Capitulo 16 - Dangerous love.

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Voy con mi cabeza recostada en el asiento, veo las farolas que trasmiten una luz naranja en las calles que ahora están sumidas en la oscuridad de la noche. Siento la caricia del dedo pulgar del chico que va a mi lado, aparto la mirada y la enfoco en él.

Una música tranquila y con poco volumen logra que el ambiente de regreso a casa sea muy tranquilo. Mechones de su cabello azabache ocultan un poco sus ojos, una repentina sonrisa se forma en sus labios y eso hace que el corazón se me vuelva un completo desastre.

Lo observo, me cuesta un poco creer que de esa cabecita suya salió tan bonita idea para la cita de hoy. El lugar donde nos encontrábamos era hermoso, con la vista amplia del pueblo, sentados en el césped, un par de cajas de pizza, latas de soda y un tazón repleto de chocolates. Supe que disfrutaría de su voz, en el momento que mis ojos notaron la guitarra en la parte trasera de su coche.

Me gusta, no puedo creer que lo admita, me gusta Hans Wings, y el solo roce de sus labios en los míos, logra que grandes oleadas de electricidad me recorra el cuerpo entero. En estas semanas que han pasado –casi un mes entero–, algo ha crecido en mí con respecto a Hans, creí que mi enfoque siempre iba a ser Josiah, pero ahora sé que debía ver más allá de él.

Por un lado, no sé cómo diablos podre sobre llevar esto, y me refiero a mi hermano, Julia, las chicas y Josiah. Porque, aunque no debería importarme, lo hago, le doy la importancia porque no es tan fácil convivir con rivalidades de parte y parte. Sé que Julia y mi hermano se traen algo, y que de seguro ambas nos entenderíamos en esta situación, pero ¿Que con eso de grupos opuestos? De los acuerdos y reglas que los chicos mantienen, ¿No sé qué hacer?

– ¿Es un buen lugar aquí? –observo mi alrededor. –Puedo dejarte frente a tu casa, no tengo problema de ello.

–Hans... –volteo a mirarle, él ya lo hacía. –Estallaría una bomba nuclear si mi hermano llega a verme bajar de tu coche, no quisiera problemas, por ahora –este asiente levemente.

–Tienes razón –esboza una sonrisa, noto que quita su cinturón, yo me entretengo en el mío. –Margot... –su voz muy cerquita de mí, me giro un poco, lo noto a solo centímetros. –Ha sido la mejor cita que he tenido en toda mi vida –sonrió, acerco mi rostro, nuestras frentes uniéndose.

– ¿No debería ser yo quien diga eso? –una sonrisa de su parte. –Gracias por la cena, las canciones y los divertidos juegos –acaricio mi nariz con la suya. –Y por contarme eso... –asiente levemente

–Siempre intentare darte una cita mejor que la anterior, ¿Vale?

–Eso quiere decir, que ¿Vendrán más?

–Muchas...

Sonrió, su nariz rozando con la mía, sigilosos y con cuidado, unimos nuestros labios, y esa bonita sensación que él provoca se aferra en la boca de mi estómago. Es como si me están estallando un centenar de fuegos artificiales, mis manos se tornan frías y mis labios lo anhelan cada vez más, y para ser sincera en este momento, ni siquiera los besos con Josiah llegaron a lograr tan bonita sensación y conexión en todo mi cuerpo.

Nos separamos solo un poco, su mirada fija con la mía, los latidos de mi corazón tamborean como el de él, sin dudar, me gusta más de lo que yo pienso.

Escuchamos unas voces y enseguida dejando un beso fugaz y casto abro la puerta del coche y bajo de este. Hans enciende nuevamente el coche y al bajar un poco la ventanilla, me da una mirada y se echa a andar. No enciende las luces hasta que esté un poco lejos y yo observo como se aleja cada vez más. La brisa fría hace que de inmediato me abrace y tome camino a casa con una sonrisa en mis labios

Conexiones.☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora