Sensatez

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—¡¿Cómo?! —Seokjin se dio la vuelta para increparlo ¿Namjoon estaba loco? ¿Quería que no hiciera nada?—. No pienso quedarme de brazos cruzados. ¡Ni hablar!

—Escucha un segundo. —El omega se tapó las orejas como un cachorro haciendo un berrinche—. Mierda, no te hagas el tonto —se quejó agarrándolo de las muñecas—. Tú no debes intervenir, ¿me escuchas? De ninguna manera. Tiene que ser tu hermano quien se dé cuenta.

—¡Es mi hermanito, maldita sea!

—Lo sé, mierda, lo sé, pero si interfieres todo será peor —dijo el alfa abrazándolo. Entendía su reacción, pero Seokjin debía pensar en ser más prudente y no actuar llevado por un impulso.

—Mi padre está al tanto de esto, ¿no es cierto?

—Sí. —No tenía sentido para Namjoon ocultarlo.

—Pues entonces hablaré con él.

—Seokjin, escucha y presta atención. Nadie puede meterse en medio de esa relación. Nadie —recalcó con un brillo en sus ojos. Seokjin intentó negar, pero no pudo—. Tu padre alfa lo sabe, y aunque le gustaría hacer algo es consciente de que en primer lugar puede que tu hermano no lo acepte y acabe por volverse contra ustedes. Ya sabes cómo Jimin se pone cuando critican a Taemin por más mínimo que sea. Y, en segundo lugar, a pesar de todo, Taemin quiere y se preocupa por tu hermano. Estoy seguro de que se lo dirá en algún momento.

—¡Oh, claro, claro! —Seokjin se apartó del abogado y se envolvió con rabia en la toalla. El alfa no hizo lo mismo, pero la exhibición de su cuerpo desnudo no iba a distraerlo esta vez—. ¿Y cuándo será eso? ¿Cuando atrapen pillen en un club haciendo lo que sea que hacen esos alfas?

Namjoon se cruzó de brazos dispuesto a dejar que Seokjin tuviera su rabieta producto de la incomprensión antes de actuar.

—¿Que pasen los años esperando a que ese tipo decida explicárselo y que cuando lo haga sea demasiado tarde?

Namjoon buscó su tabaco, la rabieta iba a ser más extensa de lo que esperaba.

—¡Cuando lo vea...! ¡Notario! ¡Y encima el muy... quiere ser notario! —Seokjin siguió alzando la voz.

—Eso es completamente cierto —apuntó Namjoon con voz tranquila—. Es un buen estudiante.

—¿Cómo puedes defenderlo? —Seokjin le dirigió una mirada asesina, como si se hubiese aliado con el enemigo.

Namjoon dio una calada a su cigarro intentando buscar las palabras adecuadas para que el omega dejara de armar tanto jaleo.

—El que sea homosexual no significa que sea un mal alfa. Seokjin, mierda, abre los ojos y deja de comportarte como un estúpido.

—Encima te atreves a insultarme —contraatacó el omega de muy mal humor. No entendía a qué venía esa actitud tan comprensiva. Y, por si fuera poco, Namjoon lo llamaba estúpido. ¿Quién se cree para tratarlo así?

Namjoon apagó el cigarro de mala manera en el lavabo y se acercó al omega castaño.

—No es un insulto. Simplemente quiero que recapacites, ¿de acuerdo? —dijo el alfa hablando sosegadamente para no alterar más los ánimos, ya de por sí bastante enervados de Seokjin.

—No.

Seokjin seguía en sus trece. De acuerdo, tenía derecho a su pataleta. Y... ¿Se estaba volviendo un idiota enamorado ya que hasta contemplar su enfado lo ponía cachondo?

No, no era eso; simplemente se trataba de los efectos del nefasto masaje que Seokjin había intentado darle con los pies y de la visión de un omega envuelto tan solo con una toalla.

A contracorriente ➳ NamjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora