17화

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A Taehyung le gustaba cuando salía a cenar con sus padres los fines de semana, pero hoy su mente no podía concentrarse en el ahora; Jungkook tenía una boca muy peligrosa, en cientos de sentidos, pero ahora no dejaba de pensar en sus palabras. ¿Qué pensarían sus padres de él si estuviera en la situación de Jimin? Seguramente lo mismo que pensaba él mismo de Jimin al iniciar su relación con Yoongi; sin embargo, y aunque todavía desaprueba muchas de las cosas que hacen salir de fiesta, ahora el amargo de su pecho le impide juzgar a Yoongi con libertad. En su lugar, se pregunta por qué actúa de tal modo. 

     —Tae, cariño. No has tocado tu postre —observa su mamá, alerta. —¿Todo está bien?

    —Sí —sonríe antes de cortar un bocado del cheescake. —Solo... quedé repleto.

    —¿Algo te preocupa? —atiende ella, bajo el escrutinio de su padre. —Has estado toda la cena suspirando.

    No tiene tiempo para negar cuando su padre aporta: —¿Algo pasó en la escuela? —aparte de que todo el mundo husmea en su vida, nada. —¿O es que estás preocupado por Jimin?

    Sonríe, tenso. —No, nada de eso —un poco lo segundo, aunque no lo diría así. —Pensaba en que los exámenes están cerca.

    —¿Y no te sientes preparado? —ambos se destensan ante la superficial respuesta. —¿Quieres que te contratemos un tutor? —es su padre quien aporta.

    —No, no. Estoy bien —tranquiliza; aunque ahora se pregunta, ¿cómo le irá a Jungkook en los exámenes? Él nunca es sobresaliente, pero tiene buenas notas. —Solo pensaba en mis trabajos finales y demás.

    Esa respuesta parece alegrar a sus padres, pues ambos desvían la atención a temas más triviales; el foco lo abandona y puede terminar su postre en silencio, apenas aportando una o dos risas tensas ante las anécdotas laborales de su padre. ¿Realmente eran un cliché? ¿Cómo será la dinámica familiar de Jungkook? Dijo una vez que vivía con su hermano y cuñado, pero no sonaba muy feliz. ¿Se llevarán mal? Esfuma tales pensamientos cuando juntos abandonan el restaurante para dar un paseo antes de volver a casa.

    —Pensaba que esta vez podríamos ir... un poco más lejos —hablan sobre sus vacaciones de verano, más él no presta gran atención al avanzar junto a ellos.

    —¿Suwon?

    —¿Qué tal suena... Beijing?

    La madre del castaño boquea sorprendida, pero no tanto como Taehyung cuando distingue una cabellera pelirroja avanzar hacia ellos por el otro lado de la calle. ¿Debería fingir que no lo ha visto? ¿Arrastrar a sus padres por la otra acera? Antes de cuestionar, el pelirrojo tiene una mano sacudiéndose en el aire para saludarle; la otra sosteniendo un chupete de cereza entre sus labios.

     —¿Lo conoces? —duda su madre al distinguir la cabellera colorida de ese chico.

     Taehyung siente las mejillas calientes antes de asentir para aproximarse velozmente al omega. —¿Qué estás haciendo en este lado de la ciudad? —murmura al pelirrojo, quien divisa por encima del hombro del alfa a la curiosa pareja que los observa a un par de metros.

     —¿Cómo? ¿Se me tenía prohibida la entrada? —sonríe divertido. —¿Son tus padres?

     Taehyung asiente, enseguida escuchando la melodiosa voz de su madre. —¿No vas a presentarnos a tu amigo, Tae?

     Maldice por lo bajo, más aun por la mirada sardónica del pelirrojo; él sabe que sus padres conocían a sus dos únicos amigos y que claramente estarían curiosos por el odioso pelirrojo de perforaciones plateadas. —Sí —se hace a un lado para presentar al omega. —Es Jungkook, va un grado por debajo de nosotros.

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