Capítulo 34 [S.O.S Bodoque]

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Después de lo que Victoria reconocería como una de las peores semanas de su vida, la estrella tenía que regresar a Madrid para pasar el resto de su descanso ahí. Durante el vuelo Lucía le hacía preguntas tratando de averiguar qué había pasado en su ausencia, le preguntó por Mallorca y por Carlos.

Y mientras más preguntaba, era como si Victoria más y más se cerraba. Después de un rato, la castaña se rindió y decidió darle más tiempo a la rubia para hablar.

Victoria y Lucía entraron al nidito de amor con maletas en mano y llenas de sueño. Ambas estaban totalmente derrotadas luego de tener esa junta con la disquera y comenzar a buscar alguna otra que se interesara en ella, para ver que se podía hacer para arreglar la carrera de Victoria. La cual parecía que a pesar de todo el esfuerzo que ella había puesto estos últimos meses no habían valido la pena.

La casa estaba sola y las luces apagadas, lo cual era raro. Carlos normalmente no llegaba tan tarde a casa. Victoria revisó la hora, eran un poco más de las 9. Tal vez había ido a cenar o algo, no le importaba, eso se dijo mientras se mentía a sí misma.

—¿Dónde crees que está Carlos? —Lucía preguntaba pero la cantante ya estaba prendiendo luces para ver la casa.

—No lo sé. —La rubia respondió, no podía importarle donde estaba él, podría estar con su novia o lo que fuera. —¡Bodoque!

El gato parecía no responder a ella, lo cual era raro porque Bodoque siempre iba a recibirla a la puerta. A menos que estuviera durmiendo, pero inclusive, él se despertaba por ella.

—¡Bodoque! —Victoria fue gritando por toda la casa, fue a su cuarto y a su armario, donde el gato luego se escondía. —¡BODOQUE!

Buscó en el baño, debajo de su cama, por su estudio, en la sala, la cocina, el cuarto de lavado. Desesperada fue al cuarto de Carlos, a su oficina, su closet.

Comenzaba a sentir ese golpe de adrenalina, su gato no estaba en la casa y su gato no salía porque sí, no sin ella. Victoria estaba sudando por los nervios y la desesperación comenzaba a hacerse presente.

—Lucía, Bodoque no está. —Su agente estaba en la cocina tomando agua, mientras que Victoria estaba sudada y despeinada. Sentía un agujero horrible en el estómago.

—¿Estás segura? —Ella asintió agresivamente. —¿Ya viste en el jardín? Tal vez salió.

—Bodoque no sale porque sí, no sabe andar en la calle. Nunca ha salido en su vida, es un gato de ciudad. —Aún así, Victoria salió al jardín, gritaba y gritaba el nombre de su gato y podía sentir como los latidos de su corazón se aceleraban.

Fue a buscar su plato de comida y su agua, y tampoco estaban, ¿qué fue lo que pasó en su ausencia?

Cuando regresó con Lucía vio que la puerta de la entrada se abría: eran Carlos, Caco y Rupert. Parecía que venían de correr o entrenar, pues los tres estaban transpirando con sus sudaderas y sus gorras, sus tenis llenos de lodos.

Carlos en cuanto la vio se puso pálido y se detuvo, haciendo que los otros dos hombres chocaran entre ellos.

A ella ya no le importaba el madrileño, solo le importaba una cosa.

—¿Dónde está mi gato? —Ni siquiera dijo hola. Rupert y Caco no dijeron nada pero en sus caras había preocupación, lo que asustó más a la rubia. Dejaron que Carlos respondiera, después de todo, él había sido quien lo había perdido. —¡Responde! ¿Dónde está Bodoque?

Ese grito de Victoria espantó a todos. Nadie, aparte de Lucía, la había escuchado gritar nunca de esa manera.

—Vic, yo...

Cuando Todo Empeora [Carlos Sainz Jr]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora