—Miles de años antes...—dijo el profesor.
Al inicio de los tiempos, no fue Dios, sino el universo un gran ente, quien comenzó a crear todo, como tenía conciencia propia y una capacidad impresionante para controlar la materia, creó algunos detalles muy importantes en toda nuestra historia, como aquella pequeña chispa de vida, la cual era Dios, así fue como él realmente nació, prácticamente el universo era padre de nuestro creador.
Este ser era muy poderoso, poseía la capacidad de crear y destruir, pero de una forma muy primitiva. Por eso el universo opto por crear otros complementos para ayudarlo, así nació, amor, espacio, tiempo, vida, muerte, bien, mal, etc.
El universo los dirigió a todos a una pequeña esfera creada por él, la ubicó en uno de los tantos sistemas solares que poseía este gran ente.
Dios sabía que ese sería su hogar, lo llamo tierra, con ayuda de los conceptos creó un planeta habitable, pero no le coloco ningún tipo de habitante, aún no lo consideraba necesario.
El sintia que no debía vivir en el suelo, fue hasta las alturas del planeta y creo el cielo, un lugar especial para él, junto a todos los conceptos este ser hizo a los querubines, ángeles, arcángeles y otros habitantes de ese espacio, los cuales serían buenos y capaces de transmitir paz y amor.
Pero el universo hizo una jugada maestra y determinó que todo debería ir en una balanza, si el cielo era habitado por lo bueno, debía existir un lugar en la misma tierra, que contuviera a seres malos y crueles.
En dos días se creó el infierno, demonios y criaturas crueles lo habitaban, Dios que en ese entonces vivía en completa paz y armonía fue perturbado por uno de sus mensajeros, le advirtió sobre la presencia de un lugar extraño en las profundidades del planeta, Dios con ayuda de un hechizo del concepto de la magia logró ver completamente ese sítio.
Quedó en shock al ver a las criaturas, eran grotescas, hacían cosas malas, pero ignoro a algunas que hacían cosas buenas, él no las comprendía ni sabía que hacían ahí, la única respuesta que obtuvo fue la de el viento murmurando—“si existe lo bueno, también lo malo, para que todo quede perfectamente equilibrado”.
No estaba de acuerdo con esa idea, no quería que esos seres horribles corrompan a los habitantes que él crearía en el futuro para habitar su planeta.
Tomó la decisión de estudiarlos no podía borrarlos simplemente, no era tan fuerte, Dios era consciente de que poderes poseía el y los conceptos, incluyendo a los de avaricia, egoísmo y otros que mantenía encerrados en una celda aprueba incluso de sus propios poderes, la cual cuidaba el mismo, ya qué no quería que esos conceptos "malos" como él los consideraba, corrompan a alguno de sus ángeles.
Paso muchos años estudiando a esos seres, llegó a saber que se llamaban demonios, pero no eran como los angeles, ellos eran malos a sus ojos, así que comenzó a pensar en un plan para borrarlos. Decidió llamar precisamente a su hijo, quien vigilaba la celda de esos conceptos “malos” actualmente, para encomendarle esa gran misión.
—Necesito que venga aquí lucifer, así que llámalo—ordenó Dios a uno de sus mensajeros.
—¿Me llamaste padre?—preguntó Lucifer, cuando recién entraba a la oficina de su padre.
—¡Sí!—le contestó.
—¿Para que?, o es que... ya no quieres que cuide a los conceptos encerrados.
—No es eso, tú eres uno de mis arcángeles más fuertes e inteligentes, por eso te llame.
—Ya se eso, no tienes que recordármelo padre—comentó lucifer mirándose en un espejo.
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Un Cuento Para Mike.
AléatoireTodos tenemos una historia que contar, algún recuerdo que guardamos en nuestra mente a la espera de ser contado. Mike solo es un joven universitario que está apunto de escuchar una historia sorprendente, una que le dará a conocer los orígenes de las...