CAPÍTULO 8

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Capítulo 8

Cole Jenkins

De la misma manera que el día anterior, había ido a recoger a los chicos a cada una de sus facultades.

También quise ir por Judie, pero no sabía que estaba estudiando —aunque lo sospechaba—, ni a qué hora salía; así que no lo pude hacer.

Quería hablar con ella. Quería preguntarle tantas cosas. Quería volver a conocerla. Porque sí, ella no parecía la misma niña de trece años que vi por última vez.

—¿Sabes dónde está Judie?

Lisa y yo caminábamos detrás de Kate y Eliot, que estaban hablando entre sí; así que no escucharían nada de lo que dijéramos.

—Seguramente en la habitación ¿Por qué preguntas? —me miró con una ceja enarcada.

—Por nada.

Bien, no sé porque dije lo que estaba a punto de decir.

—Sí la vez —hice una pequeña pausa, dudando en seguir—, podrías decirle que valla al jardín trasero.

Lisa detuvo su andar para mirarme con el ceño fruncido.

—¿Por qué lo haría?

—Solo quiero hablar con ella.

—¿Hablar?

—Sí.

—¿Y por qué quieres hablar con mi compañera de habitación a la cual solo la has visto una vez en tú vida?

—¡Por favor, Lisa! —junté las manos en forma de súplica.

—Está bien —puso los ojos en blanco—. Pero me tendrás que contar el por qué algún día, ¿de acuerdo?

Esbocé una sonrisa de victoria.

—De acuerdo, solo avísame cuando lo hagas.

—Vale. Me tengo que ir, tengo demasiada tarea. —Suspiro.

—Adiós.

—¡Adiós! —se dio la vuelta y fue al pasillo de las habitaciones de las mujeres.

Kate y Eliot ya no estaban, seguramente ellos siguieron avanzando hasta el jardín sin darse cuenta de que no estábamos.

Fui directo a mi habitación, esperaría a que Lisa me llamara.

Judie Brooks

Mis clases habían terminado mucho antes de lo esperado; así que fui a mi habitación a relajarme un poco poniendo música mientras leía.

En ese momento posiblemente todos ya hubieran salido de clases, Lisa llegaría y mi momento de paz desaparecería. Me levante de la cama, apague la música y me senté en una de las pequeñas sillas para hacer mis tareas.

Y como dije, Lisa llegó después de un rato.

—¡Hola, Judie!

—Hola, ¿mucha tarea el día de hoy? —bromeé.

—Claro que sí. —ironizó.

Dio un salto hasta caer en su cama. Estaría un buen rato así.

—Oye, Judie. —levantó su cabeza.

—¿Sí?

Quería algo. Lo sabía. Pocas veces había usado ese tono de voz conmigo, y cuando lo hacía era para que le ayudara en algunas cosas de sus trabajos de la universidad o para qué le prestara algo de mi maquillaje.

Reencontrados Para Siempre [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora