Capitulo 53

3.2K 192 7
                                    

Estaba cocinando algo tranquilo para recostarme en el sillón y empezar alguna serie nueva o incluso acostarme a ver GH, nada menos entretenido para cortar la semana.

Casi que los fideos estaban listos así que estaba decidida a servirlos, hasta que inesperadamente escuche el golpeteo en la puerta. Miré la hora y marcaban las diez y media de la noche, era raro que alguien venga a esta hora porque que yo sepa Enzo todavía no iba a aparecerse por acá.

Del otro lado estaba Julian cubierto con un buzo y las manos metidas en los bolsillos esperando para pasar. Me extrañé un poco al verlo a esta hora por casa pero lo dejé ingresar sin dudarlo.

-Juli, todo bien?- le dije dándole un beso.

-Te digo la verdad..?- me respondió en un tono bajo y fue directo a tirarse en el sillón. Yo me quedé mirándolo desde la puerta pero no cuestioné al instante.

Lo dejé ahí y me fui a la cocina, saqué dos platos y nos serví fideos para los dos, agarré una bandejita y los coloqué ahí para después dirigirme al sillón justo a su lado.

Si sabía algo de Juli era que no había que insistirle mucho cuando estaba así, incluso ya había pasado esto y Enzo me advirtió que él va a hablar cuando tenga ganas, si se le insiste es peor.

-Fideitos?- le dije pasándole el plato y lo agarró mostrando media sonrisa de agradecimiento.

-Si, gracias estos me gustan- me respondió y comenzamos a comer escuchando sólo el ruido de la tele de fondo.

Los momentos así con Juli no eran raros para mi, esto solía pasar, muy rara vez pero solía pasar así que no me preocupé mucho. Por ahí se había peleado con Enzo o había tenido un mal día, algo momentáneo.

Bufó un par de veces y yo casi que me aguantaba la risa de lo obvio que estaba siendo, sabía que quería hablar pero le costaba un poco empezar la conversación.

-Te escucho- dije ahorrándole el trabajo mientras seguía con mi atención en el plato de fideos.

-Me salió mal la jugada- fue lo único que respondió.

Yo por mi parte esta vez decidí bajarle el volumen a la tele volcando toda mi atención en el.

-Que pasó?- dije mirándolo y él seguía con su atención en la tele.

-Me estoy viendo con alguien- soltó de una y a mi se me resbaló el tenedor de la mano pero lo atajé justo- Si, yo tampoco lo puedo creer- agregó.

-Pero para, por eso estás así?- dije extrañada, seguía sin entender la gravedad del asunto.

-Pasa que... ella me encanta Jaz, de verdad pero la distancia lo complica todo. Yo ahora me vuelvo para Europa, me quedo allá y vuelvo a estar a mil. Irme siempre lo complica todo- habló con una mezcla de tristeza y enojo.

-Hey.. tranquilo, vos vas a volver y estoy segura de que cuando viajes ella te va a querer ver Juli- hablé dándole leves palmadas en el brazo.

-Vos decís? Decís que me va a esperar?- respondió con sarcasmo.

-Juli, yo te voy a decir algo. Si lo que ella siente por vos es real y lo tuyo también, entonces la distancia no va a ser un problema- comenté y esta vez si logré que me mire.

-Capaz.. tengas razón- comentó- no se, no quiero pensar en nada hoy- agregó soltando un suspiro.

-Veni- le dije extendiéndole los brazos y no dudó mucho en concretar el abrazo sosteniéndome fuerte. En el fondo sabía que él lo necesitaba y me alegraba estar ahí para mi amigo.

-Quien pudiera tener la relación que tienen ustedes dos- comentó haciendo referencia a la relación que yo tenía con Enzo.

-Juli, no siempre todo es perfecto- hablé separándome y me miró- todo tiene su tiempo, vos tranquilo si?

Julián iba a contesta algo pero al instante sentimos como una llave intentaba entrar en la cerradura con algo de fuerza y enseguida nos volvimos a mirar con Julián preguntándonos qué onda. Cuando la cerradura cedió un muy contento Enzo Fernández entró pasando con total confianza como si fuese su casa, apenas se había rescatado de nuestra presencia.

-Tiene llave?- exclamó Julián y Enzo se asustó al verlo, se puso casi pálido cuando vio que lo fulmine con la mirada.

-Si, yo también estoy igual de sorprendida que vos- le respondí a Julián.

-Bueno che, me hice una copia hace un par- comentó tirándose en el sillón junto con nosotros.

-Ah bueno, manéjate vos- respondí.

-Obvio morocha- dijo él dándome un besito.

-Ay, yo también quiero una llave- respondió Juli haciendo puchero.

-No- respondimos Enzo y yo al unísono.

-Che, que hacen ustedes acá? Qué haces vos acá Julián?- dijo mi novio estirándose sobre el sillón.

-Que te importa- le respondió el alzando los hombros.

-Ah bueno estás re zarpadito esta semana- dijo pasando una mano por atrás de mi cabeza una vez que se acomodó en el sillón.

-Bueno, che. Basta de peleas hoy. Vengan acá- dije estirando mis dos brazos para que mis dos chicos se acerquen y miren la tele conmigo.

Nos quedamos así los tres mirando un rato una película random como si fuésemos una familia. Julián no tardó mucho en dormirse, como siempre, realmente no sabía cómo hacía pero lograba desmayarse del sueño al instante.

-Enzo- susurré una vez que la película fue a la pausa mientras mis dedos seguían dándole mimos.

-Mmh- soltó él quien todavía seguía con la cabeza apoyada en mis piernas con la vista hacia la tele.

-Vamos un ratito al balcón?- hablé bajito para no despertar a Julián y al instante mi novio asintió levantándose.

Salimos enrollados en una mantita disfrutando de la noche de verano en Buenos Aires. Su mano al instante me rodeó por los hombros por debajo de la mantita y nos quedamos un ratito ahí tomando aire.

-Hace frío hoy- dije- me encanta.

-Sos muy fanática del frío- respondió él dándome un beso en la parte superior de la cabeza.

-Allá hace frío? Tipo, cuando es verano acá, es invierno en Inglaterra, no?- comenté lo obvio y el asintió- Entonces debería llevarme ropa de invierno?

Enzo al escuchar esto último se separó de mí para mirarme directamente tratando de descifrar si había escuchado bien y me mordí el labio inferior mientras una sonrisa se me formaba.

-Para, venís? entonces te venís conmigo?- dijo ya exaltado mostrando una sonrisa y no me contuve más para asentir emocionada.

Enzo al instante me alzó emocionado llenándome de besos por toda la cara mientras que yo reía. La felicidad era imposible de ocultar y esos ojitos achinados eran lo más lindo del mundo.

-Dios, tenía una ansiedad, no aguantaba más- dijo una vez que me bajo de sus brazos.

-Igual por un tiempito, lo estuve pensando mucho y.. de verdad quiero acompañarte- contesté pasando mis brazos por el cuello.

-Todo lo que vos quieras te podes quedar. Me haces muy feliz- dijo él acercándome a su cuerpo. Sin más sus labios rozaron con los míos hasta unirlos por completo en un beso suave.

Juraba sentir su sonrisa de por medio.

A Kilómetros- Enzo Fernández Donde viven las historias. Descúbrelo ahora