Capitulo 48

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La tarde esta vez fue bastante agotadora por ser lunes, la gente iba a y venía, de dentaba y se paraba y yo solamente tenía una cosa segura: no quería más esto.

Con 23 años sabía que tenía que mantenerme sola, intentar ser un poco más independiente y este trabajo por estos meses me dió todo lo que necesitaba. Y un poco de ayuda económica por parte de mis padres, detalle a destacar.

Pero la realidad es que necesitaba buscar algo más y por más que le tenía cariño al lugar por el tiempo que había transcurrido acá dentro, también estaba cansada. Necesitaba un aire nuevo.

-No doy mas, quiero morir- dijo Lucas apoyado contra la mesa. Se notaba un claro cansancio en sus ojos por las ojeras oscuras que se asomaban.

-Yo tampoco, pero quedan esas dos mesas y ya estamos. Dale que se puede- alenté con la poca energía que me quedaba y el asintió no sin antes soltar un suspiro cansado.

Una vez que esas últimas dos mesas fueron desocupadas con Lucas casi que corrimos a la puerta mientras nos chocábamos las mesas y las sillas para por fin, ponerle llave a la puerta y dar vuelta el cartelito de abierto-cerrado.

-Comete la silla cuando quieras- le comenté a mi compañero y soltó una risa agitado.

-Vos no te quedaste atrás eh- respondió y sonreí.

-Bueno, listo, somos libres por fin- hablé alzando los brazos agradeciendo que había terminado este tedioso día. Me estaba por encaminar para agarrar mis cosas hasta que él decidió hablar nuevamente.

-Para.. eh.. tenes un ratito? Quería hablarte de algo..- dijo Lucas rascándose la nuca algo nervioso.

Por el día tan agitado que habíamos tenido me había olvidado completamente de que él queria hablar conmigo. Le respondí asintiendo con la cabeza y decidimos sentarnos en una de las mesas del lugar quedando enfrente.

-Mira Jaz.. eh.. quería pedirte perdón- dijo y lo miré enseguida- se que te estuve ignorando un poco o que estuve medio mala onda con vos.

-Eh.. si, esta bien, no hace falta que me pidas perdón- dije jugando con mis dedos- pero porque estuviste así? Hice algo?

Él se tomó unos segundos para responder soltando un poco de aire pero después continuó.

-Me dió bronca la situación con Enzo- bufó- en realidad no pensé que habías vuelto con él y bueno, de verdad pensé que tenía una chance..soy un boludo.

Puedo admitir que por un momento me sentí un poco mal por él. No soy tonta, me imaginaba que algo se tenía guardado conmigo pero no sabía que podía llegar a afectarle tanto.

-Lu, no sos un boludo no digas eso. Eh.. si, volvimos y oficializamos hace muy poquito. Discúlpame yo...

-No tenes porque pedirme perdón si no es tu culpa, vos estás con la persona que queres. Pero bueno... ya está igual, ya fue.

-Esta bien..- respondí y le estiré la mano por encima de la mesa y él no dudó en agarrarla- Bobo, no quiero estar mal con vos.

-Y yo menos- habló mostrando media sonrisa de lado- Te extrañaba un poco, pero un poquito nada más, no te agrandes.

Reí ante esto y contesté- Yo también te extrañé nene.

-Y hay otra cosita...- agregó luego de unos segundos. Lo miré con atención y continuó- Esta es mi última semana en la cafetería, renuncié.

-Me jodes- le dije haciendo puchero- No, no me dejes sola acá malo.

-Boluda renuncia, búscate algo más este lugar es una mierda. Estoy harto te juro- contestó casi frustrado seguramente por el día de hoy.

-Estuve pensando buscar otro, incluso quería preguntarte a vos qué opinabas pero me ganaste de mano.

-Pero vos no te vas con Enzo a Inglaterra? Ya estamos en febrero, él se queda acá?-cuestionó mi compañero extrañado.

Enzo.. Cierto. ¿Como no lo pensé? Claramente este había sido un detalle que no había tenido en cuenta estos días pero tenía tantas cosas en la cabeza que la verdad ni se me cruzó.

-En realidad.. no lo hablamos, no creo que me vaya- alce los hombros tratando de demostrar seguridad pero no sé si resulto. Lucas de igual forma no tocó más el tema ya que un golpeteo en el vidrio de la cafetería hizo que ambos nos giráramos exaltados.

Ahí estaba Enzo con una sonrisa divertida por nuestra expresión y le mostré el dedo el medio. El por su parte me hacía seña dándome a entender que me esperaba en el auto.

-Llegó tu Romeo- dijo Lucas levantándose de su lugar y yo lo seguí.

-Si- hablé soltando una risa- Después igual vamos a hablar vos y yo, porque por más que me dejes trabajando sola..

-Dramática- agregó.

-...yo quiero que sigamos en contacto, no quiero que desaparezcas, esta bien?

-Esta bien está bien- dijo rodando los ojos pero me alcanzó con esto.

Me despedí de Lucas y me dirigí al auto, ahí Enzo me recibió con una sonrisa y un beso corto en los labios.
Me había dado cuenta de que recién salía del gimnasio y como siempre suponía que se iba a bañar en casa y después soltar alguna excusa para quedarse a dormir. A esta altura no hacían falta esas excusas pero era divertido ver como se esforzaba para sonar convincente con sus inventos y evitar volverse a su casa .

Todavía seguía dando vueltas en mi cabeza esa cuestión de Inglaterra. Una parte de mí sabía que no quería hablar de ese tema porque simplemente quería evitarlo, pero por otro lado sabía que ese día iba a llegar.

Había que hablarlo si o si.

A Kilómetros- Enzo Fernández Donde viven las historias. Descúbrelo ahora