Capitulo 51

3.4K 219 14
                                    

El camino en el auto con Enzo fue tranquilo, me di cuenta que se las arreglaba para manejar con una mano mientras que la otra no dejaba la mía ni un momento, estaba aferrado a ella.

Apenas me rescate ya estábamos en un lugar hermoso que nunca había visto antes. Era increíble y se notaba que era muy lujoso, llamaba bastante la atención desde afuera.

Me dió la mano para salir del auto y nos encaminamos directamente a la puerta. Un señor con toda la amabilidad del mundo nos atendió llevándonos a nuestra mesa y recién cuando nos sentamos pude admirar bien el lugar en el que estábamos. Tenía lámparas de cristal por todos lados y estaba muy bien iluminado, las mesas eran un lujo y la gente que estaba también ahí era acorde al lugar.

La estábamos empezando a pasar muy bien mientras esperábamos a que nos traigan la comida. Con Enzo estuvimos poniéndonos al día charlando un buen rato sobre lo que nos había pasado este tiempito que no nos pudimos ver, e incluso sobre las novedades que habían.

-Te puedo preguntar algo?- hablé cambiando rotundamente de tema.

-Si obvio, que?- contestó.

-Como sabías que me gustaba este vestido? me andas espiando vos?- comenté divertida y el rio.

-Puede ser, en realidad tengo una espía personal- respondió dándole un bocado a su comida.

Lo miré tratando de entender que quería decirme pero no tarde mucho en darme cuenta de quien hablaba.

-Extorsionaste a Valen?- más que una pregunta fue una afirmación.

-Saqué un poco de info nomás, salió bien porque me ayudó- dijo alzando los hombros- ahora son amigas, me alegra eso.

-No somos amiga amigas pero.. algo es algo. Me gustó pasar tiempo con ellas.

-A mi me gusta que pases tiempo con Oli, se hizo muy apegada a vos y yo te dije.

-Que cosa me dijiste?

-Que te iba a amar, todos te terminan amando solo porque sos como sos.

Pude sentir que las mejillas me ardían y seguro estaban teñidas de un color rojo.

-Todos?- cuestioné.

El asintió mostrando una sonrisa de lado y desvió la mirada continuando con su atención en el plato. Sentí un hormigueo al instante pero no le di más vuelta al asunto, sino que lo imité y continué con mi comida.

Una banda había empezado a tocar música muy tranquila y lo estaba disfrutando muchísimo, Enzo también, era una de esas pocas veces que veía que disfrutaba tanto algo y que sea conmigo todavía lo hacía más especial.

La noche perfecta.

-Jaz- habló estirando su mano por arriba de la mesa y sin dudar la tomé entrelazando nuestros dedos.

-Enzo- respondí en el mismo tono.

-Te quiero proponer algo- dijo seriamente mientras se reincorporaba en su silla.

Tragué un poco de saliva tratando de disimular los nervios que se asomaban y asentí con una sonrisa para que continúe hablando.

-Que te parece.. que te parece venirte un tiempo a Inglaterra conmigo?- soltó casi con toda la seguridad del mundo.

Sin querer poco a poco mi sonrisa fue decayendo para cambiar mi expresión a una totalmente confusa por lo que estaba escuchando. Incluso no sabía si estaba escuchando bien, no estaba segura de lo que decía.

Deje su mano lentamente soltándola y la guardé para mi, desviando la mirada a un punto fijo sobre la mesa.

En ese momento traté de no exagerar la situación pero el muy conocido dejavú se hizo presente, porque esta misma situación la había vivido antes y la había vivido justo con él.
Un escalofrío me recorrió el cuerpo al recordar ese tiempo en el Enzo que estaba haciendo las valijas esta vez para irse a Inglaterra y hoy estaba por suceder otra vez, solamente que esta vez había un plus: quería llevarme con él.

-Enzo.. sos consciente de lo que me preguntas?- dije finalmente bajito casi audible, pero para mi fortuna escuchó.

-Se que sería un cambio bastante grande y no quiero asustarte, pero no puedo dejarte acá otra vez Jaz. Créeme que no puedo- dijo y lo noté algo angustiado por el tono su voz.

-Y yo que voy a hacer estando allá? Vos ya tenes tu vida en ese país pero es tu vida y no la mía, la mía.. ahora esta acá en Argentina- hablé tratando de sonar segura con mis palabras.

-Vos sos parte de mi vida, una de las partes más importantes Jaz- habló y se levantó para correr su silla más cerca mío y tomar lugar en ese lado- Mírame.

Obedecí conectando mirada esos ojazos marrones y sentí que una de sus manos dejaba leves mimos sobre mi muslo.

-Solamente pensalo, si?- habló un poco más bajo- No quiero presionarte, por eso te lo digo con tiempo.

-Es algo muy grande y yo... yo no sé qué responderte ahora- solté tratando de poder procesar cada palabra por la cantidad de cosas que tenía en mente. No me lo esperaba para nada.

-Tenes todo el tiempo del mundo- dijo pasando un mechón de pelo por detrás de mi oreja para verme mejor- O por lo menos un mes más para pensarlo tranquila.

Mostró una pequeña sonrisa y sin querer me contagio a mi también.

-Estas seguro de esto?- dije mirándolo otra vez a los ojos y encontré mucha seguridad en ellos, era lo que me transmitía.

-Nunca estuve más seguro de algo en mi vida, Jaz. Pero es decisión tuya y sea lo que sea lo voy a entender...

Me tomé unos segundos para respirar y largar todo el aire y finalmente respondí:

-Tengo que pensarlo bien pero apenas tenga una respuesta te lo voy a decir- fue lo único que me pude decirle en ese momento.

-Me parece bien, amor- habló mostrándome una de esas sonrisas tranqulizadoras pero de igual forma siendo lo más lindo del mundo.

Porque si, él para mi era lo más lindo del mundo.

Una vez que decidimos irnos nos subimos al auto para dirigirnos a su departamento ya que habíamos quedado en dormir juntos.
Yo por mi parte, sentía que un poco de sueño me había invadido conteniéndome algún que otro bostezo en el trayecto hasta su casa. Su mano seguía sobre la mía mientras prestaba atención al tráfico de la ruta y el silencio reinaba en el auto.

No tardamos más de quince minutos que ya nos encontrábamos subiendo por el ascensor directo a su piso. Apenas abrió la puerta del departamento, como siempre, su espacio estaba impecable y su perfume me pegó de lleno. Ese olor tan característico de mi novio.

Con toda la confianza del mundo no aguanté más y me desplomé sobre su gran sillón. Él no tardó mucho más en alcanzarme para agarrarme de las piernas y la espalda con ambos brazos haciendo que, a causa de esto, suelte un grito de sorpresa y seguido de eso me llevó directo a la habitación.
Apenas me dejó sobre la cama empezó a hacerme cosquillas por el cuerpo y darme besitos cortos por toda la cara mientras con mis pocas fuerzas trataba de defenderme.

-Te puedo decir algo más?- dijo a centímetros de mi cara una vez que paró.

-Ay no, tengo miedo ahora- me salió decir y soltó una carcajada.

-Incluso si me dijeras que no, me tomaría un avión todos los días para verte aunque sea un ratito- comentó mientras su mirada recorría cada centímetro de mi cara.

Y si, sabía que era capaz de hacer cualquier locura porque lo conocía muy bien. Cada palabra era cierta y yo luchaba internamente para que el corazón no se me salga en ese momento.

———

No se olviden de votar ⭐️

Buenas noches!

A Kilómetros- Enzo Fernández Donde viven las historias. Descúbrelo ahora