¿Puedo contar contigo?

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A ninguno de los dos se les pasó por alto las sonrisas de complicidad de la familia cuando salieron juntos de la casa de Seokjin. Todos los allí presentes, incluido su hermano menor, Minie, proclamaban a los cuatro vientos la buena pareja que hacían.

—No sé por qué siguen insistiendo —murmuró Jungkook—. Vamos, sube al coche. —Seokjin no dijo nada, por si acaso.

No es que entre sus planes estuviera la idea de casarse con Jungkook, pero sí de contar con él de un modo muy particular.

—¿Has oído los rumores acerca del hijo de Sung?

—¿El que se cree cantante y se está gastando una fortuna en actuar en un teatro de mala muerte?

—¡Maldita sea! Se supone que ese era un chisme jugoso —protestó el omega, pues pensaba que tenía un tema interesante para distraerlo lo suficiente hasta poder hablarle de lo que realmente quería—. ¿Podríamos ir al...?

—Ni hablar, no voy a llevarte a un club como "La Ratita Presumida".

—Bromeas. —Seokjin lo miró abriendo los ojos como platos—. ¿De verdad se llama así?

—¿Tengo cara de estar bromeando? —replicó el alfa aguantándose la risa.

—No sabría decirte. Y no me distraigas. —Por lo menos había averiguado el nombre del club—. Sabes perfectamente que voy a ir. De ti depende que lo haga acompañado o solo.

—Pasas demasiado tiempo en dudosas compañías —contraatacó Jungkook en clara referencia al abogado.

«No tienes ni idea», pensó el omega.

—Como quieras... —No insistió más, pues ese asunto podía resolverlo más adelante.

Llegaron al restaurante y Jungkook, como siempre, se mostró atento, educado, alegre, buen conversador... Hasta que llegaron los postres.

—Ha llegado la hora, querido. Confiesa.

—Eres peor que mi hermano alfa imitando a un matón —replicó el omega

—Jin... —Jungkook se mostraba impaciente por conocer los detalles sobre la aventura de su amigo. Ya no quedaban temas sobre los que hablar y Seokjin con una aventura no era algo común.

—Prométeme que pase lo que pase no dirás ni una sola palabra. A nadie.

—¡Cuánto misterio! Está bien. Lo prometo. —Hizo un gesto infantil para dar más énfasis a su promesa—. Pero deja de alargar el asunto. ¿Quién es el bastardo afortunado que va a morir por intentar quitarme a mi querido Jinnie?

—No seas bobo —le reprendió el omega riéndose. Después respiró profundamente.

—Seokjin...

—Está bien, te lo diré. Se trata de Namjoon.

—¿Namjoon? ¿Qué Namjoon? No me suena.

—¿Te suena más cierto abogado que...?

Su amigo y aspirante a cocinero tardó exactamente dos segundos en procesar la información.

—¡No me jodas! —exclamó sorprendido, sin creérselo—. Perdón —añadió rápidamente ante su falta de modales.

—Pues sí —le confirmó Seokjin haciendo una mueca—. Por eso necesito que...

—¡No me lo puedo creer! —lo interrumpió—. De todos los alfas que te rodean. ¿Él? Cariño, no puede ser; ese alfa no te conviene.

—¡Ya lo sé! Pero... en fin, ha pasado.

A contracorriente ➳ NamjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora