05화

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Es suave. Las sabanas son lisas y la luz extrañamente cómoda; huele a extracto de café y tierra húmeda, algo cercano al verano. Ronronea por la paz que emite el ambiente; en un gesto semi inconsciente restriega su torso y hombros sobre la cama, era un mal hábito. No obstante, es cuestión de segundos para que su cerebro empiece a trabajar; rara vez despertaba cómodo tras una fiesta. Si no dormía en una incomoda posición rodeado de más gente, llegaba a casa tarde y con trabajo se echaba en el sillón. Tal tranquilidad no existe en su vida pero teme que, de abrir los ojos, se esfume por completo. Aunque sea por un instante, se permite disfrutarla.

       —Tae, cariño. ¿Tienes ropa sucia? Necesito echar la carga a la lavad-. —la puerta es azotada cuando alguien se lanza contra ella para cerrarla.

       —No, mamá —suena nervioso. Sin embargo, no tanto como el chico que se confunde por distinguir esa voz. —Saqué todo ayer —pone seguro al picaporte para evitar que alguien entre.

        —Bien —se rinde en su misión de ingresar, escucha pasos alejarse. —En media hora desayunamos, alistate.

        —Sí, gracias —dice alto, pero lo escucha maldecir tras unos segundos.

        —¿Tu mami aún te lava la ropa?

        —¿Estás despierto?

        —No —al menos, todavía no desea estarlo. Es difícil cumplir su propósito, de igual modo. Incluso sin ver sabe que ese alfa lo observa; no se equivoca, al abrir los ojos, el castaño de piel apiñonada lo ve desde un lugar seguro junto a la ventana. No sabía que olía a café y petricor. —No es bien visto meter omegas en tu habitación tras la primera cita —decide evitar sus propias preguntas molestándolo.

        —¡Eso no...! —se calla a sí mismo al recordar que están en su casa. —No fue una cita —exclama bajo. —¿Y dónde más debía dejarte? Ni siquiera sé dónde es que vives.

      Jeon quiere decirle que no era necesario dejarlo en algún lado, recuerdos de la noche anterior vienen a su cabeza. Recuerda haber entrado a la casa, habló con Kale y los incitó a competir en la avenida principal camino a la carretera estatal; después, alguien ofreció un trago mientras los otros empezaban una riña por ver quién ganaría y luego... Todo es borroso.

        —¿Qué pasó con Jimin y Yoongi? —se incorpora de inmediato; un punzada parte en dos su cabeza, mira de reojo al alfa que entorna la mirada por el impulsivo acto.

       —No lo sé, cuando salimos de ahí estaban peleando con los motociclistas. Estábamos esperando un taxi cuando la policía se escuchó —fue lo último que supo de ellos.

       —¿Qué? Pero... —hay un vendaje limpio en la mano del alfa, hizo sus conclusiones y están erradas.

       —Un idiota puso algo en tu bebida, estabas muy mal... Teníamos que salir de ahí —concluye. —Debes tener más cuidado de lo que tomas en esos lugares, ya no se sabe quién es confiable—Jungkook frunce el ceño, tiene preguntas; no sabe si podría pagar por las respuestas.

      ¿Prefirió llevarlo a casa antes que cuidar a Jimin? ¿Cómo supo que alguien puso algo en su bebida? ¿Lo buscó? ¿Lo encontró en algún lugar? ¿Por qué.? —Qué idiota, has arruinado el plan —espeta dejándose caer en la cama.

      —¿Disculpa?

      —Era la oportunidad perfecta, ahora tendremos que crear otro plan. Qué gran fastidio.

       —¿Te estás escuchando? Te drogaron, idiota. Quién sabe que hubiera hecho ese loco si no hubiese llegado —sí, Jungkook lo sabe.

       —¿Y se supone que te agradezca, mi dulce héroe? —le observa entre irónico e irritado.

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