CAPÍTULO TREINTA Y SEIS
De mi mente solo salen todas las posibles muertes que podría tener, no sé qué hacer, ni siquiera podría usar un cuchillo para asesinar a alguien, además es de noche, todo sería diferente si fuese de día, subí al auto aferrada al objeto filoso mientras Mary Conduce como lunática, no dejo de pensar en que si la situación lo amerita debo herir a alguien.
– ¿Que vamos a hacer?– murmuré mirando la ventana, el mirador está repleto de personas, no sé porque lo veo, solo sé que desearía ser uno de esos despreocupados adolescentes.
–Iremos a la casa– giramos estrepitosamente, tanto que casi suelto el cuchillo –empacaremos ropa e iremos a mi casa de campo.
–¿La casa de campo del abuelo?
–Sí, tenemos que ser rápidos.
Subir las escaleras me pareció una eternidad y no dejo de ver el cuerpo de Salma lleno de sangre, como tampoco dejo de pensar que eso nos puede pasar si no escapamos, entre a mi habitación con un fuerte dolor en el pecho y unas inmensas ganas de llorar, tome todo lo que pude para guardarlo en mi mochila negra, teniendo todo listo salí de mi cuarto, E tiene todo en una maleta negra, sus ojos están fijos en el frío suelo, no sé qué piensa solo sé que no es nada bueno.
–De acuerdo hay que irnos aho... – un golpe estruendoso como si algo hubiese caído me puso la piel chinita –están aquí hay que entrar a mi habitación—soltó abue Mary con desespero, corrí a la habitación, E me siguió pero antes de que abue entrara alguien jalo su brazo.
–Mary– grité abriendo la puerta, el hombre lanzó a abue hacia una de las paredes del pasillo, enojada me lance a la espalda del hombre golpeándola a puño cerrado con toda la fuerza que pude hasta que caí de trasero al duro suelo, mi cabeza chocó tan fuerte contra la pared que varias chispas blancas están dando pequeños saltos en mi panorama.
Escuché a una voz desconocida gritar pero la oscuridad me impide ver con claridad lo que sucede.
–¿Te puedes levantar? –intente hacerlo pero todo dio vueltas a mi alrededor de una manera horrible –Elly ¿dónde están las llaves del auto?– miré a todos lados.
–Qu- qué llaves– balbuceé buscando el rostro de E.
–No te preocupes ya las encontré– sus manos tomaron mi cuerpo –Elora no te duermas– asentí mirando el suelo en busca de Mary.
–No dejes a Mary– escuche un "no lo haré" de su parte hasta que todo fue oscuridad.
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Elora despertó mirando a su alrededor, vio la cama de su abuela obstruyendo la puerta, los golpes aumentaron amenazando con romper la puerta, mientras E está haciendo una cuerda improvisada con cobijas, cuando termino de hacer todos los nudos, se acercó a la ventana, levantó a Elora, no sin antes notar la sangre que sale de su cabeza a borbotones.
-Elora debemos salir ahora-anunció, la joven se acercó a la inmensa ventana, se sujetó de la improvisada cuerda hecha con cobijas, pero dudo viendo la gran altura que la asedia.
–Bajar– por un momento quiso objetar, sin embargo la puerta comenzó a romperse desde la cerradura –mierda, mierda.
–Debes salir rápido para que pueda volver por Mary– la joven buscó a su abuela, al no verla en la habitación entró en pánico, quería ir a la puerta para ayudar a su abuela pero E se lo impidió –Elora ¡baja ya! Me estás retrasando– asintió acercándose a las cobijas. Bajo con cuidado pero cuando llegó al suelo no pudo mantenerse de pie –ya voy– E se lanzó por la ventana cayendo ágilmente al suelo, intentó ayudar a la joven pero ella se negó.
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Dos Mundos
Fantasy"Todo es mejor cuando los mundos colisionan" Mi nombre es Emma Ramírez Biavardi, siempre me había considerado como una adolescente normal, hasta que tuve ese sueño, aquel que cambio mi vida para siempre. Dicen que todos nacemos con un destino, y en...