Capítulo 16

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Dios y Lilith se encontraron en un lugar apartado, los cuatro arcángeles los siguieron, querían averiguar cuál fue la decisión de la mujer.

—¿Qué decidiste Lilith?

—¡Yo ya no puedo más con esto, asi que... lo mejor es que... Lía muera!—dijo Lilith con los ojos muy hinchados, ya que había estado llorando durante toda la noche.

—Buena decisión niña, verás como toda tu vida y la mía se solucionan—dijo Dios con una sonrisa y abrazándola.

—¿Cómo morirá?, o ¿cómo la... asesinare?

—No te preocupes Lilith, yo enviaré a alguien para que haga eso, tu solo serás una espectadora.

—Ojalá esto sea lo mejor—dijo Lilith derramando una lágrima—¿Cuándo morirá Dios?

—Mañana en la mañana, tú lo verás absolutamente todo, así quedara constancia de que sí cumplí.

Los arcángeles se fueron a casa, no podían creer lo que había dicho su padre, alistaron sus cosas, planeaban salvar a Lía.

—¿Qué están haciendo?—preguntó Dios al entrar al cuarto donde estaban todos sus hijos.

—¡Qué estas haciendo tú!—gritó Uriel.

—Se perfectamente que estaban escuchando mi conversación con Lilith.

—¿Y que harás al respecto?—preguntó Gabriel.

—Voy a decirles algo, ¡ustedes creen que yo soy feliz haciendo esto, pues se equivocan, yo solo hago lo necesario para conseguir gobernar ese lugar y darle la paz, la bondad y todo lo demás que necesita, para eso la necesito muerta a ella!

—¡Enserio, ese lugar tiene todo eso, mi hermano es el que gobierna ahí, él les dio todo lo necesario!—dijo Miguel.

—Yo sabía que ustedes no entenderían, pero creí que su lealtad hacia mi era muy grande, pero me equivoqué, ¡Lucifer me falló, ahora ustedes lo harán!

—¡Padre, pero no podemos avalar esto!—dijo Rafael.

—¡No quiero que lo avalen, solo que estén a mi lado, después de esto lucifer va a volver, se qué eso pasará, necesito a sus hermanos para recibirlo!, ahora no lo entienden, pero después si.

El universo no aceptaba la resurrección de nadie, por lo que Dios intento darle una lección, comprobó que los demonios al morir se desvanecían, no iban a ningún lugar, pero sus humanos al morir sí serían juzgados por sus acciones y así descubrirían si irían al cielo o al infierno, Lucifer con el tiempo aprendió a controlar a los humanos que llegaban a su reino.

Pero Dios no ganó, el universo hizo que toda la población del cielo pase por lo mismo, algo con lo que Dios no estaba muy feliz, ya que si sus hijos o él morían, solo desaparecerían.

La mañana del posible día final de Lía llegó, ella se despidió de Lucifer, iría a recorrer las tierras de los demonios originales, las cuales estaban muy lejos de su casa, ya que ahí estaba su familia, él la dejo ir pensando en que la vería en la noche.

Lía ya estaba a la mitad del camino, extrañamente ese tramo fue bastante sencillo de atravesar, aunque ella lo recordaba más difícil, abrió sus alas para volar y así ver cuánto le faltaba para llegar.

—Se supone que me falta...

No pudo terminar la frase que planeaba decir, por una flecha que atravesó su pecho, cayó desde las alturas aquella bella mujer que le robo el corazón a un arcángel.

Lilith no dijo nada, solo observó la escena y se acercó a donde estaba el cuerpo, pero Lía ella aún respiraba.

—¡Lilith!, eres tú, ayu.. ayudame.

Un Cuento Para Mike.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora