Capítulo Veintiuno

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CAPÍTULO VEINTIUNO.

Entré a mi habitación sintiendo una gran pesadez en los ojos, lancé mi maleta al suelo, le dije a mis padres que bajaría en un segundos porque debo terminar de empacar para la tonta excursión a la que asistiremos, tuve que despertar temprano para presentar un examen final de estadistica y luego volver a terminar de empacar porque anoche no me dio tiempo, llegué de la fiesta y me quede investigando con E hasta las 3am.

Busqué el celular en mi maleta, pero una sustancia viscosa se quedó en mis manos atrapada cual hilos pegajosos ¡rayos! en mi maleta metieron un huevo, ¿Quién mete un huevo dentro de la maleta de alguien? el huevo está casi roto, enojada lo saque y el líquido terminó de deshacerse en mi mano.

–¡Qué asco! –grité mirando mi mano amarilla y pegajosa –adolescentes del demonio– grité enojada, cuando un ruido más fuerte me obligó a callarme, como si hubiesen dejado caer algo pesado, por un momento creí que habían sido mis padres en la planta de abajo, pero los improperios  provenientes de mi suelo me corrigieron –¿E? –acerqué mi oído derecho para poder escuchar mejor.

–¡E! –giré la cabeza hacia el suelo, es Nathanael, el hermano de E –¿como pudiste?– dijo algo más, pero no pude entenderlo, a decir verdad la voz del hermano de E cuando está enojado no es agradable en lo absoluto, incluso puede sonar escalofriante.

–Puedo explicarlo– escuché un fuerte golpe como si algo hubiese chocado con algo más, creo que se están golpeando.

–E ¿te está pegando? –grité torpemente, y un poco dudosa porque no comprendo el desarrollo de la escena, no se si hay una pelea o están tirando las cosas porque les da la gana.

–Emma silencio– soltó E rápidamente.

– ¡Cómo pudiste besar a mi novia! –me cubrí sorprendida, E besó a Lana, esto se va a salir de control – ¡imbécil! –escuché otro golpe, cerré los ojos organizando todo en mi mente, Nathanael se enteró de que E besó a Lana.

–E– dije apoyando mis manos sobre el frío suelo.

–Emma–gritó E enojado, creo que lo estoy distrayendo.

–No te dejes golpear– mordí la lengua, no sé por qué no puedo quedarme callada, pero debería hacerlo a menos de que quiera que le dejen la cara llena de hematomas, escuché otro golpe, pero esta vez sonó a bofetada o tal vez un golpe a puño cerrado, contuve el aliento al escucharlo, con la duda comiéndome viva porque no entiendo quién dio ese golpe.

– ¡Defiéndete imbécil! – voy a hiperventilar, Nathanael está gritando como un loco y por lo que acaba de decir ahora sé que E se está dejando golpear por su hermano ¿la culpa es tan grande que siente que lo merece? No lo sé pero debería hacer algo –imbécil– escuché otro golpe.

<<E por favor haz algo>>

–¡No dejes que te golpee! ¿estás loco?– parece que lo va a matar, hay una terrible escena con estridentes sonidos allí abajo –¡no te dejes llevar por la culpa! ¡defiendete carajo!

–Si golpearme te hace sentir mejor ¡hazlo! haría todo por ti, incluso alejarme de la chica que amo solo para que esté contigo– las palabras de E salieron tan agitadas y entrecortadas, esperé escuchar otro golpe, pero lo único que logré escuchar fue el fuerte sonido proveniente de la puerta al cerrarse.

–E... ¿estás bien? –el sonido de algo vidrioso romperse me sobresalto obligándome a cerrar los ojos –amigo enserio lo siento– escuché otra cosa romperse –ya detente E– creí que iba a golpear algo más, pero un grito desgarrador proveniente de él, me dejó callada y con unas intensas ganas de abrazarlo. Me recosté en el suelo pensativa –no sé lo que estes pasando, pero aquí ...lo lamento.

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