Capitulo 18

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Al otro día me levanté tratando de estirar un poco las piernas. Miré para mi costado y pude ver que me encontraba totalmente sola, dándome cuenta de que Enzo no estaba.

Una sensación rara me recorrió el cuerpo al instante. ¿Se había ido sin decir nada?
Me levanté tratando de ignorar eso y fui directo para el baño a higienizarme un poco antes de salir para la cocina.

-Por fin te despertaste- me sobresalté al escucharlo desde el sillón. Cuando pude identificarlo me regaló una sonrisa mientras seguía tomando mate.

-Me vas a matar boludo-hablé sosteniéndome el pecho con ambas manos- Pensé que te habías ido.

-No me voy a ir sin avisarte antes, boba. Veni- dijo palmeando un lugarcito en el sillón para que yo me siente.

Suspiré un poco aliviada por dentro y el malestar de pensar que se había ido se fue al instante.

-Buen día morocha- dijo bajito robandome un beso corto.

-Buen día- le dije al finalizar- que estás viendo?

-Un partidito- respondió.

-Como siempre- hablé. Más vale, era obvio.

Disfrutamos de una linda mañana mientras seguía la ronda de mates.
Solo para llevarle la contraria, aposté fuertemente que iba a ganar el otro equipo chamuyando un poco, mientras tanto Enzo sostenía que estaba totalmente equivocada y que iba a ganar el otro porque, según el, era superior en todos los sentidos.
Y yo no estaba de acuerdo para nada.

-GOL- grité celebrando a un equipo que en mi vida había visto, solo para molestarlo obvio.
La cara de orto de Enzo fue abismal y eso hacía que sea mucho mejor.

-MIRA- dijo señalando la pantalla- Fue offside.

-Uh la puta madre- respondí bajito y él soltó una carcajada.

A los segundos, sacándonos de nuestra pequeña rivalidad del momento, sonó su teléfono con insistencia. Soltando un suspiro cansado se levantó y atendió mientras que yo trataba de volver mi atención al partido.

-Juli.. pero.. si a ver modula que no te entiendo...- le escuché decir- Bueno ya voy, calmate.

Y corto la llamada de una.

No pude evitar escuchar aunque sea un poco pero de igual forma no iba a meterme mucho, no me correspondía.

-Jaz, me tengo que ir pero más tarde te llamo si?- habló llamando mi atención agarrando su bolso y la llave del auto.

-Eeh, bueno si.. pero esta todo bien?Necesitas algo?- pregunté extrañada. Era raro esto y notaba a Enzo un poco tenso.

-No te preocupes linda, suerte hoy en el trabajo- habló y me dio un pico.

Sin perder más tiempo, casi que corrió a la puerta y en menos de cinco segundos yo me encontraba totalmente sola, otra vez.

Traté de no hacerme mucho la cabeza y pensar en lo que podría estar pasando, era raro si, pero capaz Juli lo necesitaba y no era algo grave.

Si, seguro era eso. 

El partido ya no era divertido si no estaba Enzo entonces dediqué mí atención a otra cosa mientras llegaba la hora del trabajo.

Una vez allá, como casi todos los días, me encontré con Lucas quien se estaba colocando la ropa del trabajo.
Se sorprendió al verme llegar pero enseguida me regaló una sonrisa.

-Ya casi que te extrañaba por acá- dijo pasándome un delantal.

Mi respuesta solo fue una sonrisa mientras me dirigía directamente a mi puesto para comenzar con la tarde de trabajo.

Siendo el último día de la semana me faltaban ganas para afrontar el día, pero mi amigo siempre me lo hacía mucho más fácil y estaba muy agradecida de tenerlo ahí conmigo.

Terminando con unas cosas sobre el mostrador, observé apenas que se tardaba en una mesa más de lo normal y sonreí negando cuando lo vi hablando cómodamente con una chica rubia, hermosa.

-Jaz prepárame esto para la mesa tres- ordenó dándome el papel- Qué me miras así?

-Nada nada- respondí aguantando la risa.

-No te pongas celosa reina, hay Lucas para todas- respondió guiñándome un ojo.

-Me quedó más tranquila- le respondí fingiendo estar aliviada haciendo que se le escape una risa y yo me contagié.

Al finalizar el día ordené mis cosas y de un momento a otro me percaté de que, inconscientemente, estaba esperando a Enzo para que me venga a buscar. Pero no habíamos hablado en todo el día y me pareció rarísimo que se borre de un momento para el otro.

Quise ignorar esa situación todo el día pero por dentro sentía un muy mal presentimiento sobre todo lo que había pasado esta mañana. Ni Juli me mando un mensaje que por lo general me habla para molestarme o mínimamente me llega alguna notificación de él.

Pero hoy desgraciadamente nada.

"Hola enzito, como estuvo tu día?" 20:12

Bloqueé mi celular y sin más espere a que se haga la hora para juntar fuerzas e irme a casa caminando.
Siguieron pasando los minutos y para mi mala suerte, no conseguí una respuesta de parte de Enzo.

-A donde vas?- sentí que Lucas me llamaba del otro lado.

-A casa, por?.

-Sola? A esta hora? Ni se te ocurra, deja que yo te llevo- habló agarrando las llaves del auto.

-No hace falta Lu, son unas cuadras nomas no te preocup...

-Boluda, no me jode si vivimos cerca, dale agarra tus cosas que yo te llevo- me interrumpió y finalmente terminé aceptando la propuesta ante su insistencia.

Cuando por fin nos aseguramos de que todo esté cerrado, nos encaminamos directo al auto y me odie internamente por ojear un poco la calle a ver si me encontraba con esa camioneta negra que cada noche iba a buscarme.

Miré la hora, casi las nueve.

Y dando un último suspiro me subí al auto de mi compañero.

A Kilómetros- Enzo Fernández Donde viven las historias. Descúbrelo ahora