CAPÍTULO ONCE
Sentí el frío suelo de madera bajo mi piel desnuda, no se que acaba de pasar, pero tengo las sábanas enredadas en mis piernas y la temperatura a mil, la fiebre me está mareando y juraría que estoy alucinando, porque veo pequeñas luces blancas en la habitación, mi cabeza va a estallar y mi boca está seca, no se porque me siento de esta forma, tal vez es gripa, me levante para poder ir al baño o a buscar a mis padres, aun no me decido porque no sé dónde está la puerta, así que pérdida camine hacia algún lugar de la oscura habitación.
–no puede ser– cerré mis ojos y luego los abrí, creo que mis ojos no quieren creer lo que están viendo, la fiebre me está haciendo ver cosas raras o está pasando de nuevo, espero que esta vez no me ahogue con mi propia sangre. pero repasando con desenfreno lo que está frente a mis ojos, es de día, lo cual me da un ápice de alivio, sin embargo estoy en una calle antigua, las carrozas están pasando a mi alrededor –¡qué rayos está pasando! – me aleje del asfalto lo más rápido que pude, hasta que me percate de algo, las personas no me han visto, mire al frente al otro lado de la calle están Asier y Arnaud hablando de algo mientras se organizan la ropa, se les ve felices incluso Arnaud acaba de desordenar el cabello de Asier, como cualquier hermano o amigo haría.
<<¿será posible?>>
Estoy conteniendo el aliento, cada parte de mi cuerpo está aterrada, eran hermanos, quizás eran hermanos, de repente la situación se me hace más enfermiza de lo que creí, los dos se enamoraron de la misma chica ¡mierda! Cerré los ojos no quiero seguir viendo como esos dos congenian, me preguntó si él mató a Asier o Leila, esto es aterrador y asqueroso, que te guste la misma chica que le gusta a tu amigo o hermano, aun no deduzco lo que sean esos dos, de igual forma es un poco insano, retrocedí, cuando un caballo entró en mi campo visual
<<¿serán hermanos?>>
El tonto caballo no me deja ver bien.
atravesé la calle para poder estar frente a ellos, tuve que subir la cabeza para así poder verlos mejor
<<son hermosos>>
y posiblemente peligrosos
–no te preocupes hermano solo saludaremos, nuestro padre necesita cerrar ese negocio– la voz de Arnaud se escucha tan tranquila, mire al lado izquierdo estoy junto a un puesto de flores, Asier se agacho para ver las rosas, levantó la cabeza y puedo jurar que me está mirando, no sé cómo eso sea posible, pero lo está haciendo –¿rosas, rosa o rojas? – Asier se encogió de hombros –vamos hermano– no puedo imaginar a Arnaud siendo alguien feliz, pero se le ve feliz, como si no fuese malo, pero estoy segura que es un disfraz puedo oler su aire de manipulador. Asier eligió cinco rosas rosa, Arnaud sacó algo de su bolsillo tal vez monedas, para luego alejarse, pero Asier se quedó allí mirando las flores.
–Asier– mi voz salió entrecortada y temblorosa –¿es tu recuerdo? –pregunté, estuve pensando eso desde hace mucho tiempo
–Los recuerdos, son como páginas viejas de un libro, se quedan allí para que, quien pueda verlos lo haga, ese es el mayor temor de todos– miro mi rostro –no se pueden borrar, vivirán eternamente, sin importar si ya pasaron, siguen allí como energía– creo que quiero llorar.
–¿Son tuyos? –asintió –y... ¿Cómo te puedo ver? Si estás muerto– su rostro dejó de pasar a ser pensativo a mostrar dolor lo se porque sus ojos verdes están vidriosos y perdidos seguramente en el pasado –¿verdad?
–Es correcto Emma– mis mejillas están humedecidas, y una pequeña lágrima salió de su ojo derecho.
–¿Qué debo hacer? No, no sé nada, siento que no puedo con todo esto, ni siquiera sé por qué está pasando– me ofreció una rosa blanca del puesto de rosas, la tome apretando fuertemente mi mano contra el tallo, el dolor se siente real intenso y molesto.
ESTÁS LEYENDO
Dos Mundos
Fantastik"Todo es mejor cuando los mundos colisionan" Mi nombre es Emma Ramírez Biavardi, siempre me había considerado como una adolescente normal, hasta que tuve ese sueño, aquel que cambio mi vida para siempre. Dicen que todos nacemos con un destino, y en...