CAPITULO 17

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-No puedo, no...- despertó susurrando Macau en medio de la madrugada con su ritmo cardiaco acelerado y unas cuantas gotas de sudor- Dime que no...- levanto la sabana qué lo cubría para encontrarse con una sorpresa, no tanto, dentro de su ropa interior- Maldita sea..- se levantó en dirección al baño para hacerse cargo.

Era el tercer día que se despertaba en medio de la noche por la misma situación. Habían pasado exactamente 4 días desde que tuvo esa conversación, con el chico. Ahora no podía dejar de chocar miradas con él cada que coincidían sus clases con las horas libres de Macau jugando fútbol. Ese día nadie había sacado el tema, así que no tuvo el valor de hablar con ninguno de los dos por iniciativa propia, estaba confundido.

El chico si bien chocaba miradas con él, ya no iba a verlo jugar como antes y Macau debía aceptar que le dolía en el ego saber que ya no lo miraba con el mismo interés. Después empezaron los sueños raros, no era tonto, sabia lo que eran pero ¿Como dejarlos a un lado? No iba a durar quien sabe cuanto tiempo despertandose para hacerse cargo en el baño.

Regreso a su cama revisando el reloj qué marcaba las 4:00 y cerró sus ojos intentando dormir un par de horas más sin esa incomodidad.

-¿Qué crees que sea ahora?- pregunto Pete mientras arreglaba el cuello de la camisa de Vegas, el reloj marcaba las 7:00 de la mañana.

-No lo se pero lleva tres días irritado y con un carácter...- Vegas dejo la frase en el aire soltando un suspiro.

-No te vayas a morder la lengua mi amor, tu te pones igual o peor cuando algo te pasa- dijo Pete algo divertido mientras iba ahora a cambiar el pañal y la ropa de Venice.

-Quizás deberíamos solo devolverle el teléfono, debe ser eso- sugirió mientras se colocaba su reloj de pulso.

-No. Un castigo es un castigo, solo son 3 días más, puede aguantar- respondió Pete cargando al pequeño Venice muy despierto- Ve a desayunar, yo lo iré a despertar. Ten, llevate a Venice y déjalo en su portabebes- dejo al pequeño en brazos de Vegas, las miradas qué se daban esos dos no eran broma, definitivamente ninguno de los dos se agradaba.

-Macau... es tarde. Ya esta el desayuno- toco la puerta sin obtener respuesta- Macau- esperó un momento antes de entrar a la habitación.

La cama estaba vacia pero pudo escuchar el agua de la ducha detenerse y en cuestión de segundos el joven salio del cuarto de baño con una toalla en la cintura.

-¿Por que entras? Ya voy, sal de aquí, sal- se acerco y con suavidad empujó a Pete fuera de la habitación.

Comenzaba a sentirse expuesto por las cosas que hacia en el baño aunque claramente nadie se daba cuenta y no había forma en que lo supieran, se sentía avergonzado.

-Me sacó.- mencionó llegando y encontrando a Vegas dándole una cucharada de papilla a Venice. Pete no se creía por nada del mundo el odio entre esos dos, era una falacia.

-¿De qué hablas?- respondió dejando rápidamente el tarro de papilla y la cuchara sobre la mesa.

-Lo que escuchas... entre como siempre lo hago para despertarlo y me sacó, nunca me había echado de la habitación- Pete se acerco al bebé para seguir alimentándolo mientras Vegas por fin comía su desayuno.

-Quiere privacidad, habrá conseguido algunas revistas y no quiere que las veas- comentó Vegas riendo un poco- Ah... mi hermanito es un hombre-

-Callate Vegas- Pete le dio un golpe en la nuca- aun si fuera eso, yo nunca reviso sus cosas y él lo sabe. ¿Hablaste aquella vez con el?- pregunto mirando de reojo a su pareja.

-No. Dijo que no era nada de eso y no lo era así que no fue necesario- respondió sin importancia dando otro bocado.

-En serio, habla con él, no querrás qué te llegue con un sobrino de repente o peor aún..  qué contraiga alguna enfermedad- respondió escandalizado Pete.

-No exageres, Macau no anda metiéndose con nadie. ¿No lo recuerdas? Se puso todo tímido cuando paso lo del niño ese hermano de Porsche- terminó su plato cuando vio su hermano bajando las escaleras con el uniforme y una clara expresión irritada en su rostro.

-Anda.. tu plato esta servido- le mencionó Pete dejando los cubiertos frente a donde tomo asiento el más joven.

-Bien, me voy. Regresaré temprano- Vegas se acerco a Pete dejando un beso corto sobre sus labios.

-Espera... quiero que me lleves hoy tu a la escuela ¿Si?- preguntó iniciando a comer con algo de prisa.

-Oye oye... tranquilo. Puedo esperar- Vegas le dio una palmada en el hombro para que se relajara.

-Muy bien, hoy iré al supermercado. ¿Necesitas algo en especifico Macau?- el menor se quedo pensando un momento antes de negar con la cabeza en silencio.

-Yo se que necesitamos tu y yo- mencionó Vegas con una ceja levantada mientras le daba un guiño a su pareja.

-No digas una cochinada frente a ellos- otro golpe fue a dar a la nuca de Vegas, quien escucho un gorgoreo de parte del bebé haciéndolo ponerse de pie.

-¿Te causa mucha gracia? Es tu culpa qué este así de frustrado, arruinas la intimidad con mi esposo- una vez más Vegas estaba gritándole a un bebé de 5 meses como si lo entendiera.

-El no arruina nada, deja de echarle la culpa. Y no menciones eso, debe ser incómodo para Macau- respondió Pete sintiendo un poco de calor en sus mejillas- es privado-

-¿Nos vamos?- mencionó el menor dejando su plato vacío en la cocina.

-Ajá...- Vegas fue más rápido dejando otro beso en los labios de un Pete qué aun parecía afectado por su comentario- Los veo en la cena- se despidió de ambos para digirirse al auto donde su hermano lo esperaba.

Subieron al auto en silencio y manejo directo a la universidad, Vegas podía sentir la mirada de su hermano, estaba llena de preguntas pero ninguna salía por su boca.

-Macau... ¿Qué esta pasando? ¿Tienes algo así como la abstinencia pero con tu teléfono?- preguntó cuando le toco un semáforo en rojo.

-No. No es eso- respondió secamente mirando por la ventana del auto.

-¿Entonces? Pete y yo estamos preocupados pero no quiere presionarte ¿vas a decirme que sucede? ¿Algo o alguien te molesta?- pregunto su hermano tomando camino otra vez hacia la universidad.

-Yo... no lo se. No se como hablar de esto- respondió cuando estaban a unas cuadras de distancia.

-Vamos, soy tu hermano mayor, lo que sea que estés pasado, seguramente ya lo viví. ¿Qué es?- Vegas se estaciono y dejo salir una pequeña risa- Pete cree que debo tener una conversación de hombre a hombre contigo pero es una tontería ¿Acaso tu problema puede estar relacionado al sexo?- hizo la pregunta de forma irónica mirando hacia el frente.

-Sí- la sonrisa se le borró y paso saliva sonoranente girando a ver a su hermano- Creo que tengo un problema- su hermano seguía mirando por la ventana evitando el contacto visual y sus orejas estaban rojas.

-Ah...- Vegas podía ser un maldito, asesino, mafioso, vengativo, torturador, dealer y muchas cosas más sin dudar ni un segundo pero la vida no lo preparo para este momento ni esta conversación en realidad, sus manos estaban sudando de nerviosismo- ¿Qué... quieres saber?- su garganta se sentía seca.

Macau estaba a punto de responder cuando su distracción más grande paso frente a ellos cruzando la calle.

-Quiero que me mire, tocarlo, poseerlo...- susurro mirando al pobre chico de pies a cabeza qué caminaba hacia dentro de la universidad.

-Hablaremos en casa más tarde- respondió Vegas, había seguido la mirada de su hermano y lo conocía, una vez mas su mirada era imposible de ocultar, conocía ese deseo mejor que nadie.
Ambos eran unos obsesivos, solo que Vegas habia encontrado su lugar con Pete pero antes de eso estuvo lleno de excesos, no quería que Macau tuviera ese descontrol en su vida, sin embargo ahí estaba, la mirada llena de deseo y posesividad qué había visto en el mismo tantas veces, pero multiplicado por las hormonas adolescentes de su hermano era mucho más peligroso. Esperaba que no siguiera sus pasos, que no intentara algo por la fuerza con el pobre chico que transmitía pura ingenuidad a simple vista.

WHAT COMES NEXT...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora