas cosas, saber que no eres parte de eso, nos alivia... –trago duro, asiento, miro a mi hermano.
– ¿Esta Josiah bien? –se encoge de hombros.
–Ni idea, enana, lo único que se menciona es lo de su accidente y como según resulto todo, más aun no se ha dicho nada con exactitud.
Asiento y dándoles una corta sonrisa, vuelvo con prisa a mi habitación y de inmediato tomo mi móvil. Marco a un número en específico y camino de un lado a otro mientras espero que respondan a mi llamada. Me envía a la contestadora, intento una vez más y nuevamente no obtengo respuesta.
Busco con prisa algo cómodo y que me dé un poco de calor y salir de casa un rato, necesito asimilar lo de Josiah, hoy no he tomado el móvil para nada y de seguro en el grupo de WhatsApp habían informado sobre lo ocurrido. ¿Cómo pudo un popular llegar al extremo de lanzarse a un coche? ¿En qué demonios estaba pensando? ¿Tanto le afecto lo que publicaron en esa página?
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Conexiones.☆
Roman pour AdolescentsLibro 1 - El hilo rojo. ¿Desde cuando podemos sentir una conexión con alguien ajeno a nuestra vida? ¿Quizás al tocar su mano? ¿Al sentir su cercanía? O simplemente ¿Al escuchar su voz? En esta ciudad llamada Hood River, un grupo de estudiantes come...