Capítulo 35 - ¿Sentimientos despiertos?

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Daniela Alves.


Expulso todo el aire retenido en mis pulmones y volteo a mi lado, allí, donde se encuentra el hombre que me gusta y que grita prohibido. Le doy un vistazo a mi helado que ya se derrite y decido comer un poco más para no ensuciar mis manos y quede toda pegajosa. Ha pasado quizás unos 20 minutos de silencio, ni él habla y yo tampoco, y si, eso me estresa muchísimo.

Entre Derek –osea Tetsuo- y yo, no sé qué demonios ocurre, me escapo como puedo de mis amigas, intento no dar explicaciones y si les doy alguna excusa, son realmente ridículas, pero ellas, se hacen como si fueran cierto. Sobre todo Margot, quien tiene un coeficiente de atajar las cosas que son mentiras y sabe que algo se está ocultando, pero ella, ella me da el tiempo necesario para yo explicarle que es lo que ocurre con mi situación sentimental.

–Esto debe parar –por fin busco el coraje de dejárselo saber y ni siquiera busco que me mire. –Debes ya dejar de buscarme, y hacer tu antojo con tu vida amorosa, deja ya de pedir que nos veamos cuando siempre estamos en este plan, en silencio –volteo a verlo en su totalidad, mi corazón se salta un latido al notar que él ya me veía.

–Daniela, lo siento, no... –y cierra sus ojos y comienza a mover su cabeza en negación. Tetsuo es guapo, con esos ojos rasgados y cabello lacio azabache, no es tan llamativo como Hans y su infinidad de tinta en el cuerpo, pero, Tetsuo sin duda, es hermoso y muy adulto para mí. –Es solo que...

–Te gusta verme, lo sé –suspiro. –Pero si sabes que estamos a años luz de tener algo ¿Verdad? –asiente levemente. –Me llevas varios años de edad y, tú nunca esperarías por mí.

– ¿Qué te hace pensar que no? –chiteo y sonrio con amargura. –No puedes elegir por mí, ni siquiera deducir cosas que no tienes la certeza, Daniela.

–Deja de llamarme de ese modo.

– ¿Por qué, Daniela? –nos miramos fijos, mi corazón late tanto. – ¿Daniela? –y de inmediato me acerco tanto a él que nuestras narices chocan y la calidez de su respiración choca en mi labio superior.

–Porque tienes algo en tu voz, en tu manera de llamarme, que... –trago duro, niego. –Olvídalo... –y cuando estoy por volver a mi lugar, Tetsuo me toma del cuello y me lleva hasta él, con la mirada fija y el aliento con olor a dulce de leche.

–Me iré un tiempo, Daniela... –un nudo de inmediato se forma en mi garganta, niego. –No por ti, no por mí, me voy a un asunto de la empresa de papá, sabes que están en medio de abrir una nueva sucursal, papá no puede viajar, estoy tomándome un tiempo de la universidad, papá necesita mi ayuda y lo veo conveniente, así que...

–Y te osas de decir que no es ni por ti, ni por mí, cuando sabes que eso es lo conveniente, Derek –niega, suspira y le imito, también suspiro, porque tenerlo de este modo, tan cerca de mis labios es demasiado para mí. –Lo mejor es que si, te marches.

–Daniela...

– ¡Joder! –digo entre dientes, no sé dónde dejo el helado y tomo su rostro entre mis manos. –Deja de decir mi nombre de ese modo, arrastrado y como si te ardiera decirlo, ya basta Derek.

–Daniela... –le miro fijo, esboza una sonrisa. –Espera por mí, prometo que yo si esperare hasta que tengas la edad adecuada y estemos juntos.

–Ridiculeces... –intento soltar su rostro, pero él toma mis manos y las mantiene en su rostro. –Deja de estar prometiendo cosas que un hombre experimentado como tú, no hará, eres un universitario, guapo y llamativo, ¿Esperar por mí? Por una chica de prepa, ja, lo dudo Tetsuo.

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