Capítulo Veintinueve

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CAPÍTULO VEINTINUEVE

Entre a la bañera de hierro fundido hecha un bola de estrés, abrí la llave dejando que el agua saliera y solo por un instante imaginé el baño de mi casa, pero la imagen en mi cabeza fue reemplazada por un baño en llamas, negué volviendo a la realidad y esa es que estoy aquí atrapada con unas inmensas ganas de ver a mis padres, pero si puedo volver a casa las cosas van a ser diferentes, mis padres me deben muchas explicaciones, necesito respuestas aunque aún recuerdo algunas cosas pero no todas, y no quiero derrumbarme con todo esto, pero es imposible no hacerlo, llevo seis semanas aquí y Nathanael se fue hace dos días, creí que él y yo teníamos un trato, pero se fue sin decirme nada, y en cuanto a E, pasa mucho más tiempo con Lana, cosa que no me agrada del todo. Casandra aborrece esa situación, dice que no está bien que sigan hablando, evidentemente no están juntos, eso sería más incómodo de lo que es, pero recuerdo que E me dijo que eran muy buenos amigos, hasta que él la beso.

Tomé uno de los envases cafés, que Ralph me obsequió, saque una gran cantidad de jabón líquido con olor a canela.

–¿Puedo pasar?– Arlet golpeó la puerta del baño, iba a decir "no", pero la puerta se abrió, parece que en este lugar no conocen la privacidad, miré abajo lo único que cubre mi desnudez es la gran cantidad de espuma en la bañera.

–Hola– no me dio tiempo a preguntar sobre su inoportuna visita. Se sentó al lado de la bañera con los ojos mirando al suelo, me encuentro demasiado incómoda y confundida como para intentar traducir su expresión.

–Acabo de escuchar algo que no quise escuchar, pero escuche y ahora no puedo sacarlo de mi cabeza– sus ojos están gobernados por una leve sorpresa, hice un ademán con la cabeza para que siguiera lo que me está diciendo – E estaba peleando con Lana por ti– miré sus cejas rojizos –fue muy extraño– no sé si me incomoda más el hecho de que ellos dos estén aquí o que estén hablando de mi –Lana dijo que tu debías hablar con los robles y que ellos eran la solución y E le dijo que tú no irías con ellos, entonces ella dijo que los Robles debían hablar contigo y que ella iba a llevarte– se acercó más –E hizo un escándalo y le dijo que si no iba a hacer lo que ellos habían planeado entonces que se fuera– tragué saliva.

–¿Crees que saben lo de Nathanael?– negó –pero entonces ¿Por qué se fue tu hermano? – se encogió de hombros pensativa.

–Quita esa cara, seguramente tuvo que hacer algo importante– asentí, Arlet tomó un poco de espuma que sobresalía de la bañera – ¿Ralph sigue intentando desactivar tus recuerdos? –Volví a asentir –y ¿recuerdas algo más? – Volví a asentir – ¿puedo saber? – sonreí.

–Recuerdo que estaba en casa de mi abuela y estaba en el jardín dibujando un lobo– sonreí mirando el techo.

–¿Eso es todo?

–Sí, no recuerdo el resto, de hecho lo demás es demasiado difuso, Ralph me dijo que seguramente no era algo importante– asintió presionando sus labios.

–No puedo creer que en dos días el único avance haya sido ese– la miré con preocupación.

–¡Oye! –Solté –ha sido muy difícil, además es demasiado doloroso– uno de mis dedos fue directo a mi frente.

–Perdón– volvió a coger más espuma –lo único bueno de todo eso es que estás recuperando lo que es tuyo– sonreí, pero lanzó la espuma que tenía a mi rostro, afortunadamente solo cayeron pequeñas chispas pero una de ellas entró a mi ojo izquierdo.

–¡Mi ojo! – Arlet comenzó a reír –arde–moví los brazos con desespero.

–No puede ser lo lamento– parpadeé –no pensé que te fuera a arder.

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