Capítulo Veintitrés

6 2 0
                                    

CAPÍTULO VEINTITRÉS

Estoy abrumada, la mujer que sostiene mi brazo desesperadamente es Casandra, no entiendo que ocurre...¿como es posible que nos estemos viendo? acaso estoy soñando de nuevo, si es así puede que este haya sido uno de los más largos.

Abrió una puerta de madera estrepitosamente.

–Entra– ordeno, la casa se ve muy vieja, es como si estuviera en la casa de Annie con una E, por un momento contuve el aliento por el pasmo, cómo es posible que esté aquí, nada de esto tiene sentido.

–Auch– grité, Casandra acaba de pinchar mi brazo con una aguja –¿por qué hiciste eso? –me miró confundida.

–Parece que no sabes mucho de nosotros– guardó esa gota de sangre en un pequeño cilindro de vidrio –no estás soñando Emma, esto es real– dejó la sangre sobre La extensa mesa de madera –lo sabía– murmuró para sí misma, me acerque confundida porque está mirando mi sangre con absoluta determinación.

–¿Qué ves? –señaló el recipiente transparente.

–Mira como se mueve tu sangre– me agache para poder mirar el recipiente, mi sangre se está moviendo como si hubiese un imán en la mesa, abrí la boca asustada –esto es increíble– negué asustada, no es increíble, es como si mi sangre quisiera salir del tarro, tal vez sea por el hecho de que no pertenezco aquí, puede que explote o algo por el estilo, eso es aterrador.

–Eso no está bien– me alejé del recipiente que contiene mi sangre, la cual ahora flota en el espacio reducido que tiene –seguramente es porque no pertenezco aquí.

–Puede ser, pero entonces ¿por qué llegaste aquí? –mordí mi labio inferior, una pregunta que aún no tiene respuesta –mira Emma, esto no es normal– señaló mi sangre –pero no hay forma de regresar y dudo mucho que sea un error– negué sujetando mi cabeza, no sé qué hago aquí, mis padres deben de estar buscándome, cerré los ojos preocupada, mis padres seguramente están llamando a la policía, inhalé hondo pero al exhalar una respiración temblorosa se apoderó de todo mi cuerpo dejando que unas cuantas lagrimas salieran de improvisto –Emma mantén el control– retrocedí asustada, no sé qué hago aquí, las imágenes de mis padres buscándome desesperadamente en el bosque no están ayudando –Emma– negué volviendo a retroceder, creo que la temperatura acaba de subir unos cuantos grados más –¡ey! – parpadeé–sácalo de tu cabeza– no entiendo de qué habla ¿Cómo sabe lo que pienso? –escúchame, si no te controlas te puede dar algo– sus frías manos llegaron a mi frente, siento como las ondas de energía se mueven en sus manos, es como si estuviera sacando algo de mi cabeza –contrólate– sentí ligeros corrientazos en mis manos y pies, esto no es normal –la mente humana puede ser peligrosa– presiono ligeramente mi cabeza –respira e imagina que todo esa presión en tu cabeza sale de ti– cerré los ojos dejando salir esa presión de mi cabeza –eso es– inhalé hondo –si no te controlas te puede dar algo.

–¿Cómo lo sabías? –pregunté –¿cómo sabes lo que pienso? –Casandra se alejó.

–En nuestra cabeza nos llega una voz no muy audible para muchos, lo que escuche fue ¿dónde estoy? ¿Qué hago aquí? Mis padres –esto es muy extraño –pero solo podemos escuchar esos pequeños trazos y nuestra cabeza lo organiza formulando una respuesta clara.

–Así que pueden escuchar los pensamientos de los demás– dije sentándome en una de las sillas de madera.

–Es complicado– me imaginé mis preguntas sonando a lo lejos, tal vez así es como lo escuchan.

–Algo así– giré hacia ella –lo lamento, es que a veces llegan a mi cabeza sin que yo quiera– asentí, pero es incomodo –si no quieres que escuche lo que piensas imagina que cada que piensas en algo al final hay psicofonía– fruncí el ceño –ese sonido de psicofonía al final hará imposible que podamos escuchar lo que ocurre en tu cabeza, por más que queramos, si en tu cabeza dices algo como ¿Dónde están los pájaros? Imagina al final una fuerte psicofonía y ya está– asentí, supongo que lo puedo hacer –es algo automático, solo practíca de vez en cuando y en pocos días lo harás de manera inconsciente

Dos MundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora