Capítulo 11

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A las seis de la mañana amanece en el infierno, el mes de febrero tiene un particular clima y sobre todo ese día, cae una lluvia de color rosa muy claro, aveces hay nieve, pero ese año no fue así, solo había viento y parecía que llovería en cualquier momento.

A Lilith no le gustaba nada que tuviera que ver con esa fecha, solo le traía recuerdos que le dolían demasiado.

—¿Por qué se sigue celebrando esto?—pensó ella, aún acostada en su cama, de la cual no planeaba levantarse.

—Perdón Lucifer—dijo mientras lloraba, no quise hacerlo, ¡porqué no puedo volver en el tiempo!, ¡todo está siguiendo su curso me oyes!—gritó mirando hacia arriba—¡todo se hace como tú dices Dios!, pero sabes algo, si llegas a lastimar a alguno de mis hijos, ¡yo me encargaré de ti y de tu estúpido plan!

Se escuchó una voz y Dios apareció en su habitación—¿Se puede saber que te pasa?—preguntó Dios mirándola.

—¡Quieres saber que me pasa!, ¡que fui una estúpida en el pasado, que no sabía lo que hacía!

—¡Sabías perfectamente y ahora te haces la víctima!

—No planeo ser la víctima, porque debi ser yo...

—¡No Lilith!—interrumpió Dios—tu hiciste tu parte y además conseguiste mucho más de lo que querías.

—¡Claro que conseguí todo!, pero luego eso se terminó.

—Eso paso por culpa de tu conciencia y de las de los demás.

—¡Como es que puedes estar tan calmado, tu también perdiste algo!—dijo Lilith gritándole y mirándolo a los ojos.

—¡Solo son daños colaterales! y no te preocupes, tus hijos estarán bien, siempre y cuando no se altere el plan.

—¡Eso es en lo único en lo que puedes pensar!

—¡Sí!, ya que es una misión que debió completarse hace mucho.

—Pero un tonto romance se cruzó en tu camino—dijo la señora sonriendo.

—Pero eso no está ocurriendo ahora, los seis jóvenes se están comportando muy bien y no han caído en esos impulsos primitivos.

—Tu nunca entenderás el amor Dios, ellos aun no se han enamorado, pero podrían hacerlo.

—Ese concepto es muy díficil de controlar y no es racional, pero ellos no caerán en su trampa, si lo hacen yo me encargaré, ya lo hice antes con sus otras parejas sentimentales.

—Que curioso, yo también conozco a alguien que no es racional y lo estoy viendo en este momento.

—¡No abuses de tu suerte mujer!, yo vine aquí a hablar, no a pelear ni a discutir.

—¿Acaso podrías acabar conmigo en este momento Dios?

—A lo mejor sí Lilith.

—Puedes hacerlo, nadie va a detenerte, así me liberas de este peso que he cargado por años.

—No eres la única, acaso no piensas que aveces yo también soy atormentado por mi conciencia.

—¿Tú?, ¡Dios tú no tienes corazón y no sientes remordimiento!

—Sabes Lilith, no se ni para que vine, si se perfectamente que esta fecha te duele igual cada año.

—¡Nunca vas a sentir amor Dios, nunca comprenderás lo que es perderlo!

—Porfavor mujer, nunca fue tuyo, lo perdiste en el momento en que conoció a Lia, y lo terminaste de perder cuando él supo toda la verdad.

—¡No vuelvas a mencionar el nombre de esa mujer!, ¡aquí está prohibido!

Un Cuento Para Mike.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora