Capitulo 39

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Una vez que todos nos habíamos instalado y comido algo, los chicos habían decidido armar un buen partido de voley al atardecer tratando de simular una cancha en el espacio en donde estábamos.

No se cómo ni de donde habían sacado una soga pero la habían colgado de dos arboles para que simule ser la red y luego nos habíamos dividido en dos grandes equipos.

El primer equipo estaba conformado por Enzo, Ota, Juli, Sara, Lean y Paulo. El otro grupo, o sea el mejor, estaba conformado por Licha, Rodri, Nahuel, Cuti, Emi y yo.

Después de jugar piedra-papel-tijera para saber quien empezaba sabíamos que se iba a poner re picante la cosa, sobretodo porque Enzo estaba de un lado siendo uno de los más competitivos y del otro Rodri quien lo miraba desafiante y no lo iba a dejar ganar ni ahí, entonces todos sabíamos que íbamos a tener un partido interesante.

-Paren paren- dijo Ota llamando la atención de todos- Apostemos algo así tiene más sentido.

-Uf, dale pa- le dijo Rodri- Que hacemos?

El silencio nos invadió un segundo mientras pensábamos algo original para el perdedor pero nadie soltaba nada.

-Ya se- esta vez hablé yo y todos me miraron- El que pierda se tira al lago a la noche pero en ropa interior, les va?

-Zarpadita mi wacha- comentó Enzo del otro lado de la red mostrando una sonrisa.

-Listoo, hacemos eso, pero si o si eh, no se hagan los boludos- avisó el Cuti.

-Uh Enzito, ya te estoy viendo en el agua- le tiró Rodri desafiándolo mientras agarraba la pelota.

-Ya vamos a ver, tini tini- le respondió Enzo del otro lado mientras la mayoría reía tomando su posición en la cancha improvisada.

Pude ver como Enzo aprovechó a tomar una posición quedando justo frente a mi, cara a cara.
-Si yo gano, quiero un regalito- se acercó y me susurró con esa sonrisa pícara. Yo sentí un calor al instante.

-Tenes mucha confianza me parece- le dije separándome un poco- te lo vas a tener que ganar, bombón.

-Siempre, linda- dijo guiñándome un ojo y se separó tomando más distancia de la red improvisada.

Rodri dio el primer saque pegándole perfecto pero ellos respondían bastante bien para nuestro gusto, sobretodo Paulo que se tiraba como si fuese el partido de su vida. Pero obvio nuestro equipo no se quedaba atrás.

El Cuti, Emi y Licha estaban totalmente encendidos para poder conseguir la victoria, se tiraban y le pegaban a la pelota de una forma perfecta dando pases precisos y Nahue y yo nos complementábamos perfecto para dar los remates.

El partido se había puesto buenísimo pero al rato pude notar como Enzo ya se había empezado a frustrar un poco acusándolo a Julián de que nos estaba regalando puntos y era imposible que nos contengamos la risa. Había que admitir que Juli era perfecto en el fútbol, pero en el voley andaba para atrás.

El partido de un momento a otro se había puesto un poco confuso ya que nos perdíamos con la cantidad de puntos que cada equipo llevaba, entonces decidimos que el que metía punto ganaba el partido definiéndose todo ahí nomás.

-Dale araña, una te pido- le dijo Enzo casi suplicando esperando a que su mejor amigo haga un saque. Ya habíamos rotado así que con Enzo nuevamente estábamos mano a mano, frente a frente.

La pelota pasó perfectamente para nuestro campo y como veníamos haciendo casi todo el partido, respondimos bien y nadie de los que estábamos ahí estaba dispuesto a darle la victoria al equipo contrario.

-Que pasa Fernández? Estamos nerviosos?- le dije yo del otro lado llamando su atención sin querer y él se dió vuelta al instante para responderme algo.

De alguna forma u otra y para nuestra buena suerte, esto fue una distracción para él porque me prestó toda su atención a mi sin captar que la pelota calló limpia justo a su lado. Todos estallamos en gritos y las puteadas por parte de los integrantes de su equipo no tardaron en llegar.

-Eh para, Jaz me re distrajo no se vale- contesto defendiéndose.

-ESA ES MI HERMANITA- gritó Emi chocando los cinco conmigo y una sonrisa me apareció al instante.

-VAMOS LA PUTA MADRE- gritó el Cuti dándome un codazo un poco bruto.

Nos agarramos los seis en un abrazo y saltamos festejando la victoria como si hubiésemos ganado el mundial de voley o algo parecido.

-Ah no listo, después vas a ver vos- me dijo Enzo apuntándome con el dedo y le saqué la lengua todavía festejando con mi equipo.

Dicho y hecho, momentos más tarde nos estábamos dirigiendo al lado del agua para que los perdedores cumplan con la apuesta. Poco a poco se fueron desvistiendo y hacía fuerza internamente para poder desviar un poco la mirada de Enzo quien ya estaba en bóxer sin ningún problema.

-DALE QUE VOY- gritó Paulo captando mi atención mientras lo veía corriendo por el espigón de madera tirandose de una, mientras que mi mejor amiga, Lean y Ota se le unían tirandose de bomba.

Al instante pude ver como Julian estaba subido a la espalda de Enzo mientras que este último corría por el mismo lugar que los chicos con su mejor amigo tirandose y gritando como locos. Se me escapó una sonrisa al ver esto.

-Eh yo también quiero ahí voy- sentenció el Cuti desvistiéndose mientras corría para tirarse de una.

-Pero Cuti, no era así- no alcanzó a hablar Emi que su amigo ya estaba en el agua. Estallamos de la risa al ver esto y yo no esperé más y me dirigí a donde estaba Enzo.

-Que pasa Enzito, esta fría?- le dije mirándolo desde arriba.

-Muy fría, me das la mano para salir? ayúdame linda- dijo sufriendo por el frío, mientras me extendía la mano.

Me mordí el labio y como ya había cumplido la apuesta pensé en ayudarlo porque la noche de igual forma estaba bastante fresca.

Apenas tomé su mano él fue más ágil y en un movimiento rápido me agarró tirándome de lleno al agua, no pude hacer más que sostenerme contra su pecho del susto que me dió.

Que ingenua.

-Apa, encima de tramposa, miedosa- habló sosteniéndome de la cintura con las dos manos mientras poco a poco yo recuperaba el aire.

-Te odio, sabías?- le dije mientras sentía  su respiración agitada golpeaba con la mía.
Al enfocar mi mirada sobre él pude ver que su sonrisa y sus ojos estaban totalmente iluminados por la luna y juraba que esa imagen era una de las más hermosas que podía existir.

-Ah si? No te creo nada- respondió a lo anterior.

Al segundo casi sin querer enredé mis piernas a su cintura y él me sostuvo con sus manos un poco más contra su cuerpo. Era una noche bastante fría en el medio del bosque y estábamos totalmente mojados, pero no nos importó mucho.

-Mirá como te tengo ahora, morocha- habló nuevamente susurrando contra mis labios y presionando mucho más su cuerpo contra el mío quedando así totalmente pegados.

A Kilómetros- Enzo Fernández Donde viven las historias. Descúbrelo ahora