Capitulo 1

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Un jueves bastante agitado y mi humor estaba por el piso, con todas mis ganas deseaba que llegue por fin la hora de poder cerrar la cafetería, estaba exhausta y el calor era insoportable.

El celular me vibró justo al lado de la caja registradora y como siempre mi mejor amiga con su séptimo mensaje insistente para que salgamos a la noche. Algo que claramente era totalmente imposible, sobre todo por mis ganas inmensas de tirarme contra la cama y dormir tres días seguidos.

Lo deje de lado y con mi mejor humor me levante del pequeño banquito detrás del mostrador y me dirigí a una de las mesas, por suerte, una de las últimas para atender.

-Buenas tardes Sr Díaz, lo mismo de siempre?- hablé con amabilidad a mi habitual cliente, un señor de ya casi setenta años.

-Si por favor Jazmín- habló dejando de mirar el diario para prestarme atención- Todavía trabajando acá? Pensé que ibas a renunciar

-Si..todavía no pude encontrar algo más, pero quédese tranquilo ya va a salir algo mejor para mi. Enseguida vuelvo- le sonreí amablemente y me dirigí para traerle el café con medialunas de siempre.

Mi compañero de trabajo, Lucas, del otro lado me hacía seña para pasar a la cocina de manera insistente. Bufé y me fui a ver qué quería casi arrastrando los pies.

-Que pasó?- pregunté apenas puse un pie allá- Decime que no rompiste nada.

-Anda para tu casa, yo te cubro la hora que queda- habló seguro colocándose la gorra con el logo del lugar.

Me sorprendí al escuchar eso y aunque la oferta sonaba tentadora, no podía aceptarla porque no era justo.

-No Lu, olvídate, puedo aguantar un poquito más- le mostré una sonrisa de lado alzando los hombros.

-Haceme caso reina, de verdad. Después me devolves el favor- habló guiñándome el ojo- A parte tu amiga me tiene amenazado, así que más te vale que salgas hoy.

Reí ante esto último porque era típico de Sara. capaz de hacer cualquier cosa con tal de que salga, no se rendía nunca.

-De verdad te amenazo? Es terrible esta piba- hablé mientras terminaba de preparar el platito con medialunas- Estás seguro?

-Obvio Jaz, anda tranquila y despejá un ratito, yo me encargo acá. Cuídate linda- sentí que me sacaba la bandeja de las manos y me daba un beso en el cachete antes de irse directo a la mesa.

Miré la hora nuevamente y eran las ocho de la noche, dudaba mucho si salir o no y me maldecía por dentro haber aplazado tantas veces los planes con mi amiga, no tenía otra opción que aceptar aunque moría por quedarme durmiendo.

Al salir, agarré la bici y fui directo para mi departamento para poder comer algo y finalmente, tal y como había planeado mi amiga, salir a un boliche horas más tarde.
Según había descripto, era uno de los nuevo boliches de la ciudad y hasta ahora descripto como el mejor del año, la verdadera pregunta era cómo hizo para poder acceder a eso, pero la verdad es que mientras menos uno sepa, mejor.

Por mi parte, aproveché el tiempo que me quedaba y decidí plancharme el pelo y ponerme un vestido negro al cuerpo con unas botas que me estilizaban un poco, algo lindo pero bastante básico para mi gusto.

Después de todo era para segundear a mi amiga.

El celular vibró y estaba segura de quien se trataba

Sari: "En 15 estoy en tu casa"

Me arreglé un poco más mientras me miraba al espejo, me sentía linda después de tanto porque siempre estaba con la ropa del trabajo, no muy atractiva que digamos.
La bocina del auto me saco de mis pensamientos, sobre todo cuando mi amiga comenzó a dar unos bocinazos impresionantes que me hicieron casi, salir corriendo. Los vecinos me iban a odiar por ese escándalo.

-Deja de tocar demente, ya llegué- dije gritando bajito mientras abria la puerta y ella me miraba con una sonrisa divertida.

-Ah perdón no te vi. Estás hermosa amiga, hoy enamoras a todo el boliche- habló mi mejor amiga alentándome. La miré a ella y como siempre una diosa.

-Vos estás hermosa- le sonreí- A todo esto, para donde vamos?

-Ah, no se..- dijo haciéndose la desentendida arrancando el auto- Lo único que te puedo decir es que capaz nos crucemos con algunos famosos.

-Para, qué?- la mire con los ojos bien abiertos- Que estás diciendo? Como que famosos?

-Y.. tengo contactos nena, ya sabes- habló orgullosa mientras yo tragaba en seco. Pensé que el plan era mucho más tranquilo.

Solté un suspiro lento mientras intentaba calmarme internamente. Mi mejor amiga estaba llena de sorpresas, siempre.

-Por favor te pido que sea una noche tranquila Sara, ya veo que nos metemos en cualquiera por entrar ahí..

-Tranquila, tengo todo cubierto- hablo sin mirarme concentrándose en el tráfico. Sabía que era mentira, pero ya estaba arriba del auto así que no me queda otra que seguirle la corriente.

Al llegar vi que el lugar era inmenso y la zona era totalmente desconocida para mi. Eso si, las cámaras con flashes no faltaban, acompañados así de miles de autos color negro con vidrios polarizados. Todo muy de película.

Y todavía seguía preguntándome qué hacía acá.

Mi mejor amiga me agarró de la muñeca tirándome hacia ella y me arrastró a un lado del boliche, mientras me hacía pasar por una puerta negra bajita, ni se notaba que estaba ahí.

Pasamos cuidadosamente adentrándonos en el boliche, escuchando la música de forma más clara conforme avanzábamos. La gente se hacía presente mientras bailaba y el lugar se veía decorado solo de una luz azul fuerte que pegaba en cada espacio del boliche. 

-Mira Sa, no se si esto es buena idea, y si mej...- pero no me dejo terminar porque apenas divisó a cierta persona me soltó y corrió a abrazarlo. Un chico que apenas por la luz podía ver que era morocho. Achine los ojos para enfocar mejor.

No lo podía creer.

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A Kilómetros- Enzo Fernández Donde viven las historias. Descúbrelo ahora