¡Que dolor de cabeza!

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Un sonido molesto y continuo la despertó, buscó su celular y sin abrir los ojos la rubia movió la mano a su alrededor pero no lo encontró. Se sentó en la cama y continuó buscando la fuente del sonido desesperante y cuando vió que estaba sobre una mesilla blanca lo cogió y contestó. 

—¿Mmmmm? 

—Oh my Good Me vas a matar a disgustos — gritó su primo — ¿Dónde estás? ¿Dónde te metes? Maldita sea, cuchi lo tuyo no tiene nombre, de verdad... eso no se le hace a alguien que te quiere, anoche saliste a tomar unas copas con la girl del parador y son ¡las doce!... es medio día! Te podrían haber raptado y yo aquí tan tranquilo y sin enterarme, dime en este instante ¿Dónde estas? - 

Intentando ordenar sus ideas y, sobre todo, respondera un alocado Tomy, miró a su alrededor. —Por favor ¿puedes dejar de gritar? Yo m... 

—Tienes voz de resaca. You have a hangover! —chilló al escucharla. 

—Si vuelves a gritar te juro que te cuelgo —siseó alejándose el móvil de la oreja. 

—Ok. ¿Dónde estás? - volvió a preguntar.

Piper miró a su alrededor lo último que recordaba era estar en un bar atestado de gente divirtiéndose con Menchu y dos hombres. Levantando las sábanas comprobó que no llevaba su ropa, aunque sí llevaba una camiseta enorme y negra. Horrorizada por lo que hubiera podido ocurrir se llevó la mano a la cabeza ¡la peluca! 

- Puta madre!¿Dónde he dejado la peluca? Tras verla sobre un sillón se llevó las manos a los ojos. 

- Joder! ¡Las lentillas! No podía dormir con lentillas y ella había dormido. Asustada por el mal que hubiera podido ocasionar a su vista murmuró: —Tomy... 

—Mira Queen, escucha lo que te digo si la prensa se llega a enterar de esto va a ser un scandal... y si your father o tu agente se enteran de lo que estás haciendo —tras resoplar gritó teatralmente—. Oh my Good me pones histérica cuando haces estas cosas y... 

—Que no grites —refunfuñó mientras se metía un dedo en el ojo.«Ay Dios... que no encuentro la lentilla» pensó cerrando el ojo molesta. 

—Okey... —suspiró Tomy y en tono combativo preguntó—. ¿Su majestad, la princess, cuando me hará el honor de regresar al castillo? 

—No lo sé... —respondió preocupada por sus ojos. 

La rubia seguía buscando sus lentes de contacto y Tomy, al sentirla tan despistada, perdió la paciencia y gritó:—¿Cómo que no lo sabes? Pero, where the hell are you?

—En casa de Menchu - dijo cortante.

Sin ganas de seguir bromeando Tomy se retiró con glamour su flequillo de la cara y siseó. —Pues ya puedes ir levantando tu pretty culito de colibrí de allí y venirte para acá. ¿Me has entendido? 

—Ok. - Al escuchar aquella contestación el muchacho cambió su tono de voz y dijo emocionado. 

—Ay, Queen ¡es que tengo que contarte algo! Algo divino... maravilloso... 

Con dolor de cabeza nivel Dios Piper, que no quería escucharle ni un segundo más, dijo: —Luego me lo cuentas. Adiós. Y sin más le colgó. 

Pero cuando fue a levantarse estaba tan torpe que se le enredó un pie en la sabana y, sin poder evitarlo, cayó contra el suelo provocando un gran estruendo, se quejó tocándose el pie. 

Totalmente desorientada localizó un espejo. Debía quitarse las lentillas cuanto antes o sus ojos acabarían dañados. Cuando se puso frente al espejo, su cara era todo un poema. Sus ojos eran los azules de siempre, aunque estaban cargados de sueño y de una buena noche de juerga. Localizó también sus gafas rojas sobre la mesilla y su ropa tirada sobre un sillón color claro a juego con el resto de los muebles de la habitación. 

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