Capítulo 53 [Felices Fiestas 1/2]

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El regreso a Madrid fue más tranquilo de lo que todos creían, después de ver lo que Victoria había hecho en Nueva York, bueno, no había mucho que decir.

Se despidió de Lando, aclaró a sus padres que no estaba molesto y que hablaría cuando se sintiera listo y partieron a casa.

Carlos supo que el mensaje estaba claro, a Victoria no le había gustado el discurso y se lo había hecho saber con canciones, solo como ella sabía hacerlo. Al menos le había hecho caso y había salido a divertirse.

Desgraciadamente para él, había salido con Harry y a partir de esa salida, todo mundo llamaba a Harry su nuevo "novio". Y aunque solamente eran rumores, ni Lucía ni Victoria habían salido a callarlos o a confirmarlos. Lo cual lo volvía completamente loco, normalmente durante este tiempo trataba de pasar lejos de redes lo más que podía, pero ahora revisaba el celular al menos una vez al día para ver si habían salido más fotos de ellos.

La respuesta era sí. Había fotos de ellos saliendo del estudio, entrando, yendo a comer, desayunar. Era un martirio ver todas las fotos y saber que estaba lejos de ella, que Victoria no quería saber nada de él y que Harry tenía camino abierto.

A Carlos le hubiera gustado poder tomar el primer vuelo a Nueva York y hablar con ella, disculparse por todo lo que había hecho y rogarle que lo recibiera de vuelta, pero tenía todavía cabos sueltos que arreglar como para hacerlo.

¿Cómo podía ir a verla y decirle que quería darle lo que ella tanto le había pedido cuando todavía no se sentía listo? Todavía no se sentía seguro de sí mismo y si se trataba de competir con Harry Carling, el hombre con él que ella tenía todo en común y salía diario, bueno, sabía que perdería.

Eso, además del hecho de que podía sentir como la relación con sus padres estaba rompiéndose. No quería que Victoria estuviera para ese desastre y drama que estaba posponiendo esperando que no explotara para antes de que él pudiera ordenar sus pensamientos.

Suficiente de esos había tenido ella en su vida y junto a él.

Y ahora, los días habían pasado y la Navidad había llegado, Nochebuena en realidad. Estaba en la puerta de su casa recibiendo al resto de su familia que había sido invitada a celebrar esa noche con ellos.

—Ya llegó —Blanca entró a la casa con unos ojos que indicaban solo una cosa, cuidado.

—¿Quién? —Carlos se irguió en su lugar buscando a la persona que había puesto a su hermana de esa forma, conociendo a su familia, podría ser cualquiera.

—La tía Ruth —Blanca le susurró a su hermano y entendió.

Todos en la familia se cuidaban de ella y de sus comentarios sin filtro.

Pues era una mujer que no temía hacerse escuchar ni soltar las cosas incómodas, además de que era algo malhumorada y no muchas personas le caían bien.

Carlos a lo lejos vio como se bajó de su auto, azotando la puerta y comenzando a caminar hasta donde él estaba esperando.

—Un poco de ayuda no estaría mal —La mujer habló como saludo y Carlos supo que era hora de ayudarle.

Se apresuró a llegar hasta donde ella estaba y le ofreció su brazo para ayudarle a caminar sobre el camino empedrado.

—Hola tía —El joven saludó casual, ignorando el tono agresivo que su tía siempre ayudaba.

—Carlos. Más vale que tus padres hayan sacado el vino bueno —El piloto no pudo evitar soltar una pequeña risa.

—Espero lo mismo, tía.

Cuando Todo Empeora [Carlos Sainz Jr]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora