35화

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La música es agradable;  incluso si la temática es aburrida, hicieron un buen trabajo con la decoración e iluminación. El ponche está demasiado dulce para su gusto, pero tras el segundo vaso (después de que alguien le tirara por error un poco de vodka) puede tolerarlo más; sin embargo, la ropa está apretada y el color blanco no es de su gusto. Recién planea girar hacia Taehyung para quejarse por todo lo que no le molesta tanto, hasta que lo encuentra recargado con su codo en la mesa y observándolo, tranquila y dulcemente.

    —¿Qué me ves? —bebe de su vaso ante el escrutinio.

    —Te ves precioso.

    Jungkook suspira, con las mejillas acaloradas. —Sí, Tae. Lo dijiste al recogerme, durante la cena, enfrente de tus padres, al entrar y hace como quince minutos —sin exagerar.

    —Sigue sin ser suficiente —porque en verdad no podía dejar de verlo; la camisa de delicada seda blanca contrastaba con su reluciente cabello rojo, recién retocado. No era todo, también se había percatado del ligero brillo junto a sus párpados y sobre su cuello, cual fina azúcar sobre el más costoso de los pasteles; quería morderlo.

    Bufa, avergonzado. —¿Podemos salir a tomar aire? —se pone de pie por impulso, necesita huir.

   —Claro —no duda un solo segundo en seguirlo, de repente las parejas riéndose al ritmo de una canción pop que escuchó ayer en la radio le parece demasiado. Puede respirar con más paz tras recorrer el pasillo oscuro y desértico, aprecia el silencio. —¿Te sientes... bien?

   —La niebla de perfume iba a volverme loco —es su excusa, más se abraza a sí mismo cuando los recibe la templada noche.

   —¿Te quieres ir?

   —¿Eh? —niega. —Llegamos hace como treinta minutos.

   —Pareces incómodo.

   —Mucha gente.

   —No sabía que te molestaban las multitudes de adolescentes bailando —recibe una mirada mortal por la ironía. —Es una broma —aclara. —¿Me quieres decir qué pasa?

   —Ya te lo dije, el aroma...

   —Aja —asiente, incrédulo. —¿Y la verdad?

   Desvía la mirada, el estacionamiento está a tope. —¿Por qué querías venir al baile?

   —¿Huh? —parpadea, en busca de la respuesta. —No lo sé, pensé que sería lindo.

   —¿Y lo es?

   Taehyung asiente, calmo. —Hay música, bebidas, aperitivos y te ves hermoso; es lindo. ¿Por qué?

    —¿Esto era lo que esperabas?

    —Creí que no pensabas en las expectativas de lo que podría ser algo.

    —No lo hago, pero sé que tú sí —toda la noche lo ha matado el pensamiento. —¿Está cumpliendo tus expectativas?

    Taehyung sonríe, ahora entendiendo. —¿Sabes? —vuelve la mirada hacia donde Jungkook evade la suya, el estacionamiento. —Cuando estoy contigo, no suelo pensar tanto como es recurrente en mí; no tengo expectativas. Disfruto estar contigo, tan simple como eso; eso ya hace que sea bueno.

    —Entonces, ¿te la estás pasando bien?

    —De maravilla —le ofrece su mano. —¿Quieres volver a solo existir juntos allá dentro?

    —¿Dejarás de halagarme cada tres minutos?

    —Por supuesto que no —Jungkook acepta tu mano, se dan vuelta para entrar. —Por cierto.

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