Alex despertó en una habitación que no era la suya. Miró a su alrededor y no se sorprendió al ver a la joven que había conocido la noche anterior desnuda a su lado totalmente dormida. Recordaba instantes con ella, pero poco más. ¿Qué hora era? Miró el reloj digital que estaba encima de la mesita y leyó, las 21:14 horas, 14 de junio. ¿Catorce de junio? Boquiabierta, se rascó la cabeza. Lo último que recordaba era la tarde del 11 de junio cuando llegaron a Las Vegas ¿Cómo podía ser día catorce? Con curiosidad, paseó la mirada por aquella lujosa suite y se sorprendió al ver un piano blanco en un lateral.
Levantándose desnuda y con una resaca impresionante caminó hacia una puerta blanca. Aquello debía ser el baño. Pero se quedó sin habla al abrir y ver unas columnas acompañadas por unas esculturas italianas y en el centro una pequeña fuente de agua.
-¿Pero dónde estoy? pensó mirando a su alrededor.
Cerrando la puerta, se fijó en el enorme televisor junto a la bonita chimenea, los sillones de cuero blancos y la fuente.
—¡Qué locura! Una fuente en medio de un salón. Cuando se lo cuente al abuelo va a alucinar —murmuró divertida.
Sin poder quedarse quieta buscó a sus amigas. ¿Dónde estaban? Al abrir una puerta los encontró tendidos en una enorme cama, junto a las otras chicas. Todos estaban desnudos, y rápidamente comprobó que faltaba el Stella ¿Dónde se habría metido? Sin poder evitarlo, miró a su amiga Nicky, y le vio dormido sobre el pecho de una de las chicas.
—Joder... joder. Dije que la iba a controlar —susurró agobiada y cerró la puerta. - ¿Qué había pasado allí? Llevándose una mano al rostro pensó en su amiga.
Cuando se despertara y viera lo que había hecho montaría en cólera al pensar en su dulce Lorna. Aquello le iba a martirizar. Si alguien quería con locura a su novia, sin duda, era Nicky.
Confundida y en busca de una explicación para todo aquello, se pasó la mano por su largo y negro pelo cuando sintió que algo frío le rozaba la frente. Sin perder un segundo se miró la mano y de pronto gritó.—No... no... no... ¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOO! La muchacha, que hasta el momento había permanecido dormida, al oír aquel alarido se incorporó de un salto.
La cabeza le dolía y todo le daba vueltas, pero lo primero que vio fue a la joven que había conocido supuestamente el día anterior. Aquella con quien había compartido besos, diversión y al verse desnuda en aquella cama, imaginó que algo más.
—Dime que esto no es cierto. Dime que no nos hemos casado —gritó Alex enseñándole la alianza con dos dados que llevaba en la mano. La joven al escuchar aquello, rápidamente miró su mano. Al ver una alianza igual en su dedo, se levantó de un salto, sin importarle lo más mínimo su desnudez.
—No puede ser... ¡esto no me puede estar pasando!—¡¿Nos hemos casado?! —gritó Alex nuevamente.
A Piper le iba el corazón a mil por hora.—No lo sé... no lo sé.
Histérica Alex buscó su ropa interior y se la puso mientras Piper hacía lo mismo. Necesitaban despertarse, despejarse y aclarar las ideas. Al ser una mujer con una gran sorpresa entre las piernas, su padre le había enseñado a controlar su vida y aquello de pronto se le escapaba por todos lados. Piper fue a coger su sujetador que estaba en el suelo, cuando vio un sobre. Lo abrió, y se quedó sin respiración al ver una licencia de matrimonio con sus nombres y una foto de ella y Alex besándose: ella con un ridículo velo de novia, y la morena con un horroroso traje junto a un Juez de Paz.
-Dios mío, es cierto. ¡Nos hemos casado! —gritó horrorizada. Dando dos zancadas, la joven de pelo oscuro llegó hasta ella. Le quitó la foto de un tirón y al mirarla blasfemó. Pero cuando leyó lo que ponía en la licencia la miró con el ceno fruncido y vociferó.
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¿Tú?
FanfictionPiper Elizabeth Chapman es una famosa actriz de Hollywood, durante la promoción de su ultima película en España, donde por a avatares del destino, y tras un secuestro que acaba resuelto por el Grupo Especial de Operaciones de la policía se reencuent...