Delicate

32화

El colegio enloquece cuando aquel reluciente vehículo rojo estaciona, esta vez con Taehyung bajando del piloto para abrirle la puerta a Jungkook; los susurros no se hacen esperar cuando el pelirrojo baja del coche con un chupete entre los labios. "Él está viviendo el sueño, ¿no?" "¿Qué hizo para conseguirlo?" "Seguro lo tiene amenazado" la envidia afila lenguas mal intencionadas, mientras Jungkook fulmina a Taehyung por tan innecesario acto.

     —En verdad disfrutas hacer todo un lío, ¿no? —murmura a su costado, mientras se abren paso entre la multitud y dejan una hilera de cuchicheos a sus espaldas.

     —Es divertido verte molesto —hace al omega bufar, debió haberse negado cuando le sugirió pasar por él esta mañana con el pretexto de practicar su conducción.

     —¿Por qué no me pones un letrero un el pecho que diga "Novio de" y una flechita en tu dirección? —Taehyung debería sentirse ofendido, más sabe bien que solo es su vergüenza hablando.

     —¿Por qué hacer eso cuando puedo solo...? —la sorpresa es una ola que se esparce hasta la otra punta del edificio cuando Taehyung rodea los hombros del pelirrojo para caminar juntos.

    Jungkook sonríe por lo bajo. —Voy a matarte.

    —Debiste leer las letras pequeñas del contrato —susurra contra su oído antes de besarle la mejilla.

    —Bien, ganaste.

    Lo hizo.

    Dividen sus caminos en el pasillo; es oficial, todo el mundo lo sabe, Jungkook es novio de Taehyung. Durante sus primeras clases, el castaño escucha el cotilleo a sus espaldas como una plaga de ratones chillando en medio de la noche; lo deja pasar, su felicidad reposa dulce al final de su estómago. Ni siquiera hay espacio para molestarse; por su lado, Jungkook está demasiado ocupado alistando sus deberes. Incluso si sus notas eran buenas, había un camino largo por recorrer hacia esa meta; sabía que podía hacerlo, pero debería aplicar un esfuerzo doble.

     —¿Te enteraste? —finge sorpresa cuando se encuentra con Jungkook en el pasillo. —Al parecer amenazaste a mi familia para que saliera contigo.

     —Yo escuché que eras una cortina de humo para vender drogas —ambos retienen una carcajada. —Escuchar tantas estupideces me dio hambre, ¿vamos a la cafetería?

     —De hecho —señala hacia la línea de casilleros. —Mi mamá entró tarde a la oficina, así que nos hizo el almuerzo.

     —¿Disculpa? —frunce el ceño, pero lo sigue. —¿Cómo que nos hizo?

     —A ti y a mí —explica. —¿No es obvio?

     —Lo es, pero ¿por qué nos haría el almuerzo?

     —A veces enviaba aperitivos para Jimin y Seokjin —cuenta estacionando junto a su casillero, había dejado ahí la caja del almuerzo—; le conté que ya casi no nos hablamos y suelo pasar más los almuerzos contigo, así que envió comida para los dos.

      —Emmm... ¿gracias? —es confuso, nunca nadie le había hecho el almuerzo antes. —¿Le contaste lo de Jimin y Seokjin?

     —Excepto las partes ilegales —extrae la comida. —¿Almorzamos afuera? —Jungkook accede y emprenden camino. —Le conté que habíamos tenido unos problemitas en el campamento, dije que Seokjin no se llevaba bien con Yoongi y por ello discutió con Jimin; le conté que no quise meterme en líos, así que ellos se molestaron conmigo por no tomar partido.

     —El alfa modelo —sonríe divertido. —Debió estar orgullosa.

     —No te burles, era eso o contarle todo el lío que hicimos; podrán ser un tanto comprensivos, pero si se enteran de lo que pasó, ten por seguro que me meten a la militar —se sientan en la banca de siempre. —Es mejor así.