¿¡Yo borracha!?

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En el Croll, aquella noche se celebraba una fiesta country y medio pueblo de Sigüenza acudió a divertirse al local.

Alex y Nicky acompañadas por Lorna y Paula cenaban en una de las mesas mejor situadas. La noche se presentaba divertida, Paula estaba especialmente guapa aquella noche con aquel vestido tan sexy y además muy caliente a juzgar por las cosas que le ronroneaba al oído.

La besó en el cuello. Aquella mujer era una máquina sexual y siempre que quedaba con ella en la cama las dos lo pasaban fenomenal. Tiempo atrás, en su quinta cita, la morena habló claramente con ella, no quería hacerle daño, no quería una relación seria ni formal con nadie y se sorprendió cuando ella le confesó que le gustaba ser libre a nivel de pareja para hacer con su vida lo que quisiera.

Aquella rotundidad animó a Vause a volver a quedar en más ocasiones con ella. Lorna, la mujer de Nicky, aún creía en el amor. Era una romántica empedernida y estaba convencida de que tarde o temprano Alex y su amiga Paula formalizarían su relación. Las implicadas decidieron seguirle el juego, ya se daría cuenta que lo suyo era puro sexo.

Paula no era muy guapa pero era tremendamente sexy. Años atrás apareció un día en Sigüenza y tras encontrar trabajo en el parador, allí se quedó. No era una mujer que despertara muchas simpatías, en especial entre las féminas. Su sexto sentido les avisaba de que Paula no era una mujer de fiar. Su cuerpo lleno de curvas, su sinuosa voz cargada de erotismo y su pasión en la cama volvía locos a todos con los que se había acostado y por supuesto, a una muy ardiente Alex.

Ella era una mujer desinhibida a la que le gustaba probar de todo y eso ¿a qué ser humano no le gustaba?

-Churri, pídeme una coca cola -pidió Lorna a su mujer.

-Ahora mismo, preciosa -asintió. Y echando un vistazo a un lateral del local dijo-Anda... mira ahí vienen Lucas y Damián- dos de sus compañeros de unidad con aplomo varonil y seguridad se acercaron a ellos. Dos ligones en potencia que solo buscaban lo que muchos hombres: rollos de una noche y nada más. Paula, que había compartido momentos íntimos con Lucas, sonrió al verle y este la saludó. La complicidad que aquellos compartían nunca había importado a Alex.

Los tres eran adultos y tenían muy claro lo que querían.-Está hoy animado el Croll -comentó Damián tras besar a Lorna.

-Sí. Con esto de la fiesta country parece que la gente ha salido de sus casas a pesar del frío -asintió ella y mirando a su mujer que saludaba a Lucas insistió.

- Churri mi Coca-Cola.

-Tomaaaaaa tu Coca-Cola, cielo. - dijo y le entregó la bebida.-

Aisss la churri qué consentidora que es -se mofó Lucas haciendo sonreír a Alex.

Durante un buen rato los seis charlaron mientras escuchaban a un grupo tocar su música. Una música que les incitaba a moverse aunque solo fuera la punta del zapato. Lorna sacó a Damián a bailar quien aceptó encantado. Nicky al ver a su mujer tan animada sonrió. Adoraba a aquella mujercita a pesar de que en ocasiones la volvía loca.

Instantes después Lucas, tras cruzar una significativa mirada con la morena, se levantó e invitó a Paula a bailar.

Ella aceptó y segundos después en la pista, comenzó a mover sinuosamente sus caderas. Alex miraba divertida a la gente pasarlo bien. Acostumbrada a la tensión de su trabajo ver que la gente sonreía y se divertía era una de las mayores satisfacciones que podía tener.

-¡Joder ! La morena que está con Menchu, la del parador, tiene un culito digno de unas calientes nalgaditas -murmuró Nicky señalando hacia la barra.

Alex miro hacia donde su amiga decía y asintió. En la barra una joven de pelo negro se movía al compás de la música dejando entrever su culito respingón mientras hablaba con un tío bastante más alto que ella.-Indiscutiblemente te doy la razón.

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