EXTRA

155 8 6
                                    

EXTRA

Cole Jenkins

Miré a mi amada esposa, estaba recostada en la arena boca abajo, su hermoso bikini azul le quedaba hermoso con su piel.

Me senté a un lado de ella, mientras seguía mirando al mar, donde se encontraba mi hija, Jane. Ella ahora tiene seis años —casi siete— y no tiene botón de apagado, así que su mamá y yo habíamos decidido darnos unas vacaiones en un hotel junto a la playa y jugar con la pelota. Los últimos días me ha pedido que la inscriba a entrenamientos de fútbol, no sé de dónde sacó esa afición por el deporte, porque yo nunca lo miré mucho en casa, pero bueno, lo que mi hija quiera.

—¡Papááá! —me gritó— ¡Veeen!

La obedecí, levantándome de la arena y fui hacia ella.

—¿Qué paso, princesa? —me agaché para quedar a su altura.

—Mira. —abrió su mano y dejó ver unas canchas de mar sobre su palma.

—¿Las encontraste? ¿Verdad que son bonitas?

—Sii, ¿puedes guardarlas? —me las dio en la mano.

–Está bien, pero no tardamos mucho en irnos. Tu abuela te espera en la habitación.

—Está bien, déjame un ratito más para encontrar más conchitas. —dijo con su dulce voz.

—De acuerdo, princesa.

Me volví a donde estaba su mamá, quien ya se había levantado y nos observaba sentada en la arena.

—¿Qué tienes ahí? —me pregunta cuando ve que traigo algo en la mano.

—Conchitas de mar. Las encontró Jane.

—Mi mamá la pondrá a hacer collares con ellas. Me llamó diciéndome que ya llevemos a la niña con ella, está anocheciendo.

—Me pidió unos cinco minutos más para que recogiera más conchitas.

—Está bien. —dejó de mirarme para mirar el sol que apenas estaba tocando el agua.

Yo seguí mirándola a ella. Su piel estaba ligeramente bronceada y sus mejillas rojas por el sol. De pronto ella bajó la mirada y se quedó pensando por un buen rato.

—¿Todo bien? —decidí preguntar.

Ella salió de su trance mental y me miró.

—Sí. Voy por la niña. —se levantó y fue directo por nuestra hija.

Toda está semana había notado rara a Judie, batallaba para dormir, comía más de lo normal, se mareaba de repente y se quedaba pensante por un rato como justo ahora. No sabía si culpar al estrés que traía encima por la película que ahora está a dirigiendo o es por que algo le estaba pasando.

Cuando regresamos a la habitación del hotel, la mamá de Judie se llevó a Jane directamente al baño para darle una ducha. Nos dijo que nos divertiremos antes de cerrarnos casi que la puerta en la cara.

Yo y Judie habíamos decidido pasar un rato a solas en la playa, por esa misma razón le dejamos a Jane a su madre. En dos días era nuestro aniversario y yo quería tener unos momentos especiales con ella, también por si se atrevía a decirme si es que sabía que le pasaba en ese momento.

Caminamos de la mano por la orilla de la playa hasta que el sol se puso por completo, ella me hablaba sobre algo que estaba planeando para la fiesta de Janet y yo le sugería algunas otras cosas. Llegó un punto en el que los dos nos quedamos callados y cuando miré a Judie, ella volvía a tener la expresión pensante de hace rato.

Reencontrados Para Siempre [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora