Capítulo 35

9 2 0
                                    


Jesucristo había caído en la trampa de su padre, al dia siguiente después de hablar con "él", no tenía ninguna duda, Dios seguía encerrado.

Pero su padre estaba con sus tropas organizando algo muy importante.

—¡Toda esta operación debe ser extra confidencial!—dijo Dios.

—¡Asi sera señor!—dijeron en coro los angeles soldados.

—¡Nadie más debe saberlo, no quiero que alguno de mis hijos se involucre en esto!

—¿Qué es exactamente lo que haremos señor?—preguntó un soldado.

—Nosotros nos encargaremos de acabar con una plaga muy molesta—contestó Dios.

—¿Se refiere a las criaturas del infierno?, usted siempre nos dijo que ellos eran una plaga de su mundo perfecto—dijo el soldado.

—¡Claro que me refiero a ellas!

—Pero usted dijo que tenía un plan para gobernar ese lugar—dijo uno de los comandantes.

—¡Tenia, claro que tenía uno!, pero falló rotundamente y estoy harto de buscar soluciones diplomáticas a problemas que deben solucionarse con guerra, ¡este es el plan B!

—¡No se preocupe señor, nosotros siempre lo apoyaremos en todo!—dijeron los soldados en coro.

—Que bueno que aún tenga el apoyo de alguien, solo espero que no me fallen.

—¡No podríamos fallarle jamás!

—Hace mucho tiempo deje de creer en esas palabras.

—Señor, ¿atacaremos ya mismo?

—No, primero nos prepararemos y crearemos una estrategia, además también necesito conocer la preparación de los soldados en el infierno.

—Si necesita algún espía solo debe pedírmelo—comentó un general.

—No gracias, de ese asunto ya se está ocupando alguien más.

—¿Entonces que es lo que haremos nosotros?—preguntó el mismo general.

—Entrenarán más, serán divididos en tres grupos: Equipo A, se encargarán de atacar la capital; equipo B se concentrarán en las fronteras y el equipo C va a encargarse de los demonios originales, yo me encargaré de la familia real y sus allegados.

—Claro señor, ¡Ya escucharon al jefe, a entrenar!—exclamó el general con el que estaba hablando.

—Señor, ¿no cree que en el infierno también se estarán preparando?—preguntó un comandante.

—Lo dudo, ellos no sospechan nada, además los futuros líderes de las tropas, quienes los debían comandar huyeron, y no creo que les valla a importar lo que ocurra allí, ellos decidieron vivir lejos de todo, ojalá y el arrepentimiento no toque a su puerta cuando todo haya acabado.

—Señor, ¿cuánto tiempo de preparación tendremos?

—Dos meses, en todo ese tiempo yo necesito que entrenen muy duro, se perfectamente que ustedes son las únicas tropas que me apoyan, y me apoyarán en caso Jesucristo se rebele contra mí.

—No creo que él haga algo así señor, le es demasiado leal como para pensar siquiera en mirar en otra dirección que no sea la suya.

—Me era leal—pensó Dios—ya no hablemos más de eso, solo voy a concentrarme en cosas más importantes, y recuerden, ¡la preparación para la guerra es lo más importante!

—Claro, tengo un buen presentimiento, su victoria esta cerca, el universo lo recompensara por su perseverancia—dijo el general.

—Como yo entrene a los cinco arcángeles entrenare a los soldados, serán imparables—pensó Dios.

Un Cuento Para Mike.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora