Reencontrados Para Siempre [BORRADOR]

CAPÍTULO 7

Capítulo 7

Judie Brooks

Y el fin de semana llegó. Olivia y Josh habían ido a recorrer la ciudad, por lo cual yo me quedé encerrada en mi habitación leyendo, escuchando música, viendo alguna película o estudiando.

El lunes, Olivia y yo fuimos como de costumbre a la universidad, pero de regreso fue diferente. Josh fue por Olivia cuando salió de clases; así que yo tenía que regresarme sola. Decidí no tomar un taxi —tenía miedo a irme en él— eh irme caminando.

Iba saliendo de la universidad cuando un auto paro a mí lado, de una manera un poco brusca. Di un saltito por el susto, casi me echaba a correr en cuanto la ventanilla del coche bajó, dejándome ver a la persona que iba dentro de él.

Otra vez no.

—Hola. —dijo Cole en el interior del coche.

¿Por qué otra vez?

—¿Quieres un aventón?

No, no lo quería.

—Iré primero a recoger a Lisa, acaba de salir de clases; después a las residencias. —añadió.

—Yo...

—Primero —me interrumpió—: perdón si te asusté por haberme acercado de esa manera. No era mi intención. Segundo: no soy un extraño, o tal vez para ti si lo sea, no lo sé. Pero podemos esperar a Lisa aquí fuera si eso te da más seguridad, cómo tú quieras.

En lo primero tenía razón: si me había asustado. Pero en lo segundo no estaba del todo en lo cierto: para mí él si era un extraño, o no del todo, pero no sabía cómo era él ahora.

—¿Por qué me quieres llevar? —cuestioné, frunciendo levemente el ceño.

—Oye, no soy un secuestrador —bromeó—, solo que es un poco peligroso que te vayas sola, y también para hacerle un favor a una vieja amiga. Entonces, ¿vienes?

Sí, era peligroso ir sola. Pero no quería ir con él.

Pero por alguna razón, accedí.

—Está bien.

Él sonrió ampliamente.

—Sube. —señaló el lado del copiloto.

Le di la vuelta al coche y subí en él. Enseguida distinguí el aroma de Cole. Él siempre había olido bien, y su coche estaba lleno de ese olor.

—Ahora vamos por Lisa. —arrancó el auto.

Entramos en la facultad de medicina

¿Aquí estudia Lisa?

Nunca le había preguntado qué era lo que estaba estudiando, pero nunca me imaginé que estuviera estudiando medicina.

Lisa estaba fuera de un edificio. Cole estacionó frente a ella.

—¡Sube atrás! —le dijo, señalando la parte trasera.

—¿Atrás? ¡¿Por qué?! —riñó.

—¡Calla y sube!

Lisa dio suspiro y subió al coche.

—Oh, ¡Judie! ¡Hola!

—Hola. —le regresé el saludo.

—¿Podemos irnos ya? —sacó su cabeza entre los dos asientos— Quiero descansar aunque sea un pequeño rato. Tengo tarea hasta para heredar a mis nietos.

—¡Que sí, pesada!

El coche volvió a avanzar.

Lisa no dejó de hablar en todo el camino, se quejaba de sus clases, profesores y trabajos. Cole comentaba algo de vez en cuando. Pero yo nunca dije nada.

Llegamos a las residencias, Cole estacionó el auto frente a ellas.

—Sanos y salvos.

—Gracias, Colesito. —dijo Lisa, mientras tomaba sus cosas.

—¡Deja de decirme así!

—¡No te escucho! ¡Adiós! —Lisa salió del coche rápidamente.

Ahora estábamos él y yo solos.

Me tenía que ir.

—Gracias por traerme. —dije con la cabeza baja.

—No hay de qué.

—Adiós.

Abrí la puerta y salí sin esperar una respuesta.

—¡Oye, Judie! ¡Espera!

Escuché como salía del coche para empezar a seguirme, pero aceleré mi andar llegando al pasillo de las mujeres y él ya no pudo seguirme.