Capítulo 28

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—Pasado...

Lucifer y los otros dos entraron a la cárcel, en la que pudieron divisar varias celdas abiertas.

—Vamos a necesitar un poco de ayuda—dijo Félix.

—Sí, no creo que vallamos a poder con todos—dijo Nathanael.

—Pues esto es lo que vamos a hacer, ¡yo y Félix nos quedaremos aquí, y tú Nathanael ve y consigue la ayuda necesaria y si puedes captura a algunos de los demonios originales que se escaparon!—dijo Lucifer.

—Esta bien Lucifer, haré todo eso, ustedes dos cuídense—comentó Nathanael al mismo tiempo que abría sus alas dispuesto a volar y salir del lugar.

—Se que tus estrategias siempre funcionan, pero ¿por qué lo mandaste a él afuera?—preguntó Félix algo confundido.

—Porque no quiero que se cruce con mis hermanos—dijo Lucifer.

—Comprendo Lucifer, ¡mira!—gritó Félix.

—¡¿Qué cosa?!—preguntó Lucifer volteando para ver a lo que Félix señalaba.

—¡¿Ellos son tus hermanos Lucifer?!

—¡Sí!—dijo Lucifer mirando fijamente a los cuatro arcángeles—¡asi que mi padre no puede conmigo y manda a sus hijos favoritos!—dijo en tono irónico.

—¡Han pasado milenios de no verte!—dijo Gabriel.

—¡Pues el gusto es de ustedes, porque yo no soy feliz con este encuentro!—dijo Lucifer.

—Lucifer, nosotros no queríamos que ésto pasará—dijo Miguel.

—¡Y eso a mi que me importa, porque creo que ustedes pudieron evitar muchas cosas, pero no lo hicieron, ¿o si?!

—Lo intentamos pero fallamos, intentamos hablar con nuestro padre, aunque también fracasamos—dijo Uriel.

—¡Como si no supieran que él no escucha razones, ustedes le son muy leales, aunque él haya hecho tanto daño!—dijo Lucifer.

—Eso no es del todo cierto, ¡además que debíamos hacer Lucifer, no hay manera de detenerlo!—exclamó Rafael.

—¡Si hay una forma y todos la conocen!—dijo Lucifer.

—¡Nadie aquí tiene la fuerza para asesinarlo, menos tú!—dijo Gabriel.

—Y su otro hijo, ese que se llama Jesucristo, ¿él acaso no es fuerte?

—¡A él no hay que involucrarlo más!—dijo Miguel.

—Si Dios no logra lo que quiere, esto continuará en el futuro, quien sabe por cuánto tiempo más, y entonces su hijo se va a involucrar mucho más, ya sea ayudándole o en su contra.

—¡Eso no lo puedes predecir Lucifer!—dijo Miguel.

—¡Miren, esto no es contra suya, pero si están del lado de mi padre, entonces están en mi contra!—dijo Lucifer.

—¡Tú no eras así, mi padre nunca debió de haberte enviado a este lugar!—dijo Uriel.

—¡Pero si me envió, ahora que él cargue con las consecuencias!—dijo Lucifer mirando a sus hermanos—¡listo para atacar!—exclamó mirando a Félix.

—Siempre estoy listo Lucifer—dijo Félix alistando sus alas y preparando su espada.

—¡Si esto es lo que quieres!—dijo Rafael preparando también su espada, mirando fijamente a Lucifer.

—¡Se van a morir!—dijo Lucifer empuñando su arma y lanzándose a atacar a los arcángeles.

Estos le respondieron el ataque, Félix peleaba al lado de su amigo y llegó a darse cuenta que los arcángeles peleaban muy bien y tenían un poder sin igual.

Un Cuento Para Mike.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora