Cuando Todo Empeora [Carlos Sainz Jr]

Capítulo 31 [Mallorca 2/3]

La mañana estaba fresca, lo suficiente para que Victoria fuera a robarle una sudadera a Carlos, pues ella no había traído una lo suficientemente caliente, Victoria iba a irse directo al pequeño muelle que estaba en la casa de los Sainz pero al parecer Carlos tenía otras ideas.

—¡Hey! ¿A dónde vas? —Carlos preguntó confundido al ver que la rubia iba de salida.

Victoria se había puesto la sudadera de Carlos y la gorra de Chilli que le había robado y no había devuelto, además de biker shorts y tenis.

—¿No íbamos a ir a pescar? —Victoria preguntó algo confundida.

—Ven, antes me acompañaras a comprar algo rápido. —Ella lo siguió y los dos se subieron al auto.

El Sol estaba apenas saliendo haciendo que el cielo se viera de un hermoso color azul con toques de rosa.

—¿A dónde vamos? —Victoria preguntó mientras veía como la isla cobraba poco a poco vida.

Los locales abrían, los dueños de las tiendas barrían sus entradas.

—Te llevaré por chocolate caliente y churros, es el mejor desayuno y si vamos a la hora en la que abren es todavía mejor. ¿Los has probado antes? —Carlos le dijo, traía su gorra hacia atrás y también una sudadera azul lo cubría.

—He probado los churros en México y en Los Ángeles, pero no los de aquí. —Carlos sonrió, le gustaba enseñarle cosas a la cantante. —¿No deberíamos invitar a tu familia? —Victoria había pasado suficiente tiempo con los Sainz para saber que a donde iba uno iban todos.

—No hoy. —Carlos dejó de mirar hacia adelante para sonreírle a su invitada y calmarla, Victoria sonrió de vuelta.

No se tardaron mucho tiempo en llegar, pues no había tráfico en las calles, Victoria como siempre había tomado las riendas del asunto y había puesto la música, al parecer ya habían llegado al lugar pero una canción había comenzado y antes de que Victoria fuera a desconectar su celular para bajarse, Carlos  la detuvo.

—¡Espera! —La rubia se quedó congelada en su lugar. —Me gusta esa canción. 

Carlos dijo con una sonrisa tímida mientras ella ponía atención para ver que canción era. 

"La bikina de Luis Miguel" 

Era bien sabido que a ambos les gustaba el cantante, era de las pocas cosas que podían concordar.

—Deja que termine la canción y bajamos. —De nuevo, Carlos le pidió y ella asintió sin dejarlo de ver. 

Solitaria, camina la bikina
Y la gente se pone a murmurar
Dicen que tiene una pena
Dicen que tiene una pena, que la hace llorar  —Carlos nunca le había confesado a Victoria esto, pero hubo una vez, de las primeras veces que comenzaban a hablarse, en donde él había salido sin ella y esa canción se había puesto en la radio, de inmediato le recordó a la rubia.

Era para ella, era como si la letra estuviera hecha a su medida no importaba si la letra hubiera sido escrita en 1964, era la canción de Victoria, y entonces, desde ese día, Carlos la había agregado a su playlist y cuando salía la escuchaba con gusto y esta vez era la primera vez que la escuchaba estando ella, ¿cómo le decía que era para ella? Sin que fuera tan cursi o tan obvio, pero entonces supo que Victoria lo entendería, ella era muy inteligente. 

Altanera, preciosa y orgullosa
No permite la quieran consolar
Pasa luciendo su real majestad
Pasa, camina y nos mira sin vernos jamás —Victoria por otro lado, no dejaba de ver a Carlos mientras él cantaba en voz baja la canción, le gustaba escucharlo cantar, porque Carlos era una persona penosa, y rara vez lo hacía, ella sabía que cuando escuchaba al madrileño era porque verdaderamente se sentía feliz y en confianza.