Delicate

36화

Había empezado los puntos de su plan con un cómodo trabajo en una cafetería del centro comercial; de hecho, descubrió que era divertido. Al dueño le convencía que su aroma iba a avivar el negocio, sin contar que tenía (a palabras suyas) 'un rostro agradable de ver' y tenía una amabilidad nata. Sin embargo, a cierto pelirrojo no le hacía feliz del todo.

     —Ni siquiera sé por qué estás molesto conmigo, no es mi culpa ser guapo —dice con el único afán de molestarlo, sí que lo obtiene.

     —Tú realmente estás jugando con fuego, Kim Taehyung —estrecha la mirada; a Taehyung le enternece ver los destellos de su amenazador brillo helado.

     —Estoy bromeando —busca sujetar su mano, pero el otro la aparta al instante. —Yah~ Pero si no he hecho nada.

     —¿No has hecho nada? —resopla. —Ese tipo te ha dado un papel con su número y te lo has guardado en el bolsillo —Taehyung suspira. —Te he visto, te la pasas todo el día sonriéndote con omegas.

     —Porque es mi trabajo, tengo que sonreírle a todo el mundo; alfas, omegas y betas —era bastante cansado. —Ya te dije que lo guardé porque no había un lugar cercano donde tirarlo a la basura. 

     Jungkook bufa desviando la mirada por la ventanilla; Taehyung llevaba poco más de una semana en su nuevo trabajo, hace dos días sus padres se fueron a Beijing y ahora el castaño debía lidiar con el pelirrojo enfurruñado tras la jornada vespertina que termina bastante cerca de la medianoche. Acordaron que pasaría toda la semana en su casa, por lo que Jungkook fue a verlo a su trabajo para volver juntos; error.

     —Bien —asiente dando vuelta en su calle. —Lo siento, no pensé que la acción pudiese mal interpretarse; tenía otras mesas que atender y lo guardé para tirarlo después —no hay respuesta alguna. —Lamento si parece que estoy coqueteando, sabes bien que ni siquiera sé cómo hacer tal cosa —lo cierto era que con Jungkook solía ponerse bastante tímido en ocasiones.

    —Parece que ya sabes —musita.

    —Creí que no eras celoso —murmura para sí mismo, más Jungkook bufa al oírlo. —Bien, bien. Lo tengo —suspira. —A partir de ahora no sonreiré, ni siquiera con la comisura; seré un robot, lo prometo. Seré gentil y elegante, ninguna sonrisa —Jungkook bufa, más Taehyung advierte que retiene una sonrisa. —Me tatuaré tu nombre en la cara si es necesario.

    —Jódete —más ya no hay rasgo de molestia. —Admite que disfrutas la atención.

    —Me gusta tu atención —estaciona frente a su casa. —Este pobre alfa no es nada si estás molesto conmigo —Jungkook sabe que no es serio al decir, por lo que rueda los ojos. —Hablo en serio; a cada mesa que limpio u orden que tomo, no puedo más que pensar en cuánto faltará para salir y verte —finge un pequeño puchero que hace a Jungkook sonreír, incrédulo. —¿Me crees?

    —Ni una sola palabra —más le sonríe.

    —¿Qué puedo hacer para que me creas?

    —Lo de tatuarte mi nombre es convincente —le muestra la lengua de forma infantil antes de bajar del vehículo.

    Taehyung sonríe de medio lado, antes de apresurarse a seguirlo; Jungkook abre la puerta, ¿en qué momento le robó las llaves? Sigue sorprendiéndolo, más es feliz al cerrar a sus espaladas para detenerlo camino al corredor.

    —Suéltame, hueles a infiel —se queja cuando el alfa lo pesca de la cintura, pero no lucha por liberarse; sigue su camino hacia la habitación de Taehyung.

    —¿A qué huele un infiel? —bufa recargando su mentón en el hombro ajeno.

    —A ti, toma una ducha —lo aparta para entrar al cuarto.