27화

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La victoria no sabe dulce, incluso si cumplió su objetivo inicial; esa noche ni siquiera va a su habitación, se queda afuera. Furioso y preocupado. ¿Qué han hecho? En la mañana, se aparece en la habitación únicamente para ordenar su maleta; esa tarde partirían de regreso. No hay rastro de Seokjin, la rubia está casi desmayada en su cama y Jimin recién sale del baño cuando sus miradas cruzan. El silencio es brutal; el pelinaranja tiene los ojos hinchados y es evidente que no ha dormido, Jungkook cree que se lo merece. Pero también entiende que no.

     —Te ves como la mierda —lo pasa de largo para ir directo a sus cosas, desperdigadas sobre la calma.

     —Déjame en paz.

    No hay respuesta, Jungkook solo se gira en su dirección para extender un par de lentes de sol; Jimin parpadea, desconcertado.

     —Nunca dejes que nadie te vea hecho mierda —es lo único que dice, a lo que Jimin acepta los lentes y vuelven a darse la espalda.

     No espera un agradecimiento; más cuando guarda todo y sale para el almuerzo escucha el tenue murmullo. —Gracias.

    Abandona la habitación ocultando un frasco en su bolsillo, muere de hambre. Espera haya un gran desayuno como despedida; antes de bajar las escaleras, divisa la silueta agotada de cierto alfa. Piensa que se dará vuelta y huirá a su habitación; tiene las intenciones, lo sabe. Más sí que le sorprende verlo elegir un camino diferente; avanza en su dirección con la culpa bañándole el rostro.

    —En verdad lo lamento —empieza diciendo. —Me comporté como un total imbécil anoche, no sé en qué estaba pensando. Jungkook, perdóname por favor. 

    Lo analiza, curioso. ¿Se está disculpando? Esto es nuevo. —No eres el primero en arruinarlo estando ebrio —se da vuelta para bajar.

    —Sé que estás molesto, tienes derecho a estarlo —lo sigue de cerca. —Te avergoncé enfrente de todo el mundo y todavía debiste lidiar conmigo trayéndome a la habitación, lo siento tanto. 

    Jungkook duda que siquiera alguien recuerde algo. —Taehyu-

    —Te lo compensaré, en serio. Haré lo que me pidas, pero por fav-

    —Taehyung —se detiene en el recibidor para encararle. —Está bien —le sostiene los hombros para que disipe el arrepentimiento. —Sí, fuiste un total idiota. Pero créeme que he hecho cosas peores —incluso estando sobrio. —Y no eres el más idiota, en serio. Está bien, solo olvídalo. Y no vuelvas a hacerlo, o esta vez sí tendrás un ojo morado.

    El castaño traga saliva. —¿Entonces... no me odias?

   —No por eso —bromea; el castaño observa con curiosidad cómo extrae algo de su bolsillo que extiende en su dirección. —Tómate dos después del desayuno, ayudarán a la resaca.

   Observa el frasco, entre sorprendido y conmovido. Planea hacer preguntas, pero Jungkook es más rápido en darse vuelta para continuar su camino. —¿Puedo sentarme contigo? —murmura a su lado cuando llegan al comedor, adolescentes desvelados llenándolo poco a poco.

    —Claro, por qué no.

    Así es como toman lugares tras servir sus charolas; Jungkook mantiene la calma, Taehyung no entiende cómo. Ha sido una noche caótica, él todavía no procesa cómo ha terminado todo. Ve a Seokjin llegar junto a otro par de chicos y se le revuelve el estómago. ¿En verdad ha hecho eso? ¿Cómo podía hacer daño de esa manera y continuar como si nada? ¿No pensó que podía afectar a alguien? ¿Tanto le importaba quitarlo de en medio? ¿Cómo Yoongi accedió? Entonces, ve al pelirrojo junto a él y sabe que puede hallar respuesta a sus preguntas.

DelicateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora