CAPITULO 7

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-¡Maldita sea!- el grito exasperante de Vegas resonó en la habitación mientras se levantaba de la cama- Es la tercera vez... ¿Qué quiere?-

-Vuelve a la cama... creo que tiene hambre otra vez. Le daré de comer en la cocina y lo paseare un rato por la casa para que duerma de nuevo- respondió Pete tomando al pequeño de la cama entre las mantas y saliendo de la habitación rápidamente.

-Son las 4 de la madrugada- suspiro cansado de no poder conciliar un sueño reparador como los que venía teniendo hace poco más de un mes- ¿Como vamos a quedarnos eso? No creo soportar esto por años- dio un par de vueltas más en la cama hasta que de un momento a otro cayó dormido nuevamente.

-Ya... ya Venice, tranquilo aquí esta- Pete se sentó en una silla del comedor con el pequeño en sus brazos y dándole el biberón con fórmula- Comes mucho- sonrió mientras veía los ojos abierto del bebé moviéndose a todos lados, buscando de donde veía la voz- Lo siento, Vegas se altera fácilmente, no tiene porque gritar, puede asustarte- veía en silencio al pequeño succionar con desesperación la leche- ¿Qué haremos contigo? Si eres de esta familia... Macau parece emocionarle la idea y creo que también me gustaría que te quedaras pero Vegas es otra cosa- soltó un suspiro entre cansado y desanimado- Eres un bebé muy tierno, si él no quiere, te registraré como mío, no importa lo que tenga que hacer. No te dejaré a tu suerte pequeño.

Una vez vacío ese biberón lo dejo en el área de lavado, confiando en que al día siguiente las empleadas de la cocina se harían cargo, lo importante era ponerlo a dormir de nuevo.
Camino varias veces por los rincones de la casa tarareando algo sin sentido pero vagamente parecido a alguna canción que su abuela llego a cantar para él cuando era más joven. Regreso a la habitación con el bebé dormido en brazos mirando el reloj a un lado de la cama.

-Vamos a dormir un rato- susurro dejando el pequeño bulto en el centro de la cama para acostarse él en la orilla. Cuando encontró su posición lo jaló hacia él para acunarlo en su pecho, parecía que esta posición le daba una tranquilidad al menor, suponía Pete qué era alguna sensación de protección- Un par de horas, por favor Venice, déjame dormir un par de horas cielo- sus ojos se cerraron con pesadez de un segundo a otro.

La luz entró por la ventana y una alarma sonó, despertando a Macau.
-¿Mh? Pete no vino a despertarme esta vez. Debe estar ocupado con Venice. Da igual, también puedo levantarme yo solo- el joven se estiró, ordenó su cama y fue directo a una ducha para alistarse a la universidad.
Bajó en cuanto estuvo preparado hacia la cocina, viendo como la mesa estaba vacía, las empleadas le preguntaron sobre su desayuno, pidió algo rápido.

-¿Mi hermano y Pete ya se fueron?- preguntó una vez empezaron a cocinar su desayuno.

-No joven, los señores no han bajado de su habitación- contesto suavemente la empleada.

-Preparen suficiente para los tres, iré a verlos- obtuvo un asentimiento por parte de la mujer y subió las escaleras.

-¡Mirate! Es como si no hubieras descansado nada. ¿Quieres que estemos años viviendo así? ¡Piénsalo Pete! No es buena idea mantenerlo aun si lleva mi sangre, no tengo nada bueno que ofrecer a un niño como para tenerlo a mi cargo- Vegas sonaba realmente molesto y el llanto de Venice al fondo no ayudaba.

-No grites, puedo escucharte bien. Solo lo alteras más cuando haces eso-la voz de Pete sonaba calmada aun en medio de ese caos- Vegas, es cuestión de poner horarios, en cuanto se acostumbre a nosotros las cosas volverán a la rutina. Yo me haré cargo de él, estoy siempre en la casa. Además, yo creo que podemos con esto, quizás fue difícil en algún momento con Macau porque también eras joven pero ahora no, eres un hombre adulto y me tienes a mi. Nunca he criado a nadie pero creo que ambos podríamos hacer un buen trabajo, incluso Macau esta feliz con la idea, también le enseñaría el valor de cuidar a alguien más. Míralo...- Macau abrió solo un poco la puerta para ver la escena qué hasta ahora solo había escuchado- Es un bebé muy lindo.. ¿No vamos a dejarlo solo... o si? Podemos juntos... yo lo sé, creo en ti, somos un buen equipo, los tres podemos con esto- con cuidado una mano de Pete fue a la mejilla de Vegas.

Macau veía la sinceridad en la mirada de Pete, en su sonrisa, la calma en su voz, le transmitía tanta calidez, recordando como tantas veces Vegas tuvo esa delicadeza con él únicamente. Él sabia que su hermano mayor también era un hombre sensible, leal, capaz de sacrificarse por los que ama y estaba feliz de ver que Pete podía ver y apreciar ese lado suyo. Extrañamente recordó la sesiones con su terapeuta y como después de tanto tiempo entendió que eso era una familia, apoyarse, amarse, aceptarse, protegerse unos a otros, quería ser capaz de transmitir todo eso también, ahí estaba, siendo parte de una familia que lo hacía sentir valioso y especial. Bajó su mirada al pequeño bulto en los brazos de Pete, ese pequeño también merecía ser parte de algo, era igual de especial y se encargaría de ser su defensor ante cualquiera que quisiera hacerle daño a partir de ahora, no estaba a discusión.

-Juntos podemos amor...- la frente de Pete se había unido a la de Vegas.

-¿Donde haremos esa prueba?- fue lo que salio de la boca de Vegas después de un minuto de silencio.

-Yo investigue...- Macau decidió hacer acto de presencia, haciendo qué ambos se separaran de golpe. Siempre hacía eso, interrumpirlos en un momento romántico era su pasatiempo favorito, era divertido como algo así podía poner a su hermano mayor tan nervioso.

-¿Estabas escuchando?- preguntó Vegas con una mirada de reproche.

-No me veas así, miren la hora y ninguno ha bajado a desayunar, solo me preocupe pero me encontré un drama matrimonial en vivo- Macau se cruzo de brazos con una clara sonrisa divertida.

-Basta, siempre terminan peleando de verdad ¿Qué investigaste?- preguntó Pete caminando fuera de la habitación siendo seguido por ambos hermanos.

Bajaron a desayunar todos juntos, incluyendo al pequeño con su fórmula mientras Macau les daba indicaciones de una clínica reconocida por su calidad y confidencialidad.

El chófer dejo al más joven en la universidad mientras qué ellos se fueron en el auto de Vegas hacía la clínica. Un par de horas más tarde regresaron a casa, Vegas trabajaría desde la oficina en la mansión, estaba algo irritable por no haber descansado bien, así que prefería quedarse en casa y no tener que soportar el caos de la oficina central.

-¿Macau no ha llegado?- preguntó sentándose en la mesa con el bebé en otro bulto de mantas ahora azules sobre la mesa. Ya no lo miraba con molestia pero si irritado, recordando de quien era la culpa de no poder dormir bien.

-Me envío un mensaje... ¿A ti no?- preguntó Pete confundido sentándose una vez servido todo- Mira...- saco su celular mostrando el texto a su pareja.

"Llegare tarde, estoy ocupado, no me llamen ni vengan por mi,  los veré en la cena."

-Esto no me gusta...- comentó Vegas dando un primer bocado.

-Déjalo, seguro fue a comer con sus amigos, sabes que esta feliz de llevarse bien con sus compañeros. Debemos darle su privacidad en eso.- trato de tranquilizarlo Pete.

-No lo se... es mi hermano, lo conozco, peor que eso, me conozco, se como fui yo a esa edad, por eso me preocupa no saber con quienes se hace amigo- un pequeño sonido de parte del bebé llamo la atención de Vegas- Tu cállate, solo toma tu leche y duerme. Espero te portes mejor hoy.-

Pete soltó una pequeña risa al ver esa interacción, Vegas hablaba tan autoritario como si de verdad el pequeño entendiera la orden.

WHAT COMES NEXT...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora