Me hare un collar con tus dientes!!

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Días después, Eva, Alex y Piper fueron al Hospital Universitario de Guadalajara para recoger a Almudena. Tanto la madre como el bebé estaban de maravilla, pero Almudena llevaba dos días sin parar de llorar. Cualquier cosa que le dijeras le hacía moquear una y otra vez y aunque todos se preocuparon, los médicos les calmaron indicándoles que aquello era normal. Las hormonas de la nueva mamá aún estaban revolucionadas y por eso lloraba continuamente. Cuando dejaron el coche en el parking y se dirigían al hospital se cruzaron con dos hombres vestidos de policía.

—Mmmm... cómo me ponen los uniformes —suspiró Eva al verlos pasar y mirando a la joven que caminaba junto a su hermana preguntó—: ¿No te ponen los hombres así vestidos? ¿No te parecen terriblemente varoniles?

—Definitivamente sí —rio Piper tras mirar a Alex—. Cada vez que tu hermana aparece vestida de cucaracha ¡me vuelve loca!

Alex se carcajeó ¿cuando había aprendido ella aquella palabra?

—Normal hija... normal... cuando se visten de negro desprenden sensualidad y morbo por todos sus poros ~y al recordar a Damián, el sexy compañero de su hermana, suspiro—. Uf... ya te digo,hay cada uno...

La morena al ver aquel gesto, le dio un empujoncito.

—Hermanita, disimula. Se nota a la legua que te vuelve loca algún que otro compañero de la base. 

—Uf... es que allí hay material de primera —suspiró esta—. Por cierto Piper cuando quieras vamos a hacerle una visita a mi hermana a la base. Almudena y yo de vez en cuando vamos y nos damos un alegrón a la vista. Te aseguro que merece la pena

—Vale... encantada

—Chicas... no me jodan—las reprendió Alex

Lo que menos le apetecía era ver a su rubia en la base, rodeada por los depredadores de su unidad y menos junto a la loca de su hermana. Definitivamente no era buena idea.

—Anda... ahora que lo pienso —dijo Eva— Quizá a Almudena le vendría de lujo darse un homenaje visual para que deje de llorar por el simple hecho de existir.

—Tranquila. Se le pasará —aseguró Alex divertida

—Mira, hermanita no es por nada. Pero tú podías tirarte el rollo un poquito ¿no crees?

Sorprendida por aquello la miró y preguntó:

—¿Tirarme el rollo? ¿En qué?

—En proporcionarle a tu llorosa y lacrimosa hermana Almudena un poco de felicidad visual y de paso también a nosotras. Tampoco es tanto pedir, ¿no?

—Oh, sí... sería un bonito detalle —asintió Piper y divertida le enseñó la pulsera que llevaba y le susurró al oído—: Te recuerdo que yo tengo un todo incluido. 

—Sería un detallazo, además de un morbazo —prosiguió Eva sin percatarse de cómo aquella fruncía el ceño.

La morena finalmente sonrió por sus ocurrencias y tras cogerlas por la cintura murmuró:

—Ni la base, ni mis compañeros por muy guapos que les parezcan, son para divertirse. —Y para molestar a su hermana continuó—. Además a ti, señorita metomentodo te da lo mismo un poli de verdad que un stripper vestido para la ocasión ¿verdad?

—Pues tienes razón. Me da igual. Soy una conformista nata —asintió divertida—. Por lo menos del stripper sé que esperar. Por lo tanto, si no quieres que aparezcamos por la base con nuestra hermana la llorona, ya sabes lo que tienes que hacer para alegramos el alma, la vista y alguna que otra cosa más

Parapetada tras su disfraz, Piper disfrutaba de aquel momento familiar mientras se cruzaba con personas que en traban y salían del hospital. Aquella libertad le encantaba y sonrió satisfecha de su anonimato. Era definitivamente maravilloso.

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