Una oferta que no pueda rechazar

389 68 5
                                    

Allí estaba Seokjin, como su hermano menor había dicho, sentado en la terraza, puede que incluso relajado, dándole la espalda. De acuerdo, Namjoon tenía que resolverlo antes de comer. Podía conseguirlo.

Pues nada, manos a la obra.

Caminó hacia el omega, preparándose para lo peor.

—¡Al final se ha animado a acompañarnos! —exclamó sonriente Jimin al verlo aparecer.

«Qué omega, siempre amable, sonriente, cariñoso... lástima que me guste más el hermano mayor». Y lástima que en breve se fuera a llevar un buen desengaño amoroso. Le hubiera gustado poder evitarlo, pero era algo que él solo tenía que afrontar. Ese tonto de Taemin debía despabilar y aceptar de una vez por todas que Jimin no se merecía permanecer en la ignorancia por más tiempo.

Aparcó las preocupaciones por la vida amorosa de su futuro cuñado y se centró en el novicio rebelde.

—¿Qué haces tú aquí? —preguntó el gruñón girándose y mirándolo con cara de pocos amigos. Seokjin le dedicó una de sus miradas de fastidio intentando que se diera por aludido y desapareciese, pero no todo es posible en esta vida.

—Jin, ¡no seas impertinente! —lo reprendió Jimin—. Discúlpelo, señor Kim; hoy está inaguantable. —Parecía avergonzado por el comportamiento de su hermano e intentó suavizar el golpe—. ¿Por qué no se sienta?

—Gracias —rechazó la amable oferta de Jimin—, pero me gustaría hablar con Seokjin —explicó mirando la espalda del aludido.

—Hoy es domingo, ¿no puede aplazarlo hasta mañana? —inquirió Jimin y Namjoon supo por su tono que no era ni mucho menos una crítica, simplemente la fuerza de la costumbre.

—No, no puedo —respondió sin perder detalle de cualquier movimiento que hiciera el novio rebelde.

—Está bien, siéntese entonces. —Jimin señaló el juego de té dispuesto en la mesa—. Sírvase algo, por favor. Yo no los molestaré.

—Me temo que son asuntos personales —explicó Namjoon con una sonrisa—. A no ser que tu hermano, el que parece mudo, quiera discutir ciertos temas delante de ti. —Sonrió de forma sardónica y mantuvo el tono amable esperando a que el gruñón saltase ante su provocación.

—Eres un cabrón oportunista —dijo Seokjin, sorprendiendo a su hermano pequeño. No así a Namjoon, que se esperaba una respuesta contundente. Era su Seokjin de siempre.

Jimin abrió los ojos como platos y miró a uno y a otro alternativamente.

—¿Jin...? —inquirió mirando a Namjoon y a su hermano, ahí pasaba algo extraño. El alfa no vino a hablar de negocios y dudó al ver la cara de su hermano antes de seguir preguntando—. ¿No será... él? —Creyó haberse aventurado al decirlo, pero estaba claro, por la expresión de ambos, que había dado en el blanco.

Namjoon arqueó una ceja. Por lo visto aquí era imposible guardar un secreto. Esperó paciente la respuesta, la cual no se hizo de rogar.

—El abogado de papá es un alfa que apunta muy alto, querido Minie. Ten cuidado, no sabe aceptar un no por respuesta —apuntó Seokjin queriendo parecer distante y de paso tocarle un poco la moral.

El alfa no se esperaba menos de Seokjin.

Minie miró al abogado, su hermano exageraba.

—¿Es o no es él? Responde —instó su hermano menor para salir de dudas; con Seokjin nunca se sabía.

—¿El qué?

—El alfa del que estás enamorado, pero dudas de que quiera casarse contigo por algo más que por tu posición y con el que has estado... —Se calló, colorado como un tomate, porque se avergonzaba hablar sobre esos temas.

A contracorriente ➳ NamjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora