CAPÍTULO 34

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Capítulo 34

Judie Brooks

En ese momento, Cole y yo íbamos de camino a su casa en su coche. Sunflower, Vol. 6 sonaba, y yo cantaba a todo volumen sin importar nada. De hecho, hasta Cole llegó a cantar junto a mí.

—¿Desde cuándo te la aprendiste? —dije sorprendida al que se supiera la letra.

Él negó con la cabeza, sin despegar la mirada del camino.

—No lo sé. Empecé escuchar todas las canciones de Harry desde la vez que lo escuchamos en tu habitación. —admitió.

Y ahí estaba yo, haciendo que otras personas escucharan a mis artistas preferidos sin ni siquiera decirles que lo hicieran.

I'm a Mastermind

Cole hizo que el coche se estacionara enfrente de una gran casa color crema. Él fue el primero en abrir su puerta y salir del coche con demasiada velocidad, y en menos de cinco segundos él estuvo de mi lado y abrió mi puerta. A decir verdad, eso me sorprendió.

—Mi abuela está en el restaurante, así que estate tranquila si quieres poner música en alto, nadie más que yo te escuchará.

—Gracias por avisar. —dije saliendo del auto.

Cuando entramos en la casa, lo primero que vi fue la sala con una gran televisión en medio de esta.

—Puedes dejar tu chaqueta aquí. —dijo refiriéndose al perchero que estaba a un lado mío.

Cole se quitó su chaqueta y lo colgó de él para después seguir caminando hasta pasar por un umbral y entrar en una habitación. Yo también me quité la mía con rapidez para seguirlo a paso rápido.

No tardé en darme cuenta en que estábamos en una cocina grande. Una gran barra ocupaba casi la mitad de la pared, y también había demasiadas, pero demasiadas alacenas y repisas con diferentes utensilios y especias.

—Vas a tener que usar el mandil de mi abuela, ya que bueno, es el único que tenemos aparte del mío. —me ofreció un mandil rosa con estampado de corazones.

—No hay problema. —lo recibí y me lo empecé a poner— ¿Qué íbamos a hacer?

—Galletas. ¿Has hecho unas alguna vez? —preguntó mientras él se ponía un mandil azul con estampado de estrellitas.

Negué con la cabeza.

—Pues hoy aprenderás. Pero primero, hay que poner música. Eso te lo dejo a ti.

—Vale.

Fui corriendo a poner la música en mi móvil. Puse la playlist en aleatoria y la primera canción que sonó fue Defenceless de Louis Tomlinson.

Dejé el móvil en la barra y fui de vuelta con Cole.

Y duramos casi diez minutos en agregar ingredientes en un recipiente hasta que se formó una masa que no se veía para nada mal.

—Bien, ¿quieres agregarle chispas de chocolate? —me preguntó él.

Asentí.

Él se estiró un poco para tomar de una de las estanterías un botecito de chispas.

—Échalas tú. —me las dio.

—¿La cantidad que sea?

—Sí. Pero procuremos que tampoco sean muchas, luego hay más chispas que mescla.

—Vale. —dije con un poco de gracia.

Empecé a echar las chispas con mucho cuidado de no echar demasiadas.

Reencontrados Para Siempre [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora