Carlisle debe manejar la situación con la mayor delicadeza posible. Es evidente que la pequeña no está acostumbrada a la atención médica especializada, por lo que no puede permitirse ningún movimiento brusco que pueda asustarla. La suavidad es crucial para que la niña no desarrolle miedo hacia el proceso esencial para su salud.
Afortunadamente, cuenta con la ayuda de Esme, quien no tiene problemas para tomar a la niña en brazos. Es evidente que a la pequeña le encanta el contacto físico con su nueva cuidadora. El don de Esme está teniendo el efecto deseado, proporcionando confort en esta nueva experiencia. La pequeña Eco, perceptiva y sin mostrar miedo por el momento, resulta fascinante de observar en este estado de tranquilidad.
-Necesitaré que te sientes y te quedes tranquila en la camilla -dice Carlisle con toda la amabilidad y suavidad requeridas para el momento.
Esme participa activamente en la situación, admirando a su esposo con una combinación de delicadeza, seriedad y curiosidad pura, aunque también con una cautela que revela su propio temor. La reconforta con una caricia en la mejilla, atrayendo la atención de Eco.
-¿Mamá?
-No temas, cariño. Estamos aquí para ti. Iremos a tu ritmo. Si te sientes incómoda, podemos hacer una pausa -le dice Esme con total honestidad y suavidad, acariciando la temperatura extraña de la pequeña Eco.
La niña cierra los ojos delicadamente ante la caricia y se acomoda en el fresco hueco del cuello y el hombro de Esme. La fría temperatura no parece molestarle, lo que provoca ternura en ambos adultos.
-Gracias, mamá. Me sentaré donde papi me necesita -responde la pequeña Eco con más seguridad, después de dejar un suave beso en la mejilla pálida de Esme.
Esme la coloca con cuidado en la camilla, retrocediendo para darle espacio a Carlisle. Observa cómo los cortos pies y las delicadas piernas de Eco cuelgan a cierta altura del suelo.
-Voy a escuchar tus latidos con este objeto -explica Carlisle, mostrando el estetoscopio-. Está frío, pero no te hará daño. Es solo un poco más frío que tu mamá o yo.
Eco observa con interés y asiente, permitiendo que el objeto toque su piel desnuda. Siente un escalofrío, pero el sonido amortiguado es reconfortante.
Carlisle se maravilla al escuchar el latido del corazón de la pequeña. Aunque el ritmo es ligeramente más lento de lo normal, no es motivo de preocupación.
-Tu corazón está sano. Eres una niña muy dulce y paciente -comenta Carlisle con amabilidad.
Eco sonríe y baja un poco la cabeza con cierta vergüenza, su rubor pintando sus mejillas regordetas.
-Ahora revisaremos tus pulmones. Necesitaré que, cuando te lo indique, respires profundo y luego sueltes el aire lentamente -guía Carlisle mientras continúa con el examen.
La niña asiente, siguiendo las indicaciones con paciencia. Cuando siente el estetoscopio en la zona de sus pulmones, cierra los ojos para concentrarse mejor.
-Respira profundo y lentamente -pide Carlisle.
Eco lo hace, notando la sensación fría que se desliza por su espalda.
-Ahora suelta el aire como te expliqué -añade Carlisle.
Ella obedece con cautela. Tras unos minutos, Carlisle termina el examen.
-Listo, todo está en muy buen estado -informa Carlisle con seguridad.
Luego, Carlisle la viste con una holgada camiseta de Esme. La prenda no debería ser demasiado pesada para la pequeña.
-Vamos a medir tu temperatura -dice Carlisle, colocando el termómetro bajo el brazo de Eco con gran delicadeza, causando un ligero estremecimiento en la niña-. Solo tomará unos minutos. No te preocupes, medirá si tienes fiebre o si tu temperatura está dentro del rango normal.
Eco observa el termómetro y asiente, aunque se humedece los labios. Finalmente, se anima a hablar:
-¿Puedo beber algo? Tengo sed...
-Claro, mientras no muevas ese brazo, puedes beber -le dice Carlisle con una sonrisa dulce.
Esme asiente y rápidamente trae un vaso de agua. Eco bebe con avidez, saciando su sed.
Carlisle retira el termómetro tras el tiempo estipulado y descubre que la temperatura de Eco está un poco elevada, a 32 °C, cuando lo óptimo debería ser entre 24 y 32 grados. Aunque no es alarmante, decide aplicar un poco de frescura en su frente para ayudar a regular su temperatura.
-Estás un poco más caliente de lo normal. Necesitaré ponerte algo fresco en la frente por unos minutos, ya que tienes fiebre -comenta Carlisle con preocupación controlada.
-Es normal, no te preocupes, papi. Solo necesito dormir un poco más y estaré mejor -dice Eco mientras observa a su padre trabajando con un papel y ajustando el termómetro, sin entender del todo el proceso.
-Estoy ajustando el termómetro -explica Carlisle-. Noté tu mirada curiosa. No leo la mente como Edward, tranquila.
La sorpresa en los ojos de Eco es evidente, algo que ambos vampiros notan. Carlisle interviene para aclarar cualquier confusión.
-Bien, mañana por la mañana, cuando los chicos no estén, te haré un último examen. Ahora debo ir a mi turno, al menos por un momento -avisa Carlisle, consciente de que la niña es perceptiva, pero sin querer someterla a un examen que podría ser traumático.
-¿Me porté bien, papi? ¿Me darás ese... palito que mamá mencionó? -pregunta Eco con inocencia.
Esme sonríe ante la ternura de Eco, lleva el vaso vacío a la cocina y regresa justo cuando Carlisle abre el envoltorio de una paleta de fresa y se la entrega a la niña. Eco la olfatea, la lame con timidez y, guiada por un instinto nostálgico, la come con gusto.
-Felicidades, cariño. Has sido una excelente paciente. Nos veremos más tarde. Te quiero -dice Carlisle, besando la frente de Eco antes de depositar un beso en los labios de Esme.
Esme se queda con Eco, quien se acerca a su madre y se despide de su padre con una mano. Carlisle se va, cumpliendo con su deber.
Esme y Eco pasan la mañana juntas hasta la hora de salida de los chicos, disfrutando de su compañía. Eco, después de que la paleta se derritiera por completo, decide volver a su forma animal para descansar antes de que los demás se enteren de lo sucedido esa mañana.
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CAMUFLAJE (Cullen)
FanficCREPÚSCULO FANFIC - POLIAMOR Carole, una joven de cabellos negros y ojos verdes, es una metamorfa Cammaleoniri olvidada, sin recuerdos de su pasado ni de su origen. Su vida cambia drásticamente cuando el hielo que la aprisiona se derrite en Forks, l...