Capítulo 37

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La reina oficial del infierno seguía siendo Lilith, pero ella no ya no hacía nada, por eso las encargadas del infierno eran Merth, Sunni y Mina.

Merth quería saludar a sus hijos por su cumpleaños que era ese día, pero prefería no hacerlo, sabía en el fondo de su corazón que su aparición los perturbaría, y ademas no estaba lista para explicar las cosas.

Lo mejor era que sus hijos celebren al lado de sus amigos, al fin y al cabo los Choi y los Kim habían hecho lo mismo.

Mina se comunicó con Jesucristo y le pregunto cómo estaba la situación en el cielo.

—¿Ha pasado algo nuevo?

—No Mina, pero siento que algo raro pasa con una parte de los soldados que están del lado de mi padre.

—¿Lo investigaste?

—Sí, pero no encontré nada, a lo mejor estoy siendo paranoico, porque los arcángeles no sienten nada y todo marcha bien.

—¿Dios sigue en su celda?

—¡Claro que sí, él no va a salir!

—Esta bien Jesucristo, espero que todo siga así.

—Alguna de ustedes ya ha podido hablar con sus hijos.

—No, aún no estamos listas para eso y creo que ellos tampoco lo están está para vernos.

—Entiendo Mina, no tienes que preocupate, yo monitoreo a los ángeles que van a la tierra, para que no se acerquen a la panadería donde están todos.

—¿Es normal que muchos ángeles vallan a la tierra?

—Claro que si, además nada raro pasa, porque sino ya lo sabría.

—¿Tú padre puede comunicarse con alguien desde su celda?

—Sus poderes no funcionan en ese lugar, solo podría hablar con alguien que este del otro lado de la puerta, y él único que ha pasado por ahí soy yo.

—Claro.

—Y ya hablando de otras cosas, ¿cómo estás Mina?

—Bien en lo que cabe, pero bueno nosotros nos sentimos así después de todo lo que ha pasado.

—Claro, debo irme Mina, te avisaré asi algo pasa.

—Yo también lo hare.

Jesucristo regreso al cielo, en el cual Dios continuaba con la preparación de los soldados.

—Esta vez no me van a ganar, este será mi gran triunfo—pensó Dios.

—Señor, ¿usted que planea hacer con respecto a sus nietos?—preguntó uno de sus generales.

—Pienso hacerles una visita hoy, en los cumpleaños anteriores no estuve presente, pero esta vez será muy distinto—dijo Dios esbozando una pequeña sonrisa.

—Creí que estaba molesto con ellos señor.

—Esto no le incumbe a usted, será mejor que se retire.

—Lo siento señor, no quise ser impertinente.

Era 31 de octubre, Taehyung había estado toda la mañana pensando que regalarle a Jungkook, incluso estaba considerando hacer realidad las ideas que este le le dijo días atrás.

El pastel estaba listo, él mismo ayudo a decorarlo, todo marchaba bien, hasta que el príncipe vió algo que lo confundió.

—No que ya habían dejado de buscarnos—pensó el joven cuando vio a soldados del cielo al otro lado de la calle.

Un Cuento Para Mike.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora