CAPÍTULO VEINTICINCO
Los padres de E siguen observando a Emma con incredulidad, sorprendidos por la historia de su hijo y aún más por tener una humana en su hogar, Denis miró a su hijo con preocupación, comprendía las actitudes de rebeldía y los problemas que ocasionaba su hijo al no respetar a la Corte Roble, pero esto era diferente, no se trataba de una revuelta o de un berrinche, se trataba de algo más serio e ilógico.
–¿Estará bien? –preguntó Gerard el padre de E – iré a decirle al personal que se queden en sus habitaciones, no queremos que haya rumores sobre una humana por todos lados– salió de la sala hasta perderse en la oscuridad del pasillo.
–No creo que este lugar sea seguro para ella– Casandra siguió limpiando los residuos de sangre bajo la nariz de Emma –pobre niña– murmuró terminando de limpiar toda la sangre –seguiré insistiendo en que debe estar con Ralph.
–Tiene razón ¿qué opinas Nathanael? – dijo Arlet junto a E, Nathanael parpadeo confundido, no entiende nada de lo que ocurre, pero tiene muy claro que esa chica significa problemas –despertó.
Emma frunció el ceño adolorida, su cabeza es una constante onda violenta palpitando a cada quejido proveniente de su boca, iba a decir algo, pero la debilidad se apoderó de su cuerpo así que solo se limitó a abrir los ojos, la luz amarilla proveniente del fuego le dio una vista clara de las personas que la rodean.
–E– murmuró.
–Dime– E se arrodillo a su lado, absorto en la preocupación al ver a la joven en ese estado.
–El presidente de la corte Roble viene a cenar todos los viernes con nosotros, no cabe una remota posibilidad de que no se fije en ella– Nathanael señaló a Emma –de solo verla sabes que no es normal– Emma rodó los ojos aun sabiendo que iba a dolerle inmensamente, pero aun así lo hizo con todas las intenciones, Nathanael lo noto confundido, pero a la vez con curiosidad, al escuchar la historia de su hermano comprendió que esa chica sabía más de él que lo que él sabe de ella, y eso no le agrada.
–Yo– dijo Emma –no sé qué pasó– se sentó confundida –lo lamento mucho.
–¿Por golpearte? –Preguntó Arlet –eres divertida– se sentó junto a ella –enserio no me creo que seas del mundo de arriba, me pregunto si tener contacto contigo sea peligroso, ya sabes por lo de tu sangre– Emma entrecerró los ojos.
–Sí, soy de mi mundo y esta es mi sangre– Arlet y E sonrieron –eso se escuchó tonto, lo lamento.
–Deja de lamentarte, no eres una mártir– soltó Nathanael de repente, Emma abrió los ojos, pensó en lo destructivo de sus palabras "repudio" pensó Emma sintiendo una pequeña vena brotar en su cuello.
–¿Eso debería ser gracioso? –preguntó sintiendo la cólera por su sistema, pero se contuvo por su dolor corporal y porque E quien ahora está de pie, se encuentra a la defensiva, en contra de su hermano.
–No le prestes atención a ninguno– la madre de los tres chicos se acercó a la joven, su cabello rojizo la dejó perpleja "las mujeres de la familia Chavalier sobran de belleza" pensó Emma –te llevaremos donde un amigo de la familia que podría ayudar, entiendo que puedas estar asustada, esto debe ser más abrumador para ti que para todos nosotros– la joven tuvo que dejar de escuchar pues por un minuto sintió su instinto maternal recordando a su madre y las veces que había deseado estar lejos de ella, pero ahora que sus deseos incentivados por la ira se habían cumplido como una decisión al azar del destino, sintió la situación como un castigo por sus actos y no tenía más remedio que sentir el dolor emocional por estar lejos de los seres que le dieron la vida.
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Dos Mundos
Fantasy"Todo es mejor cuando los mundos colisionan" Mi nombre es Emma Ramírez Biavardi, siempre me había considerado como una adolescente normal, hasta que tuve ese sueño, aquel que cambio mi vida para siempre. Dicen que todos nacemos con un destino, y en...