INTERLUDE

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« Llevas una vida encerrado aquí,
y no puedes decir adiós. »

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El vehículo de Chanyeol queda olvidado en algún vecindario remoto; así que debemos volver a pie, Taehyung insiste en traerme a  casa. Aunque es difícil hacerlo desistir, lo consigo. Para cuando me aproximo al gris edificio, el amanecer empieza a iluminar el cielo despejado. Fue una noche... curiosa. Aunque Taehyung sea ingenuo, no es del todo molesto hablar con él; tiene ciertos tintes... rebeldes. Lastima que sea así de blando y aburrido, es del tipo que se hace a un lado; es patético, es igual a rendirse.

         Camino a hurtadillas por el departamento cuando consigo entrar;  Jungwon debe estar en la habitación con su estúpido alfa, soy veloz al huir hasta mi habitación para cambiar este atuendo. Un estornudo anuncia un resfriado, mejor elegir una camisa de manga larga, quizá la de anoche fue una pésima elección de atuendo; siento las mejillas heladas al enjuagarlas, pero igual (y aunque el agua sea hielo) me lavo los dientes antes de salir del departamento. Mejor no estar ahí cuando esos dos despierten, no tengo ánimo de más discusiones absurdas; fue una noche larga. Cruzo tan solo un par de calles para llegar a casa de Yoongi, sé por su motocicleta que llegó sano y salvo; es sencillo escabullirse por la puerta trasera, adentro es cálido. Casi suspiro de alivio, me apresuro a bajar por el pasillo rumbo al sótano. La señora Min se cansó de verlo caer por las escalera cuando llegaba ebrio, así que le cambió su habitación. Es más fácil bajar que subir.

      Es gracioso verlo bocabajo aún con la ropa que llevó a la carrera, es evidente que llegó cansado. No indago demasiado, solo me tiro en el sofá frente a su consola de videojuegos para dormir; no es difícil, mis ojos se cierran apenas percibo el blando terreno. Al fin.

💭

Hay un agudo tintineo; resuenan los botones al ser presionados con desespero. Me cubro los ojos con el antebrazo, recién notando que tengo encima una cómoda manta. Sí era necesaria. Suspiro, un tanto incómodo por el insistente ruido; parpadeo, no tardo en enfocar la lámpara de pobre luz naranja pendiendo del techo desgastado, conozco bien la imagen. Miro de reojo la cabellera pelimenta sentada sobre el suelo, frente a la consola; Yoongi está jugando Call of Duty, o es así hasta que marcan su muerte en pantalla.

       —Sigues siendo tan manco —es lo primero que suelto al despertar, él mira hacia sus espaldas y parece que tuvo una agradable siesta porque no me fulmina ante el comentario. —¿Cómo sigue tu lesión?

       —No duele —se gira para extender su pierna. —Jimin la vendó bien —parece que la ha pasado excelente. —¿Y ustedes? Dile a Taehyung que firmó su sentencia de muerte con Chanyeol.

       —Bueno, primero que encuentre su coche. Luego hablamos del resto —me es inevitable sonreír, admito que fue una gran idea.

       —¿Dónde lo dejaron?

       —Lo suficientemente lejos.

       —Cómo sea —se deja caer sobre la alfombra descuidada. —¿Ya podemos terminar de editar ese estúpido video? Juro que me dará pesadillas, he soñado con sus transiciones por días.

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