Estoy en un momento donde la mente la tengo hecha un desastre y la visión borrosa. Todos gritan, corean y bailan, en la distancia observo a mis compañeros, mis amigas se la pasan en grande y yo tomando el camino a la salida lateral de la casa lo hago. En ese preciso momento lo veo venir, observando a todos lados y dejándome saber que de verdad está esperando encontrarse con su ex novia.
Cuando sus ojos rasgados dan conmigo, se detiene y yo entrando en una pequeña negación mental, con prisa paso a su lado y lo ignoro, logrando que efectivamente Hans venga detrás de mí. Sus pasos son apresurados y cuando intenta tomar de mi antebrazo lo evito y forcejeo un poco con él, intenta una vez más agarrarme y sacudo tan fuerte que volteo a verlo y le miro fijo.
–Déjame en total tranquilidad, por favor... –es lo único que sale de mis labios, con ese tono crudo y triste a la vez, le entrego su móvil. –Solo, déjame ir a casa.
–Hablemos, ¿Si? –niego.
– ¿Hablar? ¿Qué vamos hablar? Es muy claro Hans Wings, que la dependencia emocional que tienes por esa tal Akemi es tan intensa que ni tú la puedes controlar.
–No es así.
– ¿No? ¿De verdad no lo es? –doy un par de pasos adelante. – ¿Qué acabas de hacer exactamente? ¿Acaso alucine el hecho de que recibiste un mensaje donde te dejaba saber que ella estaba aquí y tú no saliste inmediatamente en busca de ella? –en ese momento me percato de alguien detrás de Hans y es Daniela. –Se honesto contigo mismo, se honesto conmigo y sobre todo, se honesto con tu hermana Julia.
–Yo...
–Aun tienes algo que cerrar con tu ex novia, aun sientes algo por ella, aun, tu aun...
–No, ni se te ocurra decir que estoy enamorado de ella.
– ¿Entonces qué? –voltea a ver a Dani, ella se acerca, quedando a mi lado, y viendo fijo a Hans. –No permitiré que destroces el corazón tan bonito y noble que tiene mi mejor amiga, eso no te lo voy a permitir Hans.
– ¡No es lo que quiero!
– ¡¿Y qué es lo que quieres?! ¡¿Comprobar con Margot si aún sientes algo por esa chica de Japón?! ¡¿Es eso?! ¡¿Estaba aquí?! ¡¿Lo estuvo?!
–Claro que no Daniela –Hans me mira, para este momento, la tristeza de seguro es notoria en mí. –No es lo que busco, tú de verdad, me importas mucho mi niña.
Le miro fijo y niego, me doy media vuelta en silencio y camino sin un rumbo fijo, ni siquiera escucho lo que Daniela le dice, ni siquiera quiero enfrentar el hecho de que Hans quizás si siente algo por su ex novia y que con solo mirarme me lo dejo saber. Es como si, quisiera cegarme de la realidad y es jodidamente imposible, porque sus acciones son muy diferentes a lo que él dice y eso, allí, es donde todo cae en picada.
Camino con una extraña prisa, como si no quisiera que alguien venga de pronto detrás de mí y me detenga, pero el cambio de luces detrás de mí logra que me detenga y al ver por encima de mi hombro noto que es Dani en su coche. Con un movimiento de cabeza me llama y de inmediato subo, en una corta distancia observo a Hans, de pie y viendo en mi dirección, lo ignoro y Daniela de inmediato nos saca del lugar.
En silencio maneja y yo me mantengo con la mirada fija al frente, siento una extraña sensación en la boca de mi estómago y mis ojos comienzan arder por las inmensas ganas que tengo de llorar. No espero y no retengo lo que siento y lo hago, lloro por la rabia que en este momento me invade, la decepción y el hecho de saber que Hans no es honesto conmigo y mucho menos con su alrededor, en un momento todo color de rosa, en un segundo todo se desploma. No tengo idea de dónde va Dani, ni siquiera me molesto en preguntar, solo limpio mis mejillas e intento calmar mi respiración.
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Conexiones.☆
Ficção AdolescenteLibro 1 - El hilo rojo. ¿Desde cuando podemos sentir una conexión con alguien ajeno a nuestra vida? ¿Quizás al tocar su mano? ¿Al sentir su cercanía? O simplemente ¿Al escuchar su voz? En esta ciudad llamada Hood River, un grupo de estudiantes come...