Es más fácil decirlo que hacerlo

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Seokjin quería salir corriendo de allí. No soportaba más las muestras de apoyo, de ánimo y la maldita indulgencia con que Namjoon se estaba comportando. Mientras trataban asuntos relativos al banco, sentados en la sala de reuniones, el alfa no dejaba de proceder de forma odiosa y sin ningún disimulo, delante incluso de su padre alfa.

—Seokjin puede encargarse perfectamente de negociar ese contrato.

—Por supuesto, él está muy preparado; además sabe aprovecharse bien de las debilidades de un tipo como Sung.

El aludido siguió repiqueteando con la pluma sobre la mesa. Siwon miró al abogado y a su hijo sin entender qué estaba pasando. El abogado siguió hablando.

—Sus intereses comerciales le están reportando buenos beneficios, aunque sé de buena fuente que está pensando en retirarse y dejárselo todo a su hijo mayor. —Miró a Seokjin—. Por desgracia él solo piensa en divertirse y en gastarse la fortuna de su familia en... —Hizo una pausa, no porque quisiera buscar otro término sino para dar mayor efectividad a su discurso. Pero quedar bien nunca está de más y para que Seokjin protestara un poco sacó unos documentos y se los pasó a Siwon.

—Ya veo —dijo Siwon tras leerlos y devolvérselos.

—¿Me dejas...?

—No —respondió su padre—, no es nada del otro mundo —explicó mirando al abogado. Seokjin odiaba ese entendimiento tácito tan alfista que lo dejaba fuera solo por su naturaleza omega.

—Ya, claro —murmuró enfadado.

—Seokjin tiene derecho a leerlos, al fin y al cabo... cuanto mejor informado esté... —dijo Namjoon pidiendo permiso para mostrarle los documentos. No quería arriesgarse y esperó a que Siwon asintiera. De todos modos, el omega acabaría leyéndolos ya que él se los proporcionaría más tarde.

—Vaya tontería —dijo Seokjin al leerlos—. No es ninguna novedad que le guste despilfarrar dinero en clubes de mala muerte.

—No, no lo es —dijo su padre alfa algo molesto.

—Sigue leyendo —sugirió Namjoon.

—Siempre me pregunto cómo consigues averiguar tantas cosas de la gente, de dónde... —Quería aprovecharse de las circunstancias y, de paso, lanzar una indirecta en toda regla, pero se calló al llegar a la parte interesante. Hubiera querido seguir pinchándole un poco, pero no podía dar crédito a lo que estaba leyendo.

Siwon tosió. Seokjin se sonrojó, pero pasada la vergüenza inicial quiso saber más de aquel asunto.

—Comprendo —murmuró finalmente el omega.

Por suerte, el alfa mayor tuvo que ausentarse para atender una visita y al quedarse a solas con Namjoon le preguntó sin perder un segundo:

—¿Le gusta vestirse de mujer? —inquirió en voz baja, como si fuera un preciado secreto que se debía mantener a toda costa.

—Y... no solo eso —respondió Namjoon, imitando su ridículo tono y dejando la puerta abierta a las especulaciones, para que la mente de Seokjin se pusiera a pensar al respecto.

—No me le imagino actuando de cara al público. —Se rio—. ¿Viene aquí la dirección del club donde trabaja? —preguntó muy interesado echando otro vistazo al informe.

—Ni se te ocurra aparecer por allí. —Seokjin arqueó una ceja ante esa prohibición—. Al menos, no vayas solo.

Namjoon tuvo que utilizar un tono quizás demasiado enérgico, pero no quería correr riesgos; este omega era capaz de cualquier cosa.

—Para tu información, no necesito una visita guiada, solamente satisfacer mi curiosidad. Aunque... —Se mordió el labio—. Luego me cueste una barbaridad mantenerme serio cuando me reúna con él.

A contracorriente ➳ NamjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora