Capitulo 27

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-Eu, qué pasa? Estás bien?- cuestionó Enzo contra mi oído.

Cuando menos lo pensé ya estaba envuelta en sus brazos.

-Quiero irme a casa- respondí contra su hombro.

-Alguien te hizo algo? Decime Jaz- habló ahora buscando mi mirada, pero sabía que si lo miraba directamente me iba a poner peor.

-Estoy cansada nada más..- mentí.

Sabía que era una boludez estar así por eso, pero la verdad de alguna forma u otra me terminó afectando.

Sentí que Enzo me dejó ahí para dirigirse a Lucas a paso apresurado, hablaron en voz baja casi audible para mi.
Pero para mi suerte, esta vez no hubieron comentarios amenazantes de ninguna de las partes, ya que segundos después Enzo traía mi bolso mientras Lucas me mostraba media sonrisa de lado.

-Vamos a casa, corazón- dijo Enzo dándome un beso en el costado de mi cabeza y asentí sin dudarlo.

El camino fue bastante silencioso pero dentro de todo un silencio cómodo, excepto por alguna voz en mi cabeza que me repetía una frase en específico:

"Pensé que Enzo tenía mejor gusto"

Eso mismo fue lo que me atormentó todo el camino a casa y era inevitable no tensarme ante esto. Aunque Enzo, atento, lo notó al instante, así que sin dudarlo entrelazó su mano con la mía mientras dejaba leves mimos de la forma más delicada.

Y sin querer adivinó, ya que me pude relajar bastante ante ese pequeño toque.

Al llegar a casa no alcancé a cerrar la puerta que enseguida me envolvió en sus brazos para dejarme un beso lento y suave, mientras que yo rendida caí ante él siguiéndoselo.

-Mejor?- dijo él rozando su nariz con la mía.

-Mm, no se, probemos otra vez- dije y el enseguida rió volviéndome a besar, saboreando mis labios una vez más.

-Ahora si está mejor- respondí apenas nos separamos y me abrazó por la cintura.

-Anda a bañarte y relajate que yo pido algo para comer, si?.

-Bueno dale- respondí separándome un poco para dirigirme al baño.
Sabía que necesitaba una buena ducha para sacarme toda esta mala onda de encima.

-Enzo- dije y se volteó al instante- Gracias..

Él sonrió- Anda linda, porque sino vuelvo y te como la boca otra vez- respondió y por fin logro sacarme una sonrisa.

Cuando salí del baño Enzo había puesto la mesa, con una florcita al medio y más al costado habia una caja de pizza. Un romántico. Aunque en ese momento juraba que no podía quererlo tanto.

-Sabías que me alegraste la noche?- cuestioné sentándome admirando lo que había organizado.

-Tomalo como una cita, morocha- dijo ahora sentándose a mi lado.

Comenzamos a comer mientras mirábamos una película totalmente aburrida en la tele, pero ese era nuestro momento favorito del día así que la película era lo de menos.

La mejor parte era compartir ese ratito y los dos lo sabíamos.

-Me vas a contar que te anda pasando?- habló enredando sus pies con los míos debajo de la mesa.

-Pasó algo hoy en la cafetería, me tiraron un comentario algo fuera de lugar y... nada eso.

-Pero contame, ¿quien fue? ¿Lucas? Lo mato- aseguró arrugando su frente.

-No bobo, todo lo contrario, medio que me salvo de todo eso- bufé y continué- fueron unos clientes.

-Que te dijeron Jaz?.

-Que..básicamente que era poca cosa para vos- hablé normalmente alzando los hombros.

Como si eso no me hubiese afectado la mitad del día.

-Qué?- fue lo único que le salió decir- Jaz..

-Esta bien Enzo, no creo que sea la primer persona que lo piense...

Enseguida se acercó más contra la mesa y extendió su mano por arriba de la misma, yo se la acepté enseguida.

-Jaz, escuchame, sos la piba mas hermosa que conocí, es imposible que alguien pueda pensar eso- dijo buscando mi mirada y finalmente la encontró.

-Yo.. no se.. vos de verdad pensas eso?- me salió decirlo en un tono más bajo mientras miraba nuestras manos, que ahora estaban entrelazadas.

-Estoy segurísimo linda ¿Hace cuánto nos conocemos? Créeme si te digo que sos una de las personas más hermosas que pude conocer, en todo sentido.

Un calor me recorrió el cuerpo ante esto y sin dudarlo más me levanté de mi silla y rodeé la mesa para sentarme a horcajadas sobre sus piernas. Ahora fui yo quien volvió a entrelazar nuestras manos.

-No quiero que esto te afecte, siempre va a aparecer gente de mierda pero no quiero que le des más bola- dijo sosteniéndome con fuerza.

En eso tenía razón, no valía la pena escuchar a gente así, aunque muy en el fondo yo sabía era complicado no hacerlo.

-Bueno, está bien bebé. Voy a tratar- aseguré porque no tenía sentido discutir eso.

-Bebé?- dijo él mientras se le formaba una pequeña sonrisa.
Abrí los ojos de tal forma porque no me había dado cuenta, salió sin querer.

-Escuchaste mal- fue lo único que pude decir.

-Ah si? A mi me pareció que escuche bastante bien- dijo divertido y rodeé los ojos negando con la cabeza.

-No va a volver a pasar- aseguré y enseguida hizo puchero pero yo aproveché y le di un pico.

-Tengo una sorpresa para vos, morocha- se estiró un poco más alcanzando su mochila y sacó un sobre.

-Y esto?- dije una vez que lo tuve en mis manos.

-Ah no se, abrilo- comentó un poco ansioso.

Le hice caso y con toda la concentración del mundo empecé a despegarlo con cuidado tratando de no romper nada y cuando por fin cedió, el contenido me tomó por sorpresa.

Una entrada para ver a la Selección.

-Enzo..

-Es un amistoso que jugamos esta semana, me gustaría que vayas, a Juli y a los chicos también.. a todos en realidad. Ahí tenes una prueba de todo lo que te queremos- respondió mostrándome esa sonrisa compradora, imposible resistirse.

Casi estallando de la felicidad me aferré a él dándole un beso y con sus brazos me pegó más a su cuerpo haciendo que quede completamente arriba suyo.

-Eso es un si?- dijo riendo.

-No me lo perdería por nada- aseguré esta vez.

A Kilómetros- Enzo Fernández Donde viven las historias. Descúbrelo ahora