Capítulo 14 [Feliz San Valentín 3/3]

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Hello, ¿ya listas para está última parte? Espero que lo disfruten mucho


***

Victoria había salido de la casa como si se estuviera incendiando, no tenía que leer la tarjeta porque ya sabía de quien venía, además usar el apellido de su padre era bajo, parecía que quería recordarle que solo él la conocía como nadie más.

Estaba caminando por las calles de Maranello sin objetivo alguno, esperaba no encontrarse a nadie, incluyendo a las cámaras, entró a una farmacia y se paseó por los pasillos, llegó con la dependienta que esperaba con una sonrisa detrás del mostrador.

—¿Tienes parches de nicotina? —Preguntó con una sonrisa fingida.

—Creo que tengo un paquete, aunque también puedo ofrecerte chicles. —Ella le enseñó los productos.

—Me llevo los dos, los parches serán de los más fuertes que tengas. —La abstinencia la estaba matando, pero una promesa era una promesa. —Y también me llevo estás gomitas de gusanos.

Las viejas confiables.

Después de pagar todo lo que compró, ni siquiera se esperó a salir de la farmacia para abrir los parches, bajarse un poco la manga de la playera y colocarse uno en la parte delantera del hombro. Dio las gracias y salió de ahí, caminó un buen rato, ya habían pasado 20 minutos desde que había salido del departamento y aún tenía que darse un baño, comer y arreglarse, así que decidió regresar, al menos ya se había calmado un poco más.

Tocó la puerta y la recibió Caco con una sonrisa, se veía aliviado de que la chica hubiera decidido regresar, según su llamada con Lucía, Victoria no les quedaría mal, por más mal que ella se sintiera.

—Carlos te ha dejado todas tus cosas en su cuarto, puedes arreglarte ahí. —Ella asintió sin decir nada. —Él se está terminando de arreglar en el cuarto de servicio.

—Ok, gracias.

Pasó por la cocina y vio que la orquídea seguía ahí por un segundo, Victoria creyó que se burlaba de ella. Se acercó, leyó la tarjeta y quiso volver a soltarse a llorar, y no salir, pero debía de hacerlo, no podía dejarse ganar. Ya lloraría en sus sesiones de terapia o en su cama de Madrid que era para lo único que servía. Rompió la tarjeta y la tiró. A la orquídea la dejo ahí, ¿qué culpa tenía la pobre flor de que alguien se la hubiera regalado para atormentarla?

Entró y comenzó a arreglarse, se dio una ducha rápida, Caco tocó a su puerta y le dio un poco de comida que habían pedido, porque con estás galas nunca se sabe a qué hora es la comida.

Estaba encargada de hacer su maquillaje, peinado y asegurar que el vestido le quedara a la perfección, lo que no contaba era que cuando se lo había puesto, había sido con Lucía y ella había subido su cierre.

—Ok, será un problema para la Vic del futuro. —Se respondió a sí misma y continuó con el maquillaje.

Estaba a punto de terminar de colocarse el labial cuando alguien tocó a su puerta.

—Vic, ¿Puedo pasar? He olvidado mis gemelos y mi corbata —Era Carlos. 

—Adelante.

El madrileño entró con cautela, le faltaba la corbata de moño y una peinada.

—¿Y Caco? —Vic preguntó mientras se veía al espejo por unos últimos detalles.

—Fue por el auto, y ver que todo esté listo. —Carlos comenzó a colocarse los gemelos. —Ya solo faltamos tú y yo ¿Te falta mucho?

Cuando Todo Empeora [Carlos Sainz Jr]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora